Día |17

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❝ ANCLA

• SUICIDIO 
 Bell

Ella sentía que iba por un túnel cada vez mas interminable. Uno donde parecía no tener salida ni retorno. tan lleno de momentos horribles que le recordaban con cada respirar todos sus herreros. Los pagaba con la depresión, un compañero terrible que lo único que hace es tenerla atrapada en la fría soledad llena de inseguridades y amarguras.

habían momentos donde se repetía que se lo merecía, que todo aquel sufrimiento que causó lo estaba pagando. Pero también están esos momentos donde siente que todo arde y no puede mas, es ahí donde piensa que tampoco merece la triste soledad.

Por desgracia, no tenia a alguien para ayudarla y ser su sustento. Estaba sola, pagando por mucho tiempo errores que pedía a gritos perdón. Ya no quería mas el temor y la soledad.

por eso, en una tarde soledad donde muchos pasaban refrescándose de algún modo con sus conocidos por el ardiente verano. Bell dejó que su cabello blanco se extendiera en el agua, sintiendo esas sensaciones extrañas. Miraba el cielo lleno de algodón,  lo extrañaría. El agua distorsionaba la vista, la volvió borrosa. Sus pies están en punta, y aun así el lago la rebasaba. La sensación de necesitar aire aumentaba, pero aun su desesperación salia. Tal vez eligió un modo tan horrible y cobarde. Pero ya no quiere estar sola, tal vez, ella regrese de otro modo, otra oportunidad de ser feliz. 

Aprieta más su boca, pero las burbujas salen. sus ojos arden y piensa que son lagrimas que se cuelan con el agua. sus manos comienzan a agitarse tratando de sostenerse pero sólo el agua pasa sobre sus dedos. 

No había ninguno fondo que tocar. Era como flotar, pero nada agradable . 

Entonces, en ese momento donde trago agua y abre tanto sus ojos grises. Se da cuenta de que, ella puede ser su propio ancla.

No tenía fuerzas propias para salir de ese horrible sitio de esa tristeza.

No

No se rendiria.

Aún hay cosas que la pueden hacer sentirse feliz, y es ella misma. Ella puede romper las barreras, y poder sentir el sol también de manera cálida sin quemar.

Sólo tiene que luchar y recordar cada vez que llorar es bueno para desahogar, pero no para quedarse en charco. Ella es su propia salvación, y ahora sólo queda nadar a la superficie.

Ella puede ser su propio sustento, si, ella puede salvarse, puede retractarse, lograr caminar y disfrutar cada una de sus vidas,  y si no habrá más. Pues luchará por remendar la que tiene.

30 días de azúcar, flores y muchos coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora