~Capitulo 18~

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[Seúl: Casa de veraneo]

Park Jimin permanece inmóvil con vista a la desolada y fría noche que se aprecia a través de la ventana empañada. Los recuerdos borrascosos lo inundan, como la repercusión de incesantes y toscas suplicas que repetían su nombre, que pedían desoladoramente su ayuda. Su propia imagen permaneciendo indiferente frente a lo que sucedía lo vuelve abominable para sí mismo. Luego de unos segundos, Jimin repentinamente entrecierra los ojos, contrae las facciones de su rostro y sus músculos se tensan y encogen ante el recuerdo ensordecedor del disparo, momento en el que aquella noche apretó el gatillo y decidió precipitadamente acabar con la vida de su entonces esclava. Inhala de manera entrecortada, sus nudillos emblanquecen y sus labios temblorosos se aprietan entre si hasta formar una línea.

"No tenía alternativa. Era la única forma de acabar con tu dolor, con el sufrimiento al que estabas condenada..."

Pese a que siente un gran desdén, también siente contradictoriamente sosiego y aplacamiento. Jimin, es consciente de que actuó de forma irreflexiva ante una situación en la cual se vio atrincherado, pero tiene en claro que esa fue su mejor elección porque ella tenía un "futuro incierto", aun si huía del país, ella estaba condenada por el funesto recuerdo que sería su pasado o, por las acciones de su propio progenitor.
Él lo sabe, el destino es totalmente impredecible e inmutable, juega de la manera más vil y apunta fijo contra el débil barajando cartas sucias que solo te llevan al borde del abismo.

"Tu sangre también fue la condena que te trajo a morir en mis brazos"

El hecho de haberla asesinado no es su mayor tormento, ni su más grande agonía, sino el hecho de que él haya consentido en los últimos días de vida de la "esclava" el peor castigo, un brutal abuso dejando que ella sufriera por pecados que no eran propios, sin embargo, aun estando consciente de ello, él simplemente se limitó a observar y a beber una tras otra copa de rancio licor, para luego también ser partícipe del abuso bajo un aura de euforia, furia, exasperación e ira.
Hace unas horas había perdido el juicio luego de haber bebido toda la reserva de su difunto abuelo, en un estado de descontrol quemo la ropa, sabanas, objetos y toallas que aquella chica uso, toco y demás, con el fin del deshacerse de la esencia que había dejado atrás.

"Juro que si pudiera matarte en mi alma ya lo habría hecho mucho antes de lo que imaginas..."

Suzy, sintiendo el aire más denso y toxico se aproxima hacia la misma ventana y quita el seguro dejando que las ráfagas de aire circulen libremente por la habitación. Estando al lado de su prometido lo observa detenidamente, él se encuentra abatido y extenuado. No hace o dice algo al respecto, simplemente dirige la mirada hacia el vacío donde sus memorias comienzan a revivir en su mente con la esencia fresca pero aliviane de los arbustos y árboles que cubren los alrededores, lugares rústicos donde ella se había entregado en cuerpo y alma a Park Jimin, porque además de haberse quitado la ropa para tener relaciones, le abrió su alma, lo había dejado entrar en su espíritu, pensamientos, miedos, futuros, esperanzas, sueños, se había entregado completamente desnuda a él.
Esos momentos la afligen, porque por otra parte sentían el placer de ser personas sin responsabilidades donde solo existían ambos, fuera de aquel mundo oscuro al cual estaban encadenados por sus antecesores. Aquella cálida estación de primavera donde los cerezos y los jazmines disolvían su más pura fragancia, ahora solo perdura en memorias.

Ella respira hondo, y de pronto le llega el recuerdo de aquella noche horas antes de que viviera las peores atrocidades, la discusión entre ella y Park Jimin:

¬ F l a s h b a c k ¬

[15:48 P.M.]

— ¿Dónde fuiste?

༗ LIE ༗Where stories live. Discover now