Capítulo 16

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Karma quedó petrificado, debía decirle la verdad al menor y eso haría.

Soltó un muy largo y pesado suspiro, pasaron unos cuantos segundos en los que trató de encontrar una respuesta rápida.

Miró a los grandes ojos zafiro frente a él, estos, sin palabras, exigían una respuesta rápida y coherente.

-Nagisa... Tu y yo... Esos niños son nuestros hijos...- El menor abrió lo mas que pudo sus ojos, no se esperaba tal noticia, aunque si sabía de su 'condición' desde que era pequeño. Mientras, por su lado, el pelirrojo simplemente bajo la mirada hasta el suelo, sabía de antemano que le costaría digerir tan repentina noticia.

-Es...Estás jugando... ¿cierto...?- preguntó queriendo no creer lo que acababa de oír ¿cómo es posible que tengan hijos?.

El pelirrojo frunció un poco su ceño.

-No estoy jugando. Es la verdad- dijo en tono firme.

-....- El menor simplemente mantuvo el silencio, no sabía cómo reaccionar ni qué decir. Según el, siempre quiso tener hijos, pero ahora es diferente, ya que no sabía si Karma decía la verdad o mentía para encubrir alguna infidelidad hacia él.
Una infidelidad...

Esa idea rondó por su cabeza un par de minutos en los cuales el pelirrojo parecía desesperarse por la repuesta del menor.

-¿Cómo...Cómo puedo tener la certeza de que son míos?- preguntó mirando hacia abajo, su flequillo cubría perfectamente sus ojos evitando que el mayor viera la decepción en ellos.

-Nagisa- el mayor se ofendió ante la pregunta -¿de verdad crees que me acostaría con cualquiera y lo dejaría esperando un hijo mío para después irme?- preguntó un poco sarcástico -Yo no soy así Nagisa y bien deberías saberlo. Yo no te sería infiel por mas que estuviera muy enojado contigo- dijo mientras en sus manos tomaba la del menor en la cual traía su anillo de casados -en serio nunca te he sido infiel, creeme ellos de verdad son nuestros hijos-.

El menor miró unos instantes los ojos del mayor queriendo creer en él, aunque aún así le cuesta el poder asimilar la situación.

Después de varios minutos en silencio terminó por "aceptar" su destino como padre. Aunque, en realidad, no aceptaba mucho que se diga este hecho. No es que no confiara en Karma, lo hacía, pero aún tenía sus dudas. No podía verse a el mismo como un "padre/madre".

Pasaron las horas en las que ambos se encontraban hablando tranquilamente, evitando de vez en cuando aquel asunto, pero en la cabeza del menor solo rondaba aquel tema.

Al llegar las nueve de la noche, Karma debía irse, al menos que quieran que lo saquen a patadas, como ya hicieron una vez, se despidió tiernamente de su peliceleste el cual estaba emocionado por irse al día siguiente, aunque el pelirrojo aún seguía pensando en que haría con sus hijos, con Kano...¡Con sus padres!

Había olvidado tan "pequeño e insignificante" detalle.

Ya se encontraba de camino a su hogar rogando que su "heredero" no esté en el.

Pero, de nuevo había olvidado algo... Debía ir con su empleada/amiga al lugar donde supuestamente se encontraba Takaoka.

Soltó un muy pesado suspiro mientras tiraba su cabello carmesí hacia atrás con una sola mano.

"debo reorganizar mi vida... " pensó mientras estacionaba y salía del auto.

Una vez frente a la puerta la miró un rato y se dejó caer sobre esta dejando apoyada su frente, su cabeza le dolía bastante. Hizo mil y un rezos a su demonio y entró a la casa.

"Volviste...Nagisa" •Karmagisa• |Cancelada.|Where stories live. Discover now