Capítulo 4: Gracias, Niall.

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Bueno, aquí está el capítulo que les prometí. Muchas gracias por sus comentarios, y votos, y todo eso. Gracias a las chicas que la han agregado a su lista de lectura...

Como sea, espero que les guste. ♡

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Cuando desperté, eran las 6:30 a.m. y el tubo seguía justo como lo había dejado ayer por la tarde. Había dormido bastante, pero no me sentía cansado y eso era algo que no había sentido desde hacía un buen tiempo, ya que se me hizo costumbre dormir muy tarde, y la escuela requería que despertara justo a esta hora.

Me senté en la orilla de la cama y me estiré. Antes de levantarme, volteé a ver el tubo, sonreí y lo tomé, quité la tapa y lo primero que vi fue un papel perfectamente doblado, haciendo un cuadrado pequeño. Era una nota.

Harry Styles, hice un descubrimiento en el parque.

Uno que me gustó bastante... me gusta observarte.

Espero que te guste, es todo tuyo.

Atte. Louis Tomlinson

Eso se leía en el papel. La caligrafía del pequeño texto era absolutamente perfecta, algo ladeada hacia la derecha y alargada hacia arriba, tan segura, pero delicada e impecable, que dudaba que la hubiera escrito un chico.

Mi estómago se comenzó a sentir cálido, por la curiosidad. Dejé la notita de lado y entonces tomé el tubo, saqué el papel que había dentro y lo extendí. Fruncí el ceño, parecía un paisaje normal, con dos chicos dando la espalda. Un segundo después de apreciarlo como era debido, me di cuenta de que el chico sentado en el césped tenía la ropa exactamente igual a la que yo llevaba cuando nos vimos en el parque. El otro chico estaba al parecer más lejos, y tenía la ropa de Niall, incluso reflejaba la manera en que mi mejor amigo caminaba. Solté una pequeña risa.

¿Desde cuándo había estado ahí? ¿Cuánto tiempo había estado observándome? Porque era obvio que lo había hecho, uno no memoriza la ropa de alguien así como así, no con solo un vistazo. Bueno, no importaba. Por alguna razón, eso no me asustaba, no me asustaba que Louis hubiese estado espiándome. Sonreí y guardé la pintura en el tubo unos segundos antes de que Gemma tocara a mi puerta.

-El desayuno ya está listo, Harry. –Me avisó la voz de mi hermana tras la puerta.- Será mejor que te apresures. –escuché sus pasos alejándose y suspiré. Me lavé la cara, me vestí y me arreglé el cabello, para salir a desayunar justo después.

Al llegar a la escuela, Niall me tenía preparado todo un circo montado. Me dijo que tenía a la chica perfecta para mi, y que hablaríamos de eso en el descanso, porque ahora tenía que ordenar sus palabras, para no espantarme. Vaya, que considerado... debió ordenar todo eso antes, pues ahora me asustaba llegar al descanso.

Era inevitable parar el tiempo, y cuando pasaron las horas necesarias –cabe decir que fue demasiado rápido para mi gusto-, la hora del descanso llegó a nosotros. Pasos pesados me acompañaron hasta mi mesa en el comedor, donde un sonriente Niall, con las mejillas sonrojadas por la emoción, me esperaba, con una bandeja de comida llena frente a él, y otra con cosas que yo solía pedir frente a la suya. Me acerqué y me dejé caer en el asiento frente a él.

-Bueno, dime, ¿ya te decidiste sobre tu situación con esa chica que conociste antes? –preguntó ansioso. Esto no podía ser nada bueno. Tomé una de las botellas de agua entre nuestras bandejas y di un trago.- O sea, ¿ya sabes si te gusta o no?

-No realmente. –dije. Era verdad, no sabía, y aunque en algún otro momento, como hace un par de semanas, hubiera respondido como si fuera la cosa más ridícula que hubiese oído, hoy después de ver la pintura, no estaba seguro de cómo definir la cálida sensación que envolvió mi estómago cuando leí su nota.

Incómodo. Me sentía incómodo. Ahora que tenía tan presentes las últimas palabras de mi amigo, la palabra "chica" me hacía revolver el estómago. Se supone que así eran las cosas, ¿no? Pero Louis era un chico. No me molestaba, no en este momento, pero Niall se veía tan confiado, que me daba algo de pena justo ahora que él se enterara de quién era ese "alguien" del que le había hablado.

-Bueno, no es realmente importante, porque de todos modos no podrás rechazarme. –Dijo triunfante.- Hombre, encontré una chica que es absolutamente perfecta. Y lo mejor, es que tiene nuestra edad, así que olvídate de esa que conociste antes, yo sé lo que te digo. –su voz estaba demasiado... teñida de emoción. Sus ojos brillaban, de verdad, como si hubiera cometido la mejor travesura, o como si hubiera encontrado el Santo Grial, o la pintura perdida de Da Vinci. Como si hubiera ganado la lotería justo cuando la necesitaba.

-No te hubieras molestado. –negué con una pequeña sonrisa.

-Pero ya lo hice. Y te la voy a presentar. –Dijo golpeando mi hombro con su dedo índice un par de veces.- Ya quedé con ella de eso, y no pienso decirle... "Hey, mi amigo es un imbécil desagradecido y no vendrá."

-Va, va, de acuerdo, la conoceré. –murmuré.- Pero enserio, no te hubieras molestado.

-Ya deja de decir eso.

-Lo dije dos veces. –rodé los ojos.

-Se siente como si lo hubieras hecho mil veces. –se encogió de hombros y acto seguido, comenzó a comer su almuerzo. Suspiré y lo imité.

El almuerzo terminó y finalmente llegó la hora de ir a casa, Niall estaba pegado a mí como chicle, y yo no comprendí hasta que él ya estaba en mi casa, en la cocina, con Gemma, hablando de un montón de cosas. Gemma adoraba a Niall, porque siempre alababa sus galletas, y justo ahora, había preparado un montón. ¿Por qué? Ni idea. Yo había subido a cambiarme y ahora estaba a unos pasos de entrar a la cocina.

-Entonces, conseguiste una chica para Harry... -dijo mi hermana.- ¿Es una buena idea?

-Claro que lo es. –Respondió mi amigo.- La chica es absolutamente perfecta para él.

-¿Estás seguro? Mi hermano es...

-Especial, lo dices siempre. No lo dejaría conocerla si no hubiera pasado por mis filtros, Gemma. –lo adiviné sonreír.- Descuida, me encargué de los detalles. Entonces, ¿me dejas llevármelo? Prometo traerlo de regreso antes de las ocho.

-Siete, y puede ir. –negoció Gemma. Debieron estar de acuerdo, porque ya no dijeron nada.

Entré a la cocina, Niall tenía una galleta mordida en la mano y masticaba supongo que lo que faltaba de ella. Mi hermana estaba sacando otra bandeja de galletas del horno, cuando lo hizo, la dejó sobre la estufa apagada y volteó a verme, con una sonrisa.

- Niall me dijo que saldrían. Me parece una buena idea, será bueno para ti. –Comentó.- Debes estar aquí a las 7:00 a más tardar, ¡eh! –sonrió, yo miré a mi mejor amigo y me sonrió inocente. Asentí y me senté junto a él, para tomar una de las galletas que había frente a nosotros.

La verdad es que salir con Niall –independientemente si era para presentarme a esa chica o no-, se oía como una buena idea, realmente. Me descubrí queriendo de verdad ir, Gemma tenía razón, sería bueno para mí. Necesitaba algo de aire últimamente.

-¿Por qué haces tantas galletas? –pregunté distraído, con la mirada en el bol que las contenía. Alcé la vista justo cuando ella puso dos vasos llenos de leche frente a nosotros. Mi amigo y yo susurramos un "Gracias" y lo tomamos.

-Louis vendrá en un rato. –Se encogió de hombros.- Le voy a ofrecer galletas.

Fue suficiente para que se esfumaran mis ganas de ir con Niall.


No le digas a mi hermana - Larry StylinsonOù les histoires vivent. Découvrez maintenant