"Volviste...Nagisa" •Karmagisa• |Cancelada.|

『Kano × Hiro』•°One-Shot°•

Un chico pelirrojo y de ojos bicolor se encontraba sentado mirando su teléfono, pronto sería San Valentín, por lo que quería buscar un buen regalo para su novio. Pero cada cosa que veía no lo convencía.

Suspiró frustrado dejando su teléfono a un lado. No había encontrado nada y ya faltaba muy poco para tal fecha especial.

Dejó caer su cabeza sobre la mesa aún sin dejar de pensar.

Fue así hasta que un jalón de su ropa lo distrajo, miró a uno de sus costados y allí estaba su pequeño hijo albino mirándolo con una gran sonrisa.

–¡Papá!– El mayor con una sonrisa lo cargó sentándolo sobre sus piernas, al hacerlo pudo notar que traía en sus pequeñas manos una hoja de papel y un par de lápices –Papá.. ¿Me haces un dibujo?– preguntó el menor con algo de dificultad, pero lográndolo al final.

–¿Qué quieres que te dibuje?– preguntó el mayor tomando uno de los tantos lápices y acercándolo al papel.

–Mm... ¡Un conejo y un zorro!– exclamó emocionado en respuesta.

El mayor en una pequeña risa comenzó a dibujar dichos animales, siendo observado con gran asombro por su hijo.

–Papá ¿Qué est.. Qué...– El menor se mordió levemente la lengua al no poder formular su pregunta para luego volver a intentarlo –¿Qué es eso?– preguntó finalmente mirando un pequeño y fino anillo plateado que adornaba la parte superior del dedo meñique de su padre.

–Ehh...– El mayor miró su anillo recordando el significado que tenía para él y su novio –Bueno... Hiro me lo dio cuando teníamos cinco años– Le respondió a su pequeño mirando el objeto.

–¿Por qué se quieren mucho?– cuestionó nuevamente el infante tomando entre sus manitos la de su padre, notando la gran diferencia de tamaños.

–Exactamente– le respondió acariciando su cabellera albina con su mano libre.

El menor sonrió ante tal caricia y tomando el lápiz, que anteriormente tenía su padre, siguió dibujando muy entretenido.

Por otro lado Kano miraba su anillo formulando una idea en su cabeza, que de no haber sido por su hijo no se le habría ocurrido.

–Muchas gracias, Haru– decía el mayor abrazando tal y como lo haría con un peluche a su hijo, quien para él era verdaderamente un peluche.

El pequeño rió sintiendo los besos de su padre en su rosada y suave mejilla, sin entender mucho del porqué le agradecía.

[°°°]
Pasados los días...
14 de febrero. San Valentín.

Kano y Hiro caminaban por un pequeño, pero hermoso parque. Sus dos mejores amigos se habían ofrecido para cuidar de su hijo mientras que ellos salían, para estos no fue problema, debido a que no tenían pareja o intenciones de salir ese día. Esta era una de las pocas veces que salían juntos sin su pequeño, este hecho ponía nervioso hasta cierto punto al menor de los dos.

Sus manos iban entrelazadas, Kano de vez en cuando acariciaba los dedos del menor con los suyos.

No hace falta decir que son una de esas parejas que, para la vista de los demás, son perfectos juntos. Ambos llevaban una relación pura y fiel. Después de todo se conocían prácticamente desde que el albino había nacido. En ninguna etapa de su vida se separaron, para la suerte de ambos.

Mientras caminaban hablaban sobre varias cosas, sin faltar su descendencia en ellas. De vez en cuando se hacían pequeñas bromas, balanceaban sus manos juntas de adelante hacia atrás, al igual que se daban pequeños abrazos o hasta besos en la mejilla por parte del albino.