Capítulo 20.

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Lord Eddard Stark llegó a Desembarco del Rey con retraso. Se entretuvo cuando otra mitad del ejército del príncipe los sorprendió, sin embargo, llegó para reclamar lo que Robert quería.

Traspasó las puertas de la Fortaleza Roja bajo la atenta mirada del ejército de los Lannister.

Se preguntó qué hacían allí.

Cuando entró en el Salón del Trono, la visión de un joven Jaime Lannister sentado en el Trono de Hierro lo horrorizó.

-Ese trono le pertenece a Robert Baratheon, ¿qué haces tú ahí? –su voz era tajante.

-Tranquilizaos, Lord Eddard –rió Jaime-. Solo le estaba calentando el sitio a nuestro amigo –sonrió.

Ser Jaime se levantó para que Lord Eddard quedara más tranquilo, pero no lo consiguió.

-¿Dónde está mi hermana?

-¿Me lo preguntáis a mí? –Ser Jaime parecía divertido con la situación-. Es vuestra hermana, vos deberíais saber dónde está.

Lord Eddard tensó la mandíbula.

-¡Lord Howland!, id a preguntad a cualquier soldado si mi hermana se halla aquí.

Su fiel vasallo le obedeció. Tardó poco más de cinco minutos en regresar.

-No está aquí, mi señor. Dicen que se halla en una torre en Dorne.

Eddard arrugó el ceño.

-¿Cómo están tan seguros?

-Han torturado a una mujer muda para que les llevara hasta el encierro de Lady Lyanna.

-¿La han sacado de allí?

-No, mi señor. Ser Arthur Dayne, Ser Oswell Whent y el Lord Comandante de la Guardia Real Gerold Hightower custodian la torre, mi señor. Han matado a todos los que han intentado salvar a su hermana.

-Entonces iré yo mismo –miró a Ser Jaime, quien seguía sonriendo-. En cuanto llegue Robert.

Entonces recordó algo.

-¿Dónde está la reina?

-Ha escapado a Rocadragón con su hijo Viserys –contestó Ser Jaime-. Pero tranquilo, Lord Eddard, los mataremos antes de que puedan volver pidiendo venganza.

-No quiero la muerte de unos niños –respondió tajante.

-¡Vaya!, eso me dice que no estáis al corriente del destino de los hijos del príncipe Rhaegar –la sonrisa de Jaime Lannister se ensanchó.

-¿De qué…? –no pudo terminar la frase, ya que las puertas del Salón del Trono se abrieron para dejar paso a un altivo, orgulloso y vengativo Robert Baratheon, con su ejército tras él.

-¿Y tu hermana, está aquí? –fue lo primero que preguntó cuando descabalgó.

Lord Eddard negó y Robert maldijo a los dioses.

Lord Tywin se presentó ante Robert.

-Creo que sería justo que vos os quedarais con el trono, ya que es a vos a quién Rhaegar os ha humillado. Además, tengo entendido que vuestra abuela es la hija de Aegon V…

-Ningún tipo de parentesco me une a esos desgraciados –soltó mientras escupía al suelo y pasaba delante de él.

Bajo la atenta mirada de todos, se sentó en el Trono y Ser Harrison lo coronó Rey de Poniente.

Después de aquello, Robert nombró Mano al que había sido como un padre para él, Lord Jon Arryn, quien envió un cuervo a su mujer Lady Lysa para que se marchara hacia Desembarco del Rey.

El Príncipe que Fue Prometido.Where stories live. Discover now