¿Suerte? ¿U obra de los Dioses?

161 19 18
                                    

Quizás...

Quizás muera aquí mismo...

Suspiré con una leve sonrisa, Alof tenía razón, ahora por mi culpa ellos dos estarían más solos y perdidos de lo que ya lo están...

Miré al gigante, pude ver en primer plano cómo bajaba con fuerza su brazo empuñando su gruesa y pesada arma hacia mi débil y pequeño cuerpo.

Cerré los ojos. Solté mi último aliento y...

Escuché un grito a lo lejos. Un grito horrorosamente fuerte, excesivamente fuerte.

Por alguna razón, abrí los ojos. Y vi como el gigante detuvo su ataque justo antes de aplastarme, un segundo más tarde y yo sería puré de nórdica.

Mi respiración estaba entrecortada, al mirar al gigante, éste estaba mirando hacia atrás, gruñendo y pronunciando palabras que para mí eran incomprendibles.

Suavemente comencé a deslizarme hacia atrás. Pretendía escapar, no creo que esto vaya a repetirse en el caso de que no me escape ahora mismo.

Cuando ya pude levantarme, casi sin hacer ruido. El gigante se enderezó y se fue caminando hacia otro gigante que, aparentemente, lo había llamado con ese gran grito que impidió que me matasen.

Comencé a correr, con el pánico que casi dominaba toda mi mente, la muerte pasó frente a mis ojos, y por alguna razón me salvé de ella...

Al llegar a los establos de Ventalia, caí de rodillas en la nieve, apoyándome con los brazos en la misma para no acostarme en esa fría y rasposa superficie. Respiraba agitada y entrecortadamente. No podía más del miedo y de los nervios.

-¡Oye! ¿¡Estás bien?!- Escuché. Creo que es el Alto elfo que me vio resbalar antes.

¿Acaso me ves bien?

Oí cómo el Elfo se acercaba corriendo, sus pasos en la nieve resonaban bastante despacio. Luego sentí unas frías manos tomando mis hombros.

-E-estoy b-bien.- Tartamudeé sin poderlo evitar, seguía con miedo.

-Estás pálida como la nieve, niña... Y además tienes una gran herida en el brazo. ¿Qué ha pasado?- Preguntó intentando tomarme en brazos.

-D-dije que estoy bien...- Me moví para que no me levantara y me coloqué de pie con dificultad.- G-gracias por... I-intentar ayudarme...

-Niña, sé que soy un Alto elfo, pero no me odies así.- Dijo satíricamente. Aparentemente quería hacerme reír.

Tomé aire, luego exhalé. En un intento de tranquilizarme, pasé mis aún temblorosas manos por mi cara, y aclaré mi garganta.

-Ulundil...- Comencé a decir.- Sé que... Algunos nórdicos odian a los elfos... Sobre todo a los Altmer. Pero yo no soy así. Acabo de pasar por algo... Complicado y no me gusta recibir ayuda de alguien.

-¿Cómo conoces mi nombre?- Preguntó, como si ignorara todo lo que le dije.

-Eres quién vende caballos... He oído hablar de ti...

-Te pareces mucho a... Susanna... ¿Eres...?

-Su hija... Si...- Asentí con algo de tristeza.- ¿Cómo es que la conoces?

-Me compró una yegua una vez, la recuerdo porque estaba con Ulfric, fueron a un enfrentamiento juntos hace bastante tiempo... Y en vez de sólo llevarse la yegua como hizo Ulfric, ella pagó... Y aprecié bastante el hecho de que no me haya mirado como un ser inferior.

-Ah, si... Lo recuerdo.- Dije.

-Lamento lo de tus padres, niña.- Dijo mirándome con leve ternura.

Luz de Vela. [The Elder Scrolls.]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang