— ¿Recuerdas las gotas que me ha recetado la abuela Grace? —Asiente, pese a estar escuchándome no deja de hacer lo suyo. —Mamá consideró buena idea que no las dejará hasta que volviésemos y ella decida si debo dejarlas, pero si no dejan de ponerla en mi jugo, cuando vaya a pesarme la balanza pondrá: continuará, con puntos suspensivos.

—Si, claro. Te veo y no lo creo, de no ver cómo estás comiendo créeme que lo dejaría en duda. El día en el que peses más de lo normal, yo regreso a los veinte años. —Dice con sátira pura, frunce el entrecejo y me mira— ¿Te has sentido bien? Digo, ¿Nada fuera de lo normal? ¿Rara? ¿Diferente?

— ¿Rara como rara? No, la verdad, creo haber encontrado mi ser natural. Estoy en esa etapa de la vida en que todo lo que venga es un proceso de aprendizaje, cada oportunidad una aventura y cada instante vivido un nuevo sueño cumplido.

—Las cosas bonitas que dices. —Me mira con adoración. —Algunas personas deberían aprender a ser siquiera un cuarto de sensible de lo que tú.

¿De qué me perdí? Llevo un pedazo de piña, si no entiendo, pues como. Gail pone los ojos en blanco, huele a que el jefe de seguridad de esta casa ha estado durmiendo en el sillón.

—Señorita Grey, señora Jones. —Saluda al entrar. Muevo mi mano con el tenedor en ella para responder, tengo comida en la boca como para poder hablar.

Se sirve un poco de agua y lo bebe sin respirar. Las cosas parecen no ir del todo bien y empiezo a sentirme un poco incómoda por presenciarlo.

—Taylor. —Le llamo para cortar un poco la tensión evidente que se siente.

—Dígame, señorita Grey.

—Necesito salir a realizar una compras, ¿Le avisas al par que van de mi candado?

—Ahora mismo lo haré. Pero sólo le acompañará Víctor, el señor ha autorizado que su seguridad disminuya.

— ¡Alabado sea el señor! —Exclamo levantando mis brazos al cielo. —En diez minutos estaré lista.

— ¿Le apetecería hacer uso de su auto? La autorización también incluye manejo libre.

—No sé a qué se deba tanto milagro en un día—. Claro que lo sé, ¡Jack Hyde está lejos de nuestro perímetro! —Pero vaya que me encanta,  en cinco minutos estaré lista.

Me voy corriendo hacia mi habitación para buscar el móvil, mi bolso y la cartera.

—Tienes la actitud. —Le hablo el espejo haciéndole un guiño a mi imagen.

Por primera vez en tanto tiempo, es que puedo ser libre. Me detengo en la parte alta de las escaleras. Mi móvil está sonando con la canción más hermosa que el mundo pudiese haber escuchado, el fabuloso tono de llamada que Paul ha colocado en personalizado para él.

—Hola, mi amor.

—Hola, preciosa. Has amanecido muy contenta hoy, ¿Por qué tanta felicidad?

—He de manejar mi auto, sola. Y me acompañará solamente Víctor. El señor Grey se ha puesto algo permisivo este día.

—Phoebe... —Gruñe. —No me agrada mucho esa idea.

—No te pongas dramático, precioso. —Reviso que no haya nadie cerca para continuar—: Ayer escuché a papá hablando que Taylor y alguien más, Jack Hyde está en otra ciudad, momentáneamente no representa ningún peligro. Prometo que voy a estar bien, no me arruines la felicidad que traigo.

—Está bien, si tu padre lo ha permitido, yo nada puedo hacer. ¿Ya has ido a cortarte el cabello, Rapunzel? —Dice en forma de broma, para él no tengo el cabello tan largo.

LA HIJA DE GREY (ONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora