―Lo sé, y lo peor de todo es que no me arrepiento mucho que digamos ―Julian dejo escapar una sonrisa ―Estoy seguro de que Agustin y Noah tampoco lo hacen. Después de todo solo salíamos con mujeres superficiales, huecas. Jamás nos interesamos en jugar con los sentimientos de las inteligentes o con buenas intenciones.

―Aun así ―Entrecerré los ojos ―¡No debieron!

―Tranquila Oriana, eso ya quedo atrás ―Dijo Julian con voz suave ―¿Sabes quién acabo con la diversión?

―¿Quién? ―Me levante de sus piernas y me senté de frente a él, depositando toda mi atención en la historia, no quería perder ni un detalle. Julian aún seguía con su vista perdida.

―Warner ―Julian hizo un ademan de desprecio y pesadez.

―¿Con Warner, te refieres a Amelia? ―Pregunté.

―Sí, Amelia Warner.

―Estas diciéndome que ¿tengo que agradecerle a esa bruja que tú, mi hermano y Agustin hayan dejado de jugar con el sexo femenino?

Julian hizo una mueca y negó con la cabeza, luego concentro su vista en mi y rió a causa de mi boca abierta.

―No cariño, ella no lo hizo con la intención de detenernos. Sin saberlo ella acabo con nuestra amistad ―Julian estiró su mano y aparto un mechón de cabello de mi cara.

―¡No pares, continúa! ―Ordene con voz fascinada a causa de la historia.

―Cuando teníamos diecinueve años, Amelia ingresó a nuestra escuela, peor aún, a nuestro salón de clases. Como ya te imaginarás de inmediato atrajo la atención de todos y todas, debido a su compleción física y más aun a su manera de contonearse. Basto con que abriera la boca por primera vez para que todas se sintieran inferiores ―Julian negó con la cabeza.

―¿Tanto así? ―Julian asintió ―Y tú... tú te interesaste por ella, ¿no es así? ―Los celos comenzaron a fabricarse en mi interior, pero para mi sorpresa Julian sonrió y negó.

―No fue así. Esa tarde nos reunimos en casa de Agustin, teníamos que realizar un proyecto en equipo ya después saldríamos a divertirnos ―Julian se sonrojo ―No te atrevas a preguntarme de que manera, por favor.

―Si no me lo dices tu, Noah me lo dirá ―Bromee.

―Mujeres. Fiesta. Un poco de alcohol lo primero que viniera a nuestra mente ―Yo agache la mirada ―Cuando digo mujeres no me refiero a compartir la cama, que quede claro. No me malinterpretes.

―¿Ahora lees mi mente? ―Esboce una sonrisa.

―Siempre la he leído, por eso se que crees en mi palabra en cuanto a lo que acabo de decirte ―Julian sonrió ―El punto es que aquella tarde en casa de Agustin, tu hermano Noah lanzó una nueva propuesta para divertirnos. Lograr que Amelia saliera con alguno de nosotros.

―¿Pero en que pensaba el tarado de mi hermano? ―Crucé los brazos ―¿Qué no le basto con verla para saber que era de lo peor?

―Por eso es que los tres consideramos que sería un buen entretenimiento. Ella se sentiría halagada al tener tres "pretendientes" pero imaginar su cara después de que no pasara de la primera cita era divertido.

―Sin embargo contigo si paso de la primera cita ―De nuevo, los celos habían hablado por mí.

―Ya te he pedido perdón por eso, Ori ―Julian me miro serio y yo le regale una sonrisa.

―Ignórame, tu sigue ―Asentí.

―Al día siguiente a la salida de la escuela me acerqué a Amelia. Apenas dije mi nombre ella... ―Julian agito su cabeza y sonrió divertido ―¡Ella me invito a salir! Yo no tuve que proponérselo fue ella misma. Eso me hizo saber que era una mujer interesada, pues estaba consciente de quien era mi familia.

TE AMO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora