Capítulo 7.

675 27 0
                                    

-Ataca.

Los dos hermanos se pusieron en guardia y, el mayor, de una estocada rápida y limpia, rompió la espada del pequeño. Le dio una patada en el pecho y lo tumbó boca arriba, jadeando.

-¡Mierda, Eddard, ¿es que quieres matarme?! -se quejó el pobre Benjen Stark mientras intentaba ponerse en pie. Su hermano mayor rió.

Brandon los miraba con una sonrisa en el rostro, junto a su caballo.

Estaba apunto de marcharse a Aguasdulces y sus hermanos ni siquiera podían asistir a la boda. Brandon ignoraba el por qué. Eso era cosa de Lord Hoster Tully y de su señor padre.

-Solo ha sido un empujoncito de nada -se burló Eddard.

-¿Un empujoncito?, ¡me has podido romper la espalda!

-Pues vete acostumbrando si quieres servir en la Guardia de la Noche.

-¡Que los Otros se lleven a la Guardia de la Noche! -volvió a quejarse el pequeño de los Stark-. ¡Ayúdame a levantarme, me duele mucho la espalda!

-Eres un flojo -Eddard le tendió la mano a su hermano y lo ayudó a levantarse.

La causa del dolor de Benjen fue una traicionera piedra con la que chocó al caerse.

-Señor Brandon -la voz de Ser Rodrick lo hizo girarse-. Vuestro caballo está preparado para marchar, mi señor.

-¿Y los caballeros que me acompañaran?

-También, mi señor. Está todo listo. Cuando vos digáis, partiremos hacia Aguasdulces.

Brandon miró de nuevo a sus hermanos, quienes se hacían bromas sin sentido mientras examinaban la espada quebrada de Benjen.

Brandon se acercó a sus hermanos sin quitar su sonrisa.

-Decidme, hermanos, ¿qué haréis cuando vuelva con mi esposa?

-Querrás decir prometida -sonrió Eddard-. Pues no lo sé.

-¡Claro que sí lo sabes! -Benjen estiró su espalda e hizo un gesto de dolor-. Irás corriendo tras las faldas de Lady Ashara Dayne.

La risa de Brandon se escuchó por toda Invernalia. Para desgracia de Benjen, Eddard lo tumbó en el suelo y comenzó a darle puños en la cara, el pecho y la barriga.

Su hermano se retorció para librarse de él, cosa que no consiguió, y comenzaron a pelearse.

-Peleáis como niños -la potente voz de Lord Rickard Stark hizo que los hermanos parasen de pelear.

-Aún son niños -respondió Brandon sin dejar de sonreír.

-Lo dirás por ti.

-Soy yo el que se va a casar, hermano, no lo olvides.

Eddard hizo ademán de pegarle a su hermano mayor, pero Brandon retrocedió un paso entre risas.

-Primero mi hija y ahora tú... -susurró Lord Rickard.

Brandon miró a su padre. Era ya un hombre anciano, pero seguía siendo fiero y fuerte como un lobo huargo.

-Vendré en cuanto finalice la boda, padre. No os preocupéis.

-Tened cuidado en el camino. Los salvajes no saben cuándo es mejor quedarse en sus madrigueras y cuándo salir.

-Lo haré, padre.

Brandon y su señor padre se abrazaron.

Después, Brandon se despidió de sus dos hermanos pequeños, subió a lomos de su Sombra Gris, y se encaminó hacia la morada de su amada para casarse y traerla de vuelta a Invernalia, donde gobernaría con él cuando su señor padre faltara.

-El viaje durará tres días, mi señor, eso si no hay contratiempos -le dijo Ser Rodrick.

-No os preocupéis, Ser. Los salvajes sabrán mantener las distancias.

-Lo dudo. En cualquier caso, estamos preparados para entrar en batalla si es necesario.

-Me tranquiliza saberlo, Ser Rodrick. No puedo exponer a ningún tipo de peligros a mi amada al viaje de regreso.

-Por supuesto, mi señor.

Continuaron el camino en silencio. A Brandon le pesaba la armadura debido a que atrás dejaba el frío de Invernalia para adentrarse en el calor de Aguasdulces.

La noche cayó muy lentamente.

Brandon estaba cansado, al igual que sus caballeros, por lo que decidieron acampar entre los bosques.

Agotado, Brandon pidió no ser molestado en su tienda. Se refrescó la cara con agua y se sentó en su cama echa de paja.

El día siguiente fue menos agotador. Brandon entabló una gran conversación con Ser Rodrick sobre el destino de sus hermanos.

-Sería un gran honor para la Guardia de la Noche tener a vuestro hermano Benjen.

-Lo sé -coincidió Brandon. Desde siempre, la Guardia y los Stark habían sido amigos inseparables-. El problema es Eddard.

-Podría pedir la mano de Lady Ashara.

Brandon se rió. Aún recordaba la vez en que Brandon le pidió a Lady Ashara un baile con su hermano.

Eddard era demasiado tímido como para proponérselo él mismo, así que su hermano tuvo que intervenir. Desde aquel día, su hermano y Lady Ashara habían permanecido mucho tiempo juntos.

-Podría... si Ser Barristan Selmy no se le adelanta.

Brandon y Ser Rodrick rieron el chiste.

Estando aún en el torneo, Brandon se enteró por boca de un Ser Barristan ebrio, que estaba locamente enamorado de Lady Ashara, y que estaba dispuesto a retar a Eddard Stark si hacía falta para conseguir su mano en matrimonio.

-¡Señor Stark! -una voz jadeante, proveniente de su espalda, le hizo dar media vuelta.

Un mozo de cuadras de Invernalia se acercó a lomos del caballo de su hermano Eddard.

Aquel corcel era de los más rápidos de todo el norte.

Graves asuntos serían si Eddard le había dado prestado su caballo a un mozo de cuadras.

El mozo le entregó un papel enrollado.

-Es de vuestro padre, mi señor.

Brandon cogió el papel y lo desenrolló sin dejar de mirar al mozo. Estaba colorado y sudoroso.

-¿Lleváis mucho tiempo tras mis pasos? -preguntó.

El mozo asintió con la cabeza, ya que era incapaz de hablar. Parecía él más cansado que el pobre caballo de Eddard.

Brandon leyó la carta y dejó escapar un siseo. Los ojos se le salieron de las órbitas y tuvo que leer más de dos veces la carta para comprender su significado. No podía creerlo. No quería creerlo.

Aquella carta era una broma de sus hermanos. No podía ser verdad.

-Mi señor, ¿qué ocurre? -Brandon reaccionó tan solo a la voz de Ser Rodrick.

Volvió a enrollar el papel y se lo devolvió al mozo.

-Decidle al maestre Walys que escriba a Lord Hoster Tully pidiéndole mis más sinceras disculpas, pero que no podré asistir hoy a la boda.

Después se volvió hacia sus caballeros, que lo miraban atónitos

-Que dos soldados lo escolten de nuevo a Invernalia -anunció con voz grave-. Los demás me seguiréis -Brandon se giró hacia Ser Rodrick-. Me temo que hemos cambiado el rumbo de nuestros pasos, Ser. Nos vamos a Desembarco del Rey.

-¿Puedo preguntaros por qué?

Brandon escupió al suelo.

-Porque el príncipe debe devolverme a mi hermana.

El Príncipe que Fue Prometido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora