El Muchacho Que Odia...

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Disclaimer: Nada de Harry Potter es de mi propiedad, los personajes y todo lo relacionado a la historia canon que pueda aparecer, a excepción de lo creado y modificado por mi persona, pertenecen a J.K. Rowling.

Summary: Harry Potter, un muchacho consciente de la magia, con una gran inteligencia, pero roto por culpa del maltrato de sus parientes. Hasta que por azar del destino, su vida va a cambiar completamente y ya nada va a volver a ser igual.

El Orden Natural de Las Cosas.

Año V

Capítulo LXV

"El Muchacho Que Odia..."

~0~0~

—DIALOGO NORMAL—

—(PENSAMIENTO)—

—"PARSEL"—

~0~0~

Las luces de Londres aparecieron brillando como luciérnagas en el horizonte; habían estado volando durante un tiempo, ninguno había dicho absolutamente nada, ninguno le había cuestionado la idea de ir a rescatar a Sirius, simplemente lo siguieron; Harry sonrió por el solo hecho de ver tal ferviente lealtad que le profesaban sus amigos, era una sensación agradable que lo llenaba, como si de un pequeño calor que nacía en su estómago y se extendía por todo el cuerpo llenándolo completamente, era una sensación que solo tenía con Daphne, pero saber que ahora había más personas le gustaba.

Los thestrals descendieron en picada, las luces de color naranja de las farolas, grandes y redondas, que iluminaban las desoladas calles de Londres se hicieron cada vez más grandes; veían los techos de los edificios, las luces de las ventanas y una extraña y silenciosa calma. Harry, con Daphne entre sus brazos, se agarró con fuerza al cuello del animal cuando este descendió abruptamente, esperó un impacto, pero este nunca llegó, el animal, lentamente se posó suavemente sobre el suelo, como una sombra. Harry se bajó del esquelético caballo y ofreciéndole la mano a Daphne, la ayudo a bajar. Ambos miraron alrededor, bajo el resplandor anaranjado de las farolas un contenedor completamente rebosante sobre la verde en la que estaban y sobre la pared de un edificio, una cabina telefónica destrozada, ambos completamente descoloridos.

Neville, Luna y Astoria aterrizaron cerca de Harry y bajaron rápidamente.

—Tenemos que repetirlo, fue genial. —exclamó Astoria.

—¿Y ahora qué hacemos? —le preguntó Luna con su típica voz de ensueño, a Harry con interés.

—Bueno... —contestó Harry con duda —, tenemos que buscar la entrada al Ministerio de Magia.

—Es la cabina Harry —contestó Neville —. Vine con mi abuela el año pasado, la acompañé a una de sus reuniones y quería mostrarme la entrada externa.

—¿Cómo pensabas entrar al Ministerio si no sabías la entrada? —preguntó Daphne a Harry de forma acusatoria mientras entraban todos apretujados a la cabina.

—Bueno, suponía que derribando unas cuantas paredes la iba a encontrar... —contestó Harry con inocencia —. Aparte estaba seguro que sabias como entrar...

Daphne lo miró con cara de póker y todos vieron como Neville con algo de esfuerzo movía la mano hasta el teléfono que había y marcaba seis, dos, cuatro, cuatro, dos.

—Bienvenidos al Ministerio de Magia. Por favor, diga su nombre y motivo de visita. —resonó una voz fría y femenina dentro de la cabina.

—Harry Potter, Neville Longbottom, Daphne Greengrass —dijo Neville con velocidad —, Astoria Greengrass y Luna Lovegood... Vinimos a salvar a una persona, a no ser que el Ministerio se nos haya adelantado.

Obsoleto - El Orden Natural De Las Cosas - ObsoletoWhere stories live. Discover now