Capítulo 13

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– me pregunto por qué no vinieron Kairi y Natsu – dijo una peliverde mientras ella y sus otros dos amigos caminaban hacia la casa de los mellizos.

– seguramente el tío Karma se quedó dormido – contestó el pelinegro mientras llevaba ambas manos detrás de su cabeza.

– hablo enserio Katsuo – golpeó no tan fuerte la cabeza del mayor haciendo que se queje – oye Len, tus padres no se preocuparan por tí? – Preguntó algo preocupada mientras miraba al castaño.

– no, saben que estoy con ustedes – respondió ​con una sonrisa. Los padres del castaño eran nada más y nada menos que Tadaomi Karasuma e Irina Jelavić, más conocidos como Karasuma-sensei y Bitch-sensei. Eso sí, ninguno de sus ex-alumnos sabía que tenían un hijo. Solamente conocían al castaño como otro más de los amigos de sus hijos.

Ambos mayores lo miraron. Siguieron caminando hasta que llegaron a la casa de los mellizos y tocaron la puerta siendo atendidos por una hermosa mujer pelirroja de ojos verdes.

– disculpe, se encuentran Kairi y Natsu? – preguntó algo extrañada pero tratando de sonar cortes.

– sí, pasen – los dejó entrar a la casa y cerró la puerta.

– Natsu, Kairi, los buscan – informó. Los mencionado dejaron de hablar con su abuelo y caminaron hasta llegar con sus amigos – son amigos suyos? – preguntó con una sonrisa al ver la sonrisa que pusieron al verlos.

– sí, ella es Aguri – la pelirroja señaló a la peliverde la cual se limitó a saludar con la mano – él es Katsuo, y él Len – el castaño y el pelinegro saludaron.

– un gusto – dijeron al mismo tiempo los tres.

– el gusto es nuestro – respondió la pelirroja mayor con una sonrisa muy parecida a la de Karma.

Ambos mayores veían algo extraño, la peliverde se parecía demasiado a una amiga que tenía su hijo cuando era menor. Querían preguntar pero decidieron solo ignorarlo.

– iremos al patio, no les molesta? – preguntó aún la pelirroja menor.

– para nada, diviertanse – ambos les regalaron una sonrisa y los menores salieron de la casa al patio de afuera.

Una vez estuvieron afuera, la peliverde se encargó de hacer un gran interrogatorio a sus mellizos favoritos.

– haber si entendí...Ellos son sus abuelos que aparecieron recién hoy y nunca antes en la vida les habían mencionado y/o visto? – preguntó algo confundida mirándolos a ambos.

– eso no tiene mucho sentido, por que aparecen ahora? – dijo esta vez el pelinegro.

– me agradan, parece buenas personas – dijo el castaño con una sonrisa nerviosa.

– a mi igual, aunque parecen tener doble cara...– el peliceleste miró de reojo a los mayores por una puerta corrediza de vidrio. Natsu, a comparación de sus hermanos, podía saber perfectamente cuando una persona era falsa o, en este caso, tenían doble cara. Según él, toda su vida estuvo rodeado de personas así, por lo tanto sabe perfectamente cuando alguien lo es o no.

– tú crees? – preguntó su hermana – bueno, no lo sé, los conocemos hace unas dos o tres horas, tampoco sabemos tanto como para decir aquello – recibió una profunda mirada por parte del menor haciéndola enrojecer levemente.

– tienes razón, aunque sabes que nunca fallo – sus miradas aún seguían conectadas, la mayor no podía despegar los ojos de los cobre de su hermano.

"Será que mamá caía así en con los hermosos ojos cobre de papá...?" Pensó aún sin despegar sus miradas.

~en otra parte~

El pelirrojo nuevamente se encontraba en la sala de espera de aquel hospital, lo habían salvado nuevamente entrando el doctor a revisarlo.

"Ahora que haré? Nagisa me preguntó por Kano obviamente..." Una imagen apreció en su mente, Kano cómo un pequeño niño de 5 años abrazado a Nagisa con una gran sonrisa, sonrió inconcientemente al recordar eso.

Otro problema se le llegó a la mente: dónde dejaría a Nagisa cuando salga de aquel lugar?. Suspiró frustrado y llevó ambas manos a su rostro. Escuchó pasos acercarse a él y sintió como ponían una mano en su hombro, era su ex-profesor el cual se había ido a contestar una llamada.

– cálmate Karma, ya encontrarás una solución a esto – dijo con una sonrisa para intentar calmar al pelirrojo.

– es que, KoroSensei, dime qué voy hacer? Natsu no sabe de él, Kairi no sabe de él, Kano...Bueno no estoy seguro...Pero, cómo le dices a chicos de sus edades que su padre está vivo cuando en realidad debería estar muerto? – preguntó frustrado mientras miraba al mayor.

KoroSensei simplemente sonrió, le recordaba bastante a Nagisa cuando él se había ido y eran solamente el peliceleste y su hijo mayor.

– Hola Karma, Korosensei – saludó un castaño/rubio caminando hacia donde estaban ellos.

– Terasaka? Qué haces aquí? – preguntó el pelirrojo algo extrañado.

– decidí traer a Itona por que últimamente se ah estado sintiendo mal, pero no me dejaron entrar con él – explicó mientras rascaba su nuca – y Nagisa? – decidió preguntar.

– Bastante bien... Mañana ya se podrá ir...– respondió algo frustrado.

– Eso no es algo bueno? – curvó una de sus cejas algo confundido.

– no, por que ninguno de nuestros hijos sabe, además Nagisa aún no los recuerda – explicó llevando ambas manos a su rostro.

El mayor de altura estaba por hablar pero el sonido de la puerta abrirse lo interrumpió.

– Señor Akabane, el señor Shiota tuvo una recaída hace un momento – el pelirrojo al oír eso se levantó rápidamente y entró a la habitación del peliceleste viendo que este tenía una mascarilla de oxigeno y los ojos cerrados.

– Nagisa! – dijo en un tono alto, pero no tanto como para llegar a ser grito – se pondrá bien? – preguntó preocupado y asustado a la vez.

– bueno...Fue una recaída repentina, pero por ahora estará bien, solamente deben esperar a que despierte – explicó el de bata blanca.

Karma miraba fijamente al menor, no quería perderlo nuevamente. Tenía miedo y lo aceptaba. Quería que todos esos años que estuvo sin el menor se borraran y puedan ser felices como cuando eran adolescentes.

"Volviste...Nagisa" •Karmagisa• |Cancelada.|जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें