Epilogo

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Un año había pasado desde todo ese torbellino de emociones, un año desde que entre en la universidad y en el que todos mis amigos tomaron caminos separados, a veces me siento a un lado de la psicina recordando el instituto. El tiempo en que eramos libres y no lo sabíamos, podíamos faltar a clase y nuestra mejor amiga se aparecía en la tarde con nuestra tarea, las conversaciones en susurros mientras el profe explicaba su clase, hasta extrañaba la jodida clase de gimnasia.

En ese tiempo se te permite abrir las alas, eres niño de nuevo quieres experimentarlo todo y aunque digas que no es correcto te votas por ello y si te estrellas sabes que al final todo estará bien pero al llegar a la universidad más se te exige, ya no se te permiten errores. Las personas crecen en cuanto cruzan esa puerta y se supone que tu debes estar preparará para ello, ya nadie susurra en clase o te dice que hubo de tarea. El mundo de los Adultos era frío .

Estaciono mi auto a unas calles de mi Café favorita, solo necesitaba eso para poder terminar unos bocetos. La típica campana suena en cuanto abro la puerta y el aire acondicionado mezclado con café me golpea. La fila es excesiva y una mueca se dibuja en mis labios. Yo solo quería un jodido Café, al inicio de la fila veo como un chico alto de buen cuerpo avanza a caja y corro tras el ignorando los abucheos

- Disculpe la intromision pero estoy realmente apurada y no creo poder seguir sin un café - el extraño se voltea por primera vez y mi corazón se congela, Evan Grint estaba justo frente a mi, mirándome con la misma cara de horror que debía tener yo, un año y tres meses había pasado desde la ultima vez que lo vi pero en mi corazón apenas habían pasado tres días.

- Nina - sus ojos se hacen pequeños al tratar de escanearme, toma un mechón de cabello, el que había pintado y un escalofrío me recorre de la cabeza a los pies. - lo haz pintado

- hola - suelto algo tímida- si, digamos que quería un pequeño cambio.

Hace un gesto raro con la boca en sinónimo de negación- a mi me gusta más el rojo natural - me encojo de hombros sin saber muy bien que decir, no lo había pintado todo, solo había hecho unas cuantas mechas.

- ¿disculpen van a pedir?- la voz de Peter el cajero nos introduce a la realidad. - hola Nina. - me da su típica sonrisa cortes ya que era muy frecuente en esta cafetería se había acabado aprendiendo mi nombre.

- me podrías dar un capuchino con canela batida, crema extra, tres de azúcar y no olvides espolvorear la canela al final al contorno del café no sobre la crema - Peter hace un recuento de lo que le he pedido y mira a Evan - ¿y usted?

- un té helado de eucalipto - lo miro con horror y sonrie avergonzado, las mariposas de mi estomago despiertan provocando huracanes con sus alas.

- son 8.90 - hablo mi cartera para pagar mi parte pero Evan se adelanta.

- descuida déjame a mi - giro mis ojos y voy directo al lugar donde se retiran los pedidos.

Luego de unos minutos en los que ambos pasamos en silencio y sonrojados nos dieran nuestras ordenes y sin mas me despido y camino a casa con mis rodillas temblando y unas mariposas jugando en pie estomago.

*

Luego de terminar los bocetos y colocarme el pijama suena el timbre, no era fin de semana así que no era Becca o Roma a la cuál solo veíamos en vacaciones parisinas. no estaba muy lejos de la puerta así que camino lento a ella, Al abrirla mis ojos golpean directo con Grint que esta más rojo de lo normal, como si hubiera venido corriendo sin siquiera poder recuperarse por completo recupera la compostura y sus palabras saltan de manera decidida pero rápida.

- te amo y lo siento - no comprendo sus palabras hasta que sus labios impactan con los míos, sus labios no habían cambiado aun tenían el poder de hacerme estremecer, ni siquiera soy consiente de que mis labios también corresponden a los suyos. El tacto es tan familiar, tan íntimo.

Mi Bruja Favorita.Where stories live. Discover now