Las Maldiciones Imperdonables

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El sonoro replicar de la campana en la torre más alta del castillo resonó por todos lados, señalando que la clase había finalizado, Harry lentamente y jugando con su varita entre sus dedos se encamino hasta el umbral que daba con el castillo esperando a Daphne. Harry escuchó una buena cantidad de pisadas y vio como los Slytherin caminaban en grupo por el pasillo. A la cabeza venia Malfoy junto con sus inseparables amigos, Crabbe y Goyle seguidos por Pansy Parkinson que iba detrás del rubio Slytherin.

—Potter. —saludo Malfoy con una media sonrisa mientras pasaba.

—Malfoy. —contestó Harry sonriendo igual que el sangrepura.

Parkinson comenzó a quejarse con Malfoy acerca de esa forma de tratar con Gryffindor idiotas. Malfoy sin embargo no le prestó atención y siguió caminando como si nada. Daphne se separó del grupo de Slytherin y se acercó a Harry con paso elegante y una sonrisa en el rostro. Con cariño rodeo el cuello de Harry con sus brazos y le dio un beso en la mejilla.

—¿A quién estabas esperando? —preguntó Daphne de forma divertida.

—¿A quién? —preguntó Harry, retóricamente —, a una linda y rubia serpiente. —contestó Harry sonriéndole.

—¿A quién?, ¿A Malfoy? —volvió a preguntar Daphne conteniendo la risa.

Harry puso cara de póker, pestaño un par de veces y sin romper el abrazo con Daphne, se llevó la parte posterior de la mano a la frente y, ahora, con una expresión dramática y un deje de diversión dijo.

—Oh ¿Por qué a mí? —exclamó de forma dramática —. Descubriste nuestro gran secreto. Un amor prohibido. Repudiado por los sangrepura. Repudiado por la sociedad. Y amado en secreto por las mujeres y hombres que adoran las historias de amor dramáticas y prohibidas —Harry llevó una de sus manos y toco suavemente la mejilla de Daphne y sin perder la compostura dijo —. Perdón mi amor, mi amada Daphne, pero mi verdadero amor me espera, lo nuestra es imposible. —terminó Harry con una pose dramática y tapándose parte de la cara con una mano.

Harry abrió uno de sus ojos y miró a Daphne que tenía las mejillas coloradas, infladas, los labios bien apretados y tenía la cara completamente endurecida como si estuviera contenidosé de algo. A Daphne se le escapo un poco de aire por los labios y como si un globo explotara comenzó a reírse a todo pulmón, Harry la miró y negó divertido con la cabeza y comenzó a reírse él también. Cuando Daphne pudo dejar de reírse, mientras que con delicadeza se limpiaba las lágrimas de los ojos, dijo.

—Vamos Romeo, vamos a llegar tarde si no comenzamos a caminar —Daphne se agarró del brazo de Harry y comenzaron a caminar por el húmedo césped —. Espero no tener que preocuparme y no tener a Malfoy como competencia. —comentó Daphne divertida.

—¿Quién sabe?, ambos son Slytherin, tiene el pelo rubio, son sangrepura...

—¡Eh! —exclamó Daphne con fingida molestia —. No quiero tener a OTRA como competencia. Me gusta cuidar lo que es mío... Creo que tendría que buscarme un nuevo novio. —agregó divertida mientras caminaba.

—No lo encontrarías. —dijo Harry con una media sonrisa.

—¿A ver y por qué no? —pregunto desafiante soltándose del brazo de Harry y poniéndose delante de él con las manos sobre cadera.

—¿Dónde encontrarías a otro guapo e incomprendido salvador del mundo mágico? —preguntó Harry divertido acercando su rostro a la cara de Daphne.

—Demonios... —refunfuño Daphne divertida dándole un suave y rápido beso en los labios a Harry.

Las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas paso de forma agradable. Hagrid había encontrado a unos pequeños escregutos de cola explosiva. Eran una especie de langostas deformes de unos quince centímetros de largo, sin caparazón, horriblemente pálidas y de aspecto viscoso, con patitas que les salían de sitios muy raros y sin cabeza visible. Con algún que otro quemado la clase termino con relativa tranquilidad.

Obsoleto - El Orden Natural De Las Cosas - ObsoletoWhere stories live. Discover now