𝐶𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜.

6.3K 721 285
                                    

Estaba comenzando a dormitar, realmente era muy relajante escuchar al viento mecer las hojas en un hermoso baile. Había venido al bosque a recostarme un rato para mirar las nubes y la naturaleza, después de mucho rato en compañia de aquellos hermosos sonidos que emitía la naturaleza el sueño había iniciado a hacerse dueño de mi cuerpo.

Me sobresalte cuando escuché algunos ruidos no muy lejanos, me senté en el pasto mientras refregaba mis ojos y bostezaba. Miré a los lados y al no ver nada me recosté de nuevo, pero aquellos sonidos volvieron a hacerse presentes, estuve pocos segundos aún acostada para después levantarme de un salto. Caminaba a donde se escuchaban los ruidos e iba sacudiendo mi cabello para retirar trozos de hojas y cosas por el estilo.

Llegué al punto, encontrándome con la escena de un Obito recostado sobre el suelo mientras respiraba de forma acelerada. Llevé mis manos a mi cabello, tratando de peinarlo un poco debido a que antes lo había sacudido sin cuidado.

—¿Te doy un mano?

Él sólo levantó su cabeza para mirarme mientras yo le extendía la mano. Tomó mi mano y me jaló hacia él provocando que cayera al césped porque se rodó para que no caiga sobre él. —Mejor ambos nos recostamos.

Obito llevó sus brazos detrás de su cabeza para recargarse en ellos, yo decidí sentarme y me giré para mirar al azabache con un puchero, ante ser ignorada suspiré y mantuve mi mirada al frente. Cerré los ojos un momento y sentí unas manos sobre mi cabeza.

—Mira cuantas hojas y ramas tienes —el Uchiha retiraba aquellos objetos de mi cabello.

—Y bien, ¿qué hacías aquí Obito?

—Bueno... estaba entrenando un poco.

Ahora que prestaba atención veo que hay algunas dianas dispersas y algunas tenían kunais clavados mientras que otras se veían un tanto quemadas. También sobre el césped había colocados algunos troncos.

—Creo que es suficiente por hoy, ¿te parece ir por ramen? —Sentí como si mi corazón saltará de alegría tras su propuesta, sin dudarlo asentí con euforia. —Bueno, pasemos por el resto del equipo, entre más mejor.

Él se levantó y me extendió su mano para ayudarme a levantar, con tristeza acepté su ayuda.

—Claro, supongo...

• • •

Obito se propuso a pasar por Rin, aquello me dolía demasiado pero apretaba los labios para no decirle algo malo; yo fui por Kakashi, aceptó de inmediato cuando le dije de ir a comer a Ichiraku, pero cuando dije que sería con todo el equipo tuve que llevarlo a rastras, así que venía quejándose en todo el camino.

Ya reunidos los cuatros acordamos en ir con Minato-sensei para invitarlo, tuvimos que ir hasta su casa y nuestra sorpresa fue mucha cuando una mujer de hebras carmesí nos abrió la puerta, el sensei nos contó un poco sobre su vida; así que nos enteramos que la mujer que nos recibió se trataba de su esposa, Kushina. Al parecer ambos estaban esperando un bebé, ante la idea de un pequeño clon del sensei no pude evitar sentir demasiada ternura, además de recordar a Ami, por tal motivo le prometí que yo cuidaría y apoyaría a ese niño con mi propia vida.

Él solo me sonrió y dió palmadas en mi cabeza mientras decía que esperaba así fuera y que nosotros seríamos los primeros en conocer a su hijo en cuanto naciera, en su mirada era notable el brillo de ilusión, sé que Kushina-san y Minato-sensei serán grandes padres.

—Muero de hambre —Obito entró primero que todos.

Pasamos y tomamos asiento para cada uno decir su pedido, me mantenía conversando con Rin y sentía una mirada clavada sobre mí, miré de reojo y era Obito que mantenía su mentón posado en las palmas de sus manos, mirando hacia nosotras.

Me giré a verlo completamente y él al instante apartó su mirada, tomó el menú con torpeza para fingir que lo miraba mientras rascaba su mejilla con nerviosismo. No sé porque se apena de que lo descubra mirando a Rin, no sería la primera vez; pero sí la primera vez que aparta la mirada después de que lo hallará mirando a la Nohara.

Rato después nos dieron nuestros tazones y se hacía silencio a ratos debido a que nos manteníamos masticando. Hasta que en un momento me vi inmersa admirando a Obito.

—¿Sucede algo, Leiko-chan? —Cuestionó él mientras me mantenía la mirada, dejando su plato de lado para prestarme atención.

—¿Qué? Oh, no, no pasa nada.

—¿Segura? —Él acercó su cara a la mía mientras mantenía su mano en su barbilla y me analizaba, ante su cercanía yo me sonroje y empuje a Obito levemente. Al darse cuenta de la cercanía que manteníamos anteriormente él se rio de manera nerviosa y ambos nos dedicamos a seguir comiendo.

—Termine, muchas gracias por la comida, como siempre estuvo delicioso.

—Vamos, esperemos fuera. —Kakashi me tomó de la muñeca para que me levantara y lo siguiera, cosa que hice.

—¡Esperen! ¡Ya casi termino! —Nos interrumpió la voz de Obito antes de salir, él comenzó a comer más rápido y por ello mismo se atragantó con la comida.

Me acerqué a él y le proporcione unas palmadas en la espalda para evitar que siguiera ahogándose, escuche como tragó con dificultad para después golpear su pecho. —Come tranquilo Obito, no nos iremos, esperaré afuera con Kakashi. —Finalicé al tiempo que caminaba a la salida, escuché que murmuraba algo, más no logré entender que.

Conversaba con Kakashi y rato después también salió Rin, seguí platicando con ella porque ahora Kakashi se mantenía callado y sólo hablaba en algunos momentos para comentar algo. Finalmente salieron Minato-sensei y Obito, el último mirando de mala manera al Hatake.

—Bien chicos, yo ya me voy. No quiero llegar tan tarde y que Kushina se moleste. Gracias por la invitación, ¡adiós!

Todos nos despedíamos con las manos, hasta que no lo pudimos divisar más.

—Hasta luego chicos, yo también me retiro —habló mi compañera castaña.

—¡Yo te acompaño Rin!

Obito gritó emocionado, yo alejé la vista y comencé a rascar mi codo con incomodidad.

—Hasta luego Rin.

Ella me miró con pena ante mi evidente apagado tono de voz, sentí a Kakashi revolver mis cabellos y comenzó a caminar.

—Vamos, Leiko.

—Sí, ya voy.

Antes de irme miré detrás de mí, notando como Obito nos observaba frunciendo el ceño ignorando por unos momentos a Rin, después él notó mi vista fija en él pero eso no evito que siguiera con su mirada desconforme y molesta dirigida a Kakashi.

—¿Qué esperas Leiko?

—¡Lo siento!

Corrí hasta alcanzarlo para colocarme a su lado, él caminaba con su típica expresión de seriedad mientras mantenía ambas manos en sus bolsillos, el trayecto era silencioso más no incómodo.

—Deja de atormentarte tanto enana —supongo que notó mi actitud derrotada. —Es tu culpa por fijarte en el tonto.

Le dí un leve golpe a mi amigo en la cabeza.

—Cállate.

—Ya verás que lograrás conquistarlo. —Revolvió mis cabellos de nuevo a lo que le recriminé.

Nightmare. -Obito Uchiha-Kde žijí příběhy. Začni objevovat