¿Trabajo?

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Roggvir me devolvió la sonrisa con tranquilidad. Pero poco a poco se desvaneció la mía al recordar que me había escapado de casa.

-Creo que debo irme.-Dije dando lentamente un paso hacia atrás, dándole a entender que en serio tengo que irme.

-Oh, sí. Por supuesto...- Dijo.

-Nos vemos, cuando vuelva a cazar.- Me despedí de él con la mano mientras me proponía irme.

-Antes de que te vayas...- Me detuvo.

-¿Mh?

-Eres de Ventalia, ¿Verdad?

-Sí.

-Quizás vaya a verte pronto, tengo una entrega allá.

-Oh, está bien.- Le volví a sonreír.

-También, si necesitas un arma o una armadura, puedes comprar aquí. Ya que veo que no traes armadura... Y si vas a cazar... Tú me entiendes.

-Ah, sí. No es que no tenga armadura, es que la tengo en casa y...

Y... Es de mi hermano.

-Gracias por la oferta.- Dije finalmente para concluir la frase.

-No agradezcas. No te quito más tiempo. Nos vemos.- Se despidió con la mano.

-Adiós.- Dije dando media vuelta y comenzando a caminar.

Alof me va a asesinar... Otra vez.

Como siempre...

Solté un bufido y apresuré el paso. No corrí, mantuve una caminata rápida. Con cada paso recordaba más y más los regaños de mi hermano mayor, quiere lo mejor para mí... Pero una también se cansa de que la regañen todos los míseros días.

Abrí con ímpetu la puerta de la comarca. Entrando de la misma manera me dirigí hacia mi casa.

Me detuve frente a la puerta, un miedo recorrió mi ser, dejando completamente de lado el enojo que sentía momentos antes.

Solté un suspiro y con lentitud abrí la puerta. Asomando mi cabeza para ver si había alguien.

¿Siguen en el cuarto de antes?

Entré mirando hacia los costados. ¿Alof no notó mi ausencia?

-¡Christer!- Gritó Alof dando un portazo. Provocando que diera un salto del susto.

-¡Ah! ¡Alof no hagas eso!- Exclamé molesta por el susto.

-¿Ahora soy yo el malo? ¿Te burlas de mí?

-...

-¿No vas a hablar?

-¿De qué hablas, Alof?

-¿Sales sin avisar, llegas horas después y burlándote de mí?

-¿¡De qué hablas?!

-Mira, pequeña mocosa...- Me apuntó con la mano derecha, en la cual, tenía una botella de aguamiel.

-¿Bebiste?...- Pregunté algo asustada.

-¿A dónde saliste?- Dijo ignorando mi pregunta.

-Fui a la Arboleda... A practicar un poco, sólo eso...

-¿Fuiste a ver a ese chico de nuevo, verdad?- Me miró y dejó la botella a medio tomar encima de la mesa, para luego sentarse en una silla en el comedor, indicándome que me acerque.

Entré a la habitación en la que estaba mi hermano con mucho miedo. Él no es violento, nunca me ha golpeado... Pero es muy... Irascible y... Me da temor cuando toma aguamiel, ya que no sé hasta dónde podría llegar.

Luz de Vela. [The Elder Scrolls.]Where stories live. Discover now