Capítulo 14: Empieza a cansar.

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-¿Por qué estás tan inquieto? –preguntó Louis mientras buscábamos a Gemma. El aeropuerto era enormísimo, y ella quiso conseguir algo de agua, ahora estaba perdida y su celular estaba descansando en mi bolsillo, pues había estado cuidándolo.- Cualquiera diría que tienes alguna infección ahí abajo. –se rió él, sacudiendo mi cabello.

-No es nada. –gruñí. Él me hizo detener y me miró con una ceja alzada.- No me mires así, me sacaste de casa para recoger a tu mamá... -murmuré. Tragué en seco y jugué con mis manos nervioso.

-Así que... -comenzó, su tono era de burla y yo quería esconderme. Sentí su dedo enterrarse en mis costillas y lo alejé.- Esto es por ella... mi madre. ¿Ella te pone nervioso?

-So. –me crucé de brazos.

-¿Y qué se supone que significa 'So'? –me detuvo del brazo. Su sonrisa seguía ahí, sabía lo que estaba pasando dentro de mí y le divertía.

-No significa nada.

-No nací ayer. –Atacó.- ¿Qué significa?

-Significa que no es ella, es el hecho de que sea tu mamá. –Solté un montón de aire que había estado atrapado en mis pulmones desde hace un rato y dejé caer los hombros.- Pero no es solo eso, es que yo sé que estará triste también, ¿qué se supone que diga? ¿Se supone que debo estar callado o saludarla? ¿Decir que lo siento, o no mencionar nada?

-No quiero que te sientas presionado. –Me tomó de los hombros y me miró seriamente.- Ella sabe también que estás mal, no va a presionarte nada, y no creo que mencione nada, ella es muy discreta. Además, no es el tipo de persona que se estanca en su depresión o esas cosas, incluso podrías pensar que nada malo está pasando en su vida.

-Es como tú.

-En realidad, yo soy como ella. –Asintió y después de mirar a todos lados, quizá buscando a mi hermana, quizá buscando a su madre, se acercó y dejó un beso sobre mis labios.- La ibas a conocer de todas maneras, tu hermana organizó una clase de cena para hacerla sentir en casa...

Jay era un encanto, era tan animada como Louis, y a pesar de que sus ojos se veían cansados, no nos dejó ir sin probar su lasagna. Era deliciosa, y me atrevería a decir que más que la de Gemma, pero no lo diría obviamente en voz alta.

Un par de meses después, las cosas habían cambiado para bien. Me dijeron que estaba fuera de mis olas de depresión en Julio, y estando en octubre, yo me sentía de maravilla. Para la familia de Louis... que solo la comprendían él y su madre, las cosas eran algo difíciles aún, pero no era como al principio. Cuando Louis me dijo su situación iba algunas veces conmigo a decirme lo triste que se sentía, pero siempre lograba distraerlo y poco a poco, todo mejoró.

-¿¡Podrías callarte de una vez!? –grité a mi hermana desde la mitad de las escaleras. Ella había estado muy emocionada con Louis últimamente, pero me estaba comenzando a colmar la paciencia.- Estoy harto de que todo sea Louis. Todo, todo. No quiero escucharte más, ¿no puedes entenderlo?

-¿Qué pasa? –preguntó. Quería parecer comprensiva, pero sabía que estaba a la defensiva. La ignoré y seguí subiendo. Estaba a punto de entrar a mi habitación, cuando ella me hizo girar.- ¿Qué es lo que sucede, Harry?

-Solo estoy harto. –sacudí la cabeza e intenté safarme. Ella asintió y me soltó.

-Él me hace feliz. –Su voz sonaba algo rota.- Harry, después de todo lo que hemos sufrido, ¿no puedo hablar de algo que me hace feliz? Eres un egoísta, Harold. –acusó y se dio la vuelta. Bufé y me encerré en mi habitación. No estaba de humor para mi hermana, y escucharla hablar del chico que me gustaba a mi, me hacía enojar. Sobre todo porque lo he visto junto a ella, él es tan cariñoso con ella... y conmigo él no ha formalizado nada. ¿Quién me aseguraba que no andaba besándola a ella también? Solo... solo no podía con eso.


No le digas a mi hermana - Larry StylinsonWhere stories live. Discover now