Capítulo I

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Ya todo estaba listo: la comida, la torta, la limpieza, la decoración y los regalos. Pero, como en todos los cumpleaños de Ahinara, mi mamá no parece estar feliz.

Faltaba que mi hermanita llegue del colegio junto con sus amigas, que eran cómplices de su fiesta sorpresa. Ya habían llegado mis abuelos, el vecino y mis dos “únicas” tías. Digo “únicas” entre comillas porque en realidad tengo una más en Santa Fe que, al parecer, está peleada con mi familia, por lo cual es prácticamente una desconocida para mí.

-¡Ya llega!- exclamó mi vecino. Todos corrimos a escondernos detrás del sillón.     

-¡Sorpresa!- Gritamos todos en el momento que Ahinara abrió la puerta.

Comenzamos a cantarle el feliz cumpleaños, mientras mi vieja le llevaba una torta con la velita encendida. Mi hermana apagó la velita súper contenta y desconcertada a la vez. Mi mamá aprovecho a dejar la torta en la mesa y le dio un abrazo rápido a Ahinara, mientras mi papá la saludaba de lejos.

Las amigas de mi hermana, como siempre, empezaron a bailar electrónica como locas. Me daban vergüenza, aunque cuando tenia 14 años hacía lo mismo, con la diferencia de que en el 2014 se bailaba cumbia. Aunque hayan pasado sólo dos años, siento que cambié bastante.

- ¡Lisa cambiá la canción! -Me grita Ahinara desde la otra punta del living. 

- Uy, me van a tener que pagar si quieren que sea su Dj -Les contestó jodiendo.

De pronto, escuché que mis tías le preguntaban a mi mamá por Chiara. Calculo que Chiara es mi tía desaparecida, no recuerdo haber escuchado a mis padres decir su nombre. Debe haber hecho algo realmente malo como para que nadie de la familia le vuelva a hablar. Aunque después de tantos años sóla, supongo que debe haberse arrepentido. Mi mamá parecía que buscaba alejarse del tema mientras ordenaba el living y evitaba tener conversación con todos sus familiares.

- ¡Alicia, relajate un poco y vení a sentarte con nosotros! – Le dijo Verónica, mi tía, a mi mamá con su voz finita y chillona.

- Ya voy, Verito. Ordeno unas cositas y me siento a comer – Contestó mi mamá mientras su cara de culo parecía empeorarse.

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