-27-

11.6K 689 69
                                    

Le miro, le miro y le miro. Realmente es lo único que puedo hacer, estoy nerviosa, ansiosa, quemando neuronas como nunca. Quiero, pero tengo miedo. Se dice que querer es poder, pero el poder no es correcto, entonces lo incorrecto se convierte en una aventura.

Sólo di que sí y ya.

—Paul, tengo muchas cosas en que pensar. Mi viaje, mis padres, yo, tantas y tantas demasiadas, que parecen no tener orden ni fin.

Continúa con su mirada puesta en mí.

— ¿Y entre esas cosas está algún tipo? —Enarco una ceja, presionando mis labios entre sí para evitar reír en su cara. Muy celoso, se refiere como "tipo" a Braulio, con un gruñido dice—: Dime.

—Vamos a ver, Zimmerman. Vienes aquí y te pones romántico, pero dos segundos después te pones celoso, te pido tiempo y tú lo relacionas de inmediato con otra persona. —Es mi momento, el drama de apodera de mí. Doy dos toques con mi índice sobre su pecho y digo—: No sé si tú estás ciego o de verdad, que el cerebro no te está funcionando demasiado bien. Te digo que por ahora no puedo darte una respuesta, por favor comprende. En unas semanas viajaré por Europa para cumplir uno de mis grandes sueños, y no es fácil. Voy a dejar mi casa... por meses, a quienes conozco, mi familia, súmale que me preocupa demasiado lo que puedan opinar nuestros padres. Odio los negocios, si, pero no me perdonaría sí mi padre cometiese una locura al enterarse de lo que sea que vaya a suceder ente nosotros.

—Phoebe, comprendo todo eso. Yo también tengo una misión, por la cual estoy aquí, pero eso no impide que tenga sentimientos, que si bien, no fueron propósito primario, ahora son realidad. Bueno, sé que papá no va a saltar en un pié si sabe que salgo con la hija de uno de sus socios, sobre todo porque ya ocurrió una vez y... —Toma aire por la nariz y lo expulsa con frustración por la boca—, ha terminado mal, muy mal.

— ¿Y aún así quieres caer en lo mismo?

—Es diferente, Phoebe. Seré sincero, lo hago porque en serio necesito algo que me permita pensar a futuro y no sólo una calentura del momento.

La noche se vuelve calma, ni siquiera el viento sopla, todo se ha quedado en silencio. No sé porqué, pero creo que algo absolutamente personal, privado y hasta prohibido se viene a continuación en modo de confesión. Al ver que no pienso decir nada, prosigue:

—Antes que nada, debes saber que a pesar de no tener demasiada experiencia en la vida, mis errores han sido extensos. Para decírtelo necesito que prometas escucharme, por favor.

—Lo haré. —Digo sin retener demasiado las palabras. —Te escucho.

—He tenido muchas relaciones, nada serio, nada demasiado interesante y menos duradero. —Bien, en una de sus aventuras se ha casado y le plantaron un hijo. Bueno, no. —No siempre fui así, como me ves, tampoco era la esperanza de mi familia. Sobre todo después de descubrir algo que en un principio se me hizo asqueroso, escandaloso y poco adecuado. En el mundo hay gente perversa, pervertida y de mente sucia, de esas que sin escrúpulos te enredan, sin importarles nada, esas que te arrastran en su juego, juego del que luego no puedes salir tan fácil.

— ¿Drogas, alcohol, juego de apuestas?

—Sumisión.

— ¡No me jodas! —Grito. Él cubre mi boca, este pequeño acto podría traer a una línea de seguridad con nosotros. Pero no sucede. Víctor se pasea con lentitud de un lado a otro, comprobando que no pasa nada, desaparece. —No sé qué pretendes, pero créeme que esto no es muy ideal como broma. Bueno, en realidad no sé porque hago tanto escándalo, ¿A qué te refieres con sumisión?

LA HIJA DE GREY (ONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora