•Capítulo 1: Bienvenido•

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La parte racional y antipática de Yoongi le gritaba que le ordenara cerrar la boca, sin embargo, la parte más estúpida y sensible se extasiaba al ver al rubio cantar y es que lucía tan tierno que finalmente Yoongi no dijo nada.

— ¿Ya estamos cerca, hyung? — preguntó Jimin cuando sintió que el trayecto había sido muy largo

— Si

Jimin se conformó con aquella respuesta fría que el pelinegro le había dado y se limitó a acomodarse en su asiento mientras su mirada se centraba en el paisaje que estaba detrás de la ventanilla, el sol comenzaba a ocultarse y, dado que la carretera por la que transitaban parecía estar libre de edificios enormes, el menor podía apreciar como el cielo se pintaba de tonos anaranjados que le resultaban bastante relajantes.

Soltó un suspiró cargado de nostalgia y es que hacia años que no tenía tiempo de sentarse a observar un atardecer. No tenía tiempo por que a esas horas siempre estaba encerrado en una habitación, con un hombre diferente cada día, pero al final del día todos terminaban degradándolo de la misma forma, lanzándole unos cuantos dólares antes de irse.

La primera vez que lo hizo, Jimin se sintió asqueado, no podía dejar de pensar que estaba sucio y roto de alguna forma; luego, cuando supo que no había forma de escapar intentó buscar el mínimo lado bueno de aquello. Nunca pudo hacerlo. Y desde hacía unos tres años solamente fingía, fingía que el hecho de satisfacer a aquel montón de cerdos pederastas le traía a él un poco de placer. La verdad era que Jimin nunca sintió nada ante las caricias que le eran brindadas.

Muchas veces se preguntó si había algo malo con él, pues incluso las chicas con las que trabajaba le habían dicho que en algún momento debía sentir algo, sin embargo no lo hacía. Nunca lo hizo.

— ¡Jimin! — la voz de Yoongi le hizo dar un pequeño salto en el asiento — Llevo un rato hablándote ¿No me has escuchado? — el rubio negó con la cabeza un tanto apenado

— Lo siento.

— Ya llegamos.

Aquello parecía ser cierto, el auto se había detenido frente a un edificio, Jimin sabía que estaban en alguna de las zonas residenciales más exclusivas de la ciudad aunque seguía cuestionandose por donde habrían entrado pues no recordaba haber visto ninguna entrada lujosa y sobre todo dudaba que la carretera que minutos antes estaban transitando fuera la entrada principal a un lugar como aquello.

Jimin bajó del auto lentamente, mirando con asombro el lujo de aquel lugar, sonrió inconscientemente al saber que viviría ahí. Era como un sueño que ahora se volvía realidad.

No sabía que tanto podía confiar en Yoongi, aún así su vida ya no podía estar más jodida así que realmente no importaba tanto.

— ¿Vas a venir o no?

Yoongi lo había llamado un momento antes de llegar a la entrada, siendo recibido por un amable portero que le dejó pasar, Jimin sonrió mientras le hacía una venia al hombre que le miraba con curiosidad.

Una vez que ambos estuvieron dentro del elevador Jimin se atrevió a hablar.

— ¿A que piso vamos?

La verdad era que sentía demasiada curiosidad, espera poder tener una linda vista de la ciudad al menos.

— Al penthouse — murmuró Yoongi presionando el botón pertinente mientras el menor soltaba un ruidito de sorpresa.

~♡~

Aquél lugar era, sin duda, el lugar más lujoso en el que Jimin había estado. Le parecía bastante acogedor aún si todo era demasiado minimalista para su gusto, él habría puesto unos cuantos colores pastel pero tampoco le desagradaba del todo.

Marshmallow [ m y g × p j m] FINALIZADAWhere stories live. Discover now