xiv. Sueños premonitorios

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La presión de los sueños se había vuelto más intensa con el pasar de los días, era una tortura y para colmo, Yūgi sabía algo, se acercaba su celo.

Era una tortura entre sueños.

Veía a sus dos amores platónicos besarse y abrazarse entre sueños, los veía abrazándole y murmurando a su oído que lo querían, pero al final del día sólo eran...

Sueños.

Tragó saliva, en un intento frívolo de deshacerse del nudo que le cortaba el habla, por si fuera poco cada vez que veía a Yami y Atem juntos veía algo en la forma en que se miraban, algo oculto detrás de sus ojos, enmascarado en diplomacia, pero sólo eran ilusiones, aun si ellos estuvieran juntos.

¿En verdad le mirarían a él?

Tal vez sólo eran desbalances hormonales.

La muerte y el juicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora