"Volviste...Nagisa" •Karmagisa• |Cancelada.|

Capítulo 5

El peliceleste suspiró pesadamente, hace ya un rato largo su 'novio' y ex-profesor se habían ido.

Se removía en la pequeña camilla tratando de dormir, pero no podía, por alguna extraña razón sus pensamientos no lo dejaban en paz.

Sus recuerdos volaban en su cabeza, aunque literalmente, mitad de su vida había sido borrada.

Recordaba perfectamente sus momentos de secundaria, que a decir verdad no fueron para nada normales.

Como la primera vez que todos habían intentado dispararle a su profesor en grupo y lo único que consiguieron fue un sermón acerca del disparo grupal, o cuando habían intentado asesinarle en las islas del sur, donde más que asesinarlo, consiguieron un virus y una sola hora para recuperar el "antídoto". También, en ese mismo día, que tubo que travestirse, consiguiendo nada más ayudar a un chico que conoció en el momento y que Karma se le declarara.

Ya que estaba recordando a Karma, recordó la primera vez que lo besó por sorpresa haciéndolo sonrojarse a tope.

También recordaba perfectamente cuando su madre se enojaba con él, como el día en que la enfrentó por que no quería irse de la clase E y la peliazul lo había tomado de las coletas jalando de estas mismas, una pequeña mueca se formó en su rostro, aveces se preguntaba si su madre enserio lo quería, pero debía admitirlo, de no haber sido por ella no habría descubierto su instinto asesino.

Una imagen repentina apareció en su mente. Un niño pelirrojo, supuso que era Karma, pero al distinguirlo mejor notó que tenía un ojo celeste y el otro dorado como si fuera una combinación de los ojos de ambos.

"Quien es ese niño...?" Se preguntó a sí mismo.

También recordó otra cosa. Ver cómo su pelirrojo se separaba de él y subía a un avión mientras él se quedaba en su lugar derramando lágrimas.

Hizo una mueca de confusión​, cuando había ocurrido eso?

Siguió pensando un rato hasta que el sueño le ganó y calló dormido con mucha confusión y duda acumulada en su ser.

~al día siguiente~

El pelirrojo se despertó percatándose del no tan pequeño bulto peliceleste alado de él. Hoy era Lunes por lo tanto debía llevar a sus hijos a su escuela. Se levantó pesadamente y dió la vuelta a la cama para luego agacharse y quedar frente a su hijo.

Su cabello celeste cubría sus ojos, una sonrisa invadió sus labios, le daba pena despertarlo, pero debía llevarlos a su escuela por obligación, como lo haría Nagisa, si estuviera con ellos y no en un hospital, sobre todo si estuviera cuerdo.

Pasó su mano por su cabello tratando de despertarlo.

- Natsu, despierta - dijo en un leve susurro para no asustarlo.

- mm...- recibió una queja de parte este.

- Vamos Natsu, tu y Kairi deben ir a su escuela y yo al trabajo...Que por ahora es cuidar de su padre...- dijo lo último en voz baja para que no llegara a escucharlo.

El menor se retorció un poco y abrió sus ojos pesadamente, Karma por un instante juró ver color zafiro en lugar de cobre en sus ojos, pero parpadeo y estos volvieron a su estado normal.

- que molestia - fue lo único que respondió el peliceleste, el pelirrojo en parte se sintió orgulloso de que su hijo sea igual de flojo que él.

- "Buenos​ días papá, cómo estás?" - dijo imitando la voz de su hijo el cual bufó - sabes en mi época así se saludaba - revolvió los cabellos del menor haciéndolo reír y se paró caminado hacia la puerta - ya levántate y ve a tu habitación a cambiarte luego ve a la cocina - dijo mientras salía de la habitación y caminaba a la de su hija, al llegar caminó hasta su cama y se agachó para quedar a la altura de su rostro - Kairi~ - canturreó tratando de despertarla - Akuma~ despierta~ - aveces solía llamar a sus hijos así, "Akuma", lo que significa "diablo".

La menor, soltó un bostezo y se sentó sobre su cama, su rojo cabello estaba totalmente alborotado y sus celestes ojos estaban cerrados.

- por que debemos ir? - preguntó frotando uno de sus ojos.

- ahora nadie saluda? - preguntó mientras se paraba - cámbiate y luego ve a la cocina - dijo mientras revolvía su cabello, más de lo que estaba haciéndola reír.

Caminó hasta la cocina y les hizo el desayuno a sus hijos dejando ambos platos sobre la mesa, volvió a su habitación y se cambió por algo más decente.

Volvió donde estaban sus hijos y los vio ya bien arreglados, a Kairi la vio bien peinada, con sus típicas coletas adornadas con trenzas a cada lado de su cabeza y adornos negros y a Natsu con sus hebillas en su flequillo evitando que su cabello caiga sobre sus ojos.

- vamos? - preguntó agarrando sus llaves al ver que ambos habían terminado.

- no - respondieron ambos poniéndose sus mochilas, el mayor levantó una ceja y ambos hicieron una risa nerviosa.

- una última cosa - se acercó a su hija y se agachó a su altura, tomó la parte de abajo de su falta gris y la jaló haciendo que le quede un poco más larga - listo -.

- papá! - lo reto la menor la ver que le había quedado bastante largo.

Se acercó a su hijo y le colocó su corbata acomodando el cuello de su camisa para luego ponerla dentro de su chaleco negro y acomodarlo mejor.

- papá! - esta vez fue el chico quién lo reto.

- ahora sí, vamos - los mellizos soltaron un bufido y salieron de la casa.

Aveces Karma llegaba a ser muy sobre protector, muchos de sus amigos​ o conocidos se preguntaban si de verdad era él cuando estaba con su familia.

Subieron al auto y comenzaron su camino hacia el colegio de los mellizos. Una vez llegaron al establecimiento se despidieron y bajaron del auto, karma esperó a que entraran y salió como rayo hacia el hospital donde se encontraba su amado.

Bajó rápidamente y subió hasta el piso donde se encontraba el peliceleste al llegar lo encontró mirando a la nada, claramente estaba aburrido, sonrió y entró a la habitación dispuesto a estar con él el mayor tiempo posible y recuperar el tiempo que no estuvieron juntos.

- Hola Nagisa - saludo dando un beso en la frente de su pequeño.

- Hola Karma - devolvió el saludo mientras cerraba los ojos y sonría al sentir los labios del pelirrojo posarse en su nariz.