Levanto nuevamente las mancuernas que tengo en mis manos y observo a mi chica quién hace algo de spinning en la bicicleta estacionaria que está a mi lado.
—Eh, baja esa velocidad —le llamo la atención y ella vira sus ojos—. Grande, no pienso repetir lo que dije dos veces.
—¡Vete al diablo! —chilla y baja de la bicicleta para marcharse del gimnasio que tenemos en casa. Últimamente ha presentado cambios de humor bastante considerables y eso es a causa del embarazo, según su médico estos cambios solo serán por los primeros meses.
Niego con la cabeza mientras sonrío de lado por la diversión que me causa verla molesta, dejo las mancuernas en su lugar y salgo del gimnasio, voy a la cocina por un batido verde y me siento en el cómodo sofá del living. Hace tan solo un mes le acompañé al primer ultrasonido y la experiencia fue tan hermosa, saber como algo tan diminuto se transforma en tu todo en menos tiempo del que imaginas.
Debido a su dieta vegana el Doctor recomendó cambiar su régimen alimenticio, también mientras se acostumbra a comer lo que no solía comer nos indicó que lo mejor era que dejara el gym por un tiempo. Pero ella es tan terca que me rogó dejarla hacer algo de spinnig 2 días a la semana y así lo hemos hecho solo qué a veces se aprovecha y aumenta la velocidad que le he establecido.
Por otro lado de vez en cuando imagino cómo podría ser mi hijo/a y justo ahora mismo quiero dedicarme a eso; ¿acaso tendrá los grandes ojos de su madre? ¿la forma de sus labios serán como los míos? ¿cuando frunza su ceño lucirá cómo yo cuando lo hago? ¿su cabello será castaño o café obscuro?. Confieso que moriría si su cabello es café obscuro, justo cómo el de Ariana cuando era una bebé.
—Amor... —el llamado de mi prometida me desconcentra y volteo mi vista hacia ella.
—¿Todo en orden, el bebé está bien?.
—Sí, solo quería disculparme por la escena de hace un rato —hace un puchero y se sienta de cuclillas a mi lado, jamás podría molestarme con ella y lo sabe. La tomo por sus caderas y la siento en mi regazo para darle un beso en su mejilla izquierda.
—¿Puedes creer que en una semana serás la señora Bieber? —cuestiono y ella niega divertida mientras esconde su rostro en mi pecho. Los preparativos han sido del todo menos sencillos, organizar una boda tradicional y lujosa en estos tiempos es algo complicado, los centros de mesas fueron elegidos por Ariana y para la prueba de las comidas ambos nos encargamos al igual que del pastel.
Las flores las elegí yo, teniendo presente que sus flores favoritas son las rosas rojas decidí combinarlas con rosas blancas, su vestido se lo obsequié yo, el cuál es de la casa de alta costura Givenchy y desde luego que ella se tomo la modestia de obsequiarme el traje por parte de Dolce & Gabbana. Nuestras amistades también tienen un gran papel importante en la preparación de esta boda ya que sin ellos hubiésemos tardado más de lo establecido y es que ni siquiera hemos anunciado el embarazo, al menos Ariana prefiere hacerlo luego de la boda porque por mi parte literalmente le he dicho a cada persona que se me pone en frente que seré papá, sí lo sé, la discreción no es lo mío.
—André llamó para avisar que tus zapatos llegaron ayer, solo que hay un pequeño problema... —dice Ariana luego de un rato, llevo mi mano izquierda a mi frente simulando frustración y le pregunto de que se trata el pequeño problema—. No son del color que querías.
—¿¡QUÉ!?.
—Lo siento pero ese color rojo estaba espantoso y no están nada acorde para una boda, Justin —apunta obvia, le dedico una mirada aún sin poder creerlo pero prefiero no explotar.
—Pero si el traje es negro, por amor a Dios.
—Es azul marino.
—Ni si quiera se nota.
—Bueno ya, lo mejor es qué el color de las zapatillas sean cafés —dice en un tono amenazante y se cruza de brazos.
—Entonces tendrás que llevar la liga —propongo y ella niega con su cabeza.
—Me rehúso, es muy molesta —saca su lengua como una pequeña niña provocando que mi molestia cese.
—Entonces volveré a pedir los zapatos rojos vibrante —amenazo ahora yo y ella se alarma.
—Bien bien, trato hecho —me tiende su delicada mano para cerrar el trato lo cuál hago gustoso, desde luego que todo lo tenía planeado en mi cabeza.
Al inicio de los preparativos y mientras los diseñadores trabajaban en su propio vestido traté de convencerla de que aceptara que diseñaran una liga —la cuál de todas maneras pedí que hicieran sin que ella se diera cuenta— para que usara el día de nuestra boda ya que me parece muy sexy.
Al final dijo que no, entonces para sacarla de quicio pedí unas exclusivas zapatillas de Balenciaga en color rojo y aunque desde luego me gustaban mucho solo lo hice con la intención de poder hacer un trato con ella para que llevara su liga y así yo llevar los zapatos que ella eligió.
—Un momento ¿acabas de tratar de"manipularme", no? —escucho su carcajada y la miro totalmente confundido—. ¿En verdad creíste que Alexander no me avisaría que pediste que hicieran la liga de todas maneras?. Lo siento cariño, olvídate del trato.
Finaliza para luego darme un beso en los labios y finalmente desaparecer por el pasillo, esta chica me trae loco y realmente su manera de saberlo todo no termina de impresionarme, siempre se las ingenia para salirse con la suya. Me levanto del sofá y sigo su trayecto, al entrar a la habitación la observo sonriendo frente al espejo mientras acaricia su pequeña, pero muy pequeña pancita.
—¿Me perdonas? —susurro a su oído mientras rodeo su pequeño torso con mis brazos para poder colocar mis manos sobre las suyas.
—Solo por ser mi prometido, sí, puede ser —bromea y recuesta su cabeza en mi pectoral izquierdo—. ¿Alguna vez imaginaste vernos así?.
—Cada día, desde la primera vez que te ví.
Le aseguro, porque desde luego que no es mentira, siempre estuve seguro de que ella sería la mujer de mi vida.
"So get used to me checking in all day Get used to me falling through just to see your face There ain't a moment I won't need your brace..."
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