Aquello Que Más Valoramos

Comincia dall'inizio
                                    

Daphne vio la mirada de Luna y automáticamente giró a mirar a Harry. Él estaba ahí sentado serio con la barbilla apoyada en sus manos, que tenían los dedos entrelazados... con la mirada perdida en su taza de té ya vacía.

Harry y Daphne caminaban en un silencio incómodo, cada uno en sus propios pensamientos. Harry, preocupado y pensando cómo resolver si verdaderamente iban a secuestrar a Daphne y dejarla en el fondo del Lago Negro. Mientras tanto, Daphne se sentía rara, por una parte, se sentía extremadamente bien que le dijeran que era lo más valioso para Harry y, por otro lado, preocupada por la reacción de su novio. Daphne salió de sus pensamientos y miró a Harry cuando este soltó un gran suspiro, los pies de ambos pisaron una gruesa capa de nieve cuando salieron del castillo para dirigirse a Cuidado de Criaturas Mágicas.

Deteniéndose y con una dulce sonrisa, Harry miró a Daphne. Ella sintió un como un calor invadía sus mejillas y lo miró sorprendida. Harry, agachándose acercó su rostro al de Daphne y con una mirada dulce, acaricio, con la mano, la mejilla de ella y sin perder la sonrisa dijo.

—Daphne... —dijo Harry casi en un susurró.

—¿Si, Harry? —preguntó Daphne hipnotizada por los ojos verdes de Harry.

Harry apoyó su frente sobre la de Daphne. Ambos pudieron sentir la respiración del otro.

—Sí, sos lo más valioso que tengo y te llevan al fondo del lago... y como vos me dijiste, no sos una princesa en apuros... ¿Tengo que sentarme y esperara a que salgas sola, o te tengo que ir a buscar? —preguntó Harry divertido.

Daphne parpadeo un par de veces sorprendida y con una gran sonrisa se rio. Harry era Harry, ya no era el niño que conoció en el tren... ahora era algo más.

—mmm —exclamó Daphne pensativa, pero con una cara de diversión —, creo que te corresponde rescatar a la damisela, pero si me rescato yo misma, antes, prometo avisar. —agregó divertida.

—Te tomo la palabra. —dijo Harry para después darle un suave beso a Daphne.

—Vamos, se nos va a hacer tarde. —agregó Daphne con una sonrisa

Daphne abrazando el brazo de Harry, comenzaron a caminar. Cuando llegaron a la cabaña de Hagrid encontraron delante de la puerta a una bruja anciana de pelo gris muy corto y una barbilla prominente.

—Vamos, rápido. Ya hace cinco minutos que sonó la campana. —les gritó al verlos a Harry y Daphne y otros alumnos acercarse a través de la nieve.

—¿Quién es usted? —preguntó Harry mirándola fijamente —. ¿Dónde está el Profesor Hagrid?

—Soy la Profesora Grubbly-Plank —dijo con entusiasmo, sin embargo, este desapareció cuando vio a Harry —, la sustituta temporal de su profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas.

Todos se miraron extrañados. Daphne hizo una mueca al ver la mirada desconfiada de la Profesora hacia Harry. Cuando todos llegaron, la Profesora alzando la voz dijo.

—Todos, por acá, por favor.

Grubbly-Plank, con grandes pasos camino hacia el estable en donde estaban los enormes caballos de Beauxbatons que se amontonaban para protegerse del frio y luego hacia un árbol que se alzaba en el lindero del bosque. Atado a él había un unicornio grande y muy hermoso. Muchas de las chicas exclamaron un gran —ohhh —al ver al unicornio.

El unicornio era tan blanco, tan brillante que a su lado la nieve parecía gris. El hermoso animal relincho y dio varias pisadas con sus pesuñas doradas con cierto nerviosismo, mientras alzaba su cabeza con un único y largo cuerno.

—¡Lo chicos que se queden atrás! —exclamó la Profesora Grubbly-Plank, con una voz potente —. Los unicornios prefieren el toque femenino. Que las alumnas que pasen y se acerquen con cuidado. Vamos despacio...

Obsoleto - El Orden Natural De Las Cosas - ObsoletoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora