Capítulo 10

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"- ¡papi! ¡Feliz día del padre! - gritó un pequeño niño pelirrojo de ojos de diferente tonalidad con notable alegría lanzándose sobre su padre para abrazarlo tirándolo sin querer al suelo.

- Gracias mi pequeño - agradeció el mayor con una sonrisa abrazando a su hijo y acariciando sus cabellos rojizos."

El peliceleste se despertó exaltado, quien era aquel niño pelirrojo? por que lo llamaba "papi"?.

"Por qué últimamente veo mucho a aquel niño...?" Se preguntó a sí mismo pasando una mano por su largo cabello. Revisó la hora en el reloj que había en su habitación y logró notar que eran las 3:33 de la madrugada "la hora de Karma..." Pensó para luego soltar una pequeña risita. Estaba feliz de que dentro de dos días estaría con su amado, solamente los dos juntos...O eso era lo que él creía...

Se estiró en la pequeña e incómoda camilla, normalmente cuando se levantaba de madrugada le costaba volver a dormir. Aunque sin embargo tenía sueño y, según le habían dicho, al día siguiente tendrían que cambiar las vendas que tenía por todo su abdomen por las evidentes heridas en su espalda.

No sabía el porqué de aquellas dos rajaduras, un pequeño escalofrío recorrió su espalda y puso una mano sobre su hombro.

"Será que Karma sabe por qué tengo todo esto? " Se preguntó mientras veía las múltiples heridas cubiertas por vendas, parches, gasas y esa clase de cosas que recorrían casi todo su cuerpo"siete años..." Recordó "es posible estar inconciente por siete años...?" Se preguntó a sí mismo, pero luego recordó que cantantes, personas famosas, conocidos, habían estado en ese estado muchos​ más años que él.

De tanto pensar de nuevo el sueño comenzó a ganarle...

"- Papi...- lo llamo un pequeño pelirrojo de no más de 2 años sentado sobre el pasto del patio mientras sollozaba, tenía una, no muy grave, herida en su rodilla.

Rápidamente llegó el peliceleste a ver qué le había pasado a su hijo.

- que pasó? - preguntó preocupado mientras revisaba la rodilla del menor.

- me caí...- respondió mientras limpiaba sus lágrimas  el mayor lo cargó y lo llevo dentro de la casa donde lo curó con cuidado, aunque aún así el menor seguía con pequeñas lágrimas acumuladas en sus ojos zafiro y cobre. Al mayor se le ocurrió algo para alegrarlo, así que caminó hacia la cocina y luego volvió.

-....- lo había llamado por el nombre pero no se logró distinguir bien - mira - de detrás suyo sacó un pequeño jugo sabor fresa haciendo que al menor se le iluminarán los ojos y sonriera de oreja a oreja.

- ¡gracias papi! - gritó el menor abrazando al peliceleste"

De nuevo se despertó exaltado, que tanto tenía con ese niño? Esto ya le estaba dando un poco de miedo. Pero este sueño tuvo algo un poco diferente a los anteriores, una cosa es que había dicho el nombre del niño pero no llego a entenderlo bien y otro es que ese era el sabor favorito de su novio y él no le gustaba.

"No será que...No, es imposible" fue descartando varias suposiciones que tenía, cada una era más loca que la otra. Se sentía preocupado y con miedo, es normal soñar tanto con un niño que no conoces?

Tanto tiempo estuvo pensando que cuando vio la hora eran las 06:56 de la mañana, se sorprendió, pero ya no tenía ganas de dormir, tanto pensar lo dejo sin sueño, así que decidió solo esperar a que llegara Karma o que venga algún doctor a revisarlo, lo que pase primero.

Aún así no dejaba de pensar en aquel niño...

~en la casa de los Akabane Shiota~

El pelirrojo mayor se despertó con un increíble dolor en el cuello, había dormido en el sofá con sus hijos encima, por lo tanto durmió mal.

Miró hacia abajo y allí se encontraban aún dormidos sus mellizos, miró la hora y faltaba poco para que los llevara a su escuela. Lentamente los despertó para que no se enojaran, ya que eran bastante parecidos a él que si los despertaba de mala manera estos se convertían en verdaderos demonios.

- papá, no te vallas hoy a donde sea que vas! - pidió la pelirroja ni bien recuperó el conocimiento mientras ambos se aferraban a la cintura del mayor.

- si papá, queremos estar contigo hoy - siguió el peliceleste.

- Natsu, cuantas veces te dije que no duermas con tus auriculares? - retó el pelirrojo tratando de ocultar la anterior petición.

- están apagados - excusó - papá no te vallas! - dijeron nuevamente al mismo tiempo.

-....- el pelirrojo se quedó callado, no quería decepcionar a sus hijos pero tampoco quería dejar solo a Nagisa.

El timbre comenzó a sonar repetidas veces resonando por toda la casa. El pelirrojo agradeció internamente que lo hayan salvado.

- vallan a vestirse, yo iré a abrir - dijo mientras ambos lo miraban.

- ¡no! - dijeron como si fueran niños pequeños, el mayor se molestó.

- rápido vallan a cambiarse - dijo en tono autoritario mientras se paraba y los dejaba a ambos acostados sobre el sillón.

- está bien - dijeron ambos rodando los ojos mientras se iban a sus habilitaciones.

El pelirrojo suspiró y caminó hacia la puerta, al abrirla sus ojos se abrieron de par en par al igual que su boca.

- ¡Hijo! - dijo una mujer de ondulada cabellera roja y unos hermosos ojos verdes abrazando al pelirrojo el cual aún seguía en un pequeño shock.

- Karma - dijo un hombre de cabello castaño casi con el mismo peinado que el pelirrojo y ojos gatunos color cobre mientras lo miraba con una sonrisa pasiva.

-...Mamá...Papá...- logró decir una vez salió de su estado de shock mientras la mayor lo soltaba...

"Volviste...Nagisa" •Karmagisa• |Cancelada.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora