[002]

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—¡Vamos, vamos, vamos! —gritó Dean mientras abría la puerta y la mantenía para que Anna y su hermano pudieran atravesarla—. ¡Jack, vamos!

El nefilim se paró delante de él y giró para enfrentar a sus seguidores. —Vayan. Los mantendré seguros.

Dean intentó detenerlo, tirando de su chaqueta pero Jack se soltó empujandolo y cerrando la puerta detrás de él.

Lo que había empezado como una cacería tranquila se convirtió en un caos cuando se dieron cuenta de que había ángeles involucrados en ella. Así que cuando se vieron superados en números, lo mejor que pudieron pensar fue en huir.

Anna fue la primera en atravesar la puerta de salida, seguido de Sam y por último Dean. Cuando los tres estuvieron afuera se quedaron sorprendidos. Porque en realidad no estaban fuera de la vieja casa abandonada, sino en una lujosa habitación.

—¿Qué demonios? —Anna miró hacia todos lados desconcertada, al igual que los hermanos.

—Señorita Romanoff, bienvenida. Sus compañeros la estuvieron buscando, les anunciaré su llegada... —la voz desconocida hizo una pausa—. Y la de sus acompañantes.

Sam, Dean y Anna levantaron sus armas apuntando hacia ningún punto fijo. —¿Quién dijo eso? —Dean gruñó sin bajar la pistola.

La pelirroja frunció el ceño mirando a todos lados, tomando cada detalle de la habitación. Era un cuarto totalmente blanco y minimalista, había una cama de un gran tamaño, un escritorio, un pequeño sillón de color rojo y algunas decoraciones a tono aquí y allá.

Estaba a punto de investigar un poco más cuando la puerta se abrió revelando a cuatro figuras masculinas. Uno de ellos casi corrió hacía ella.

—¡Oye, oye, retrocede! —gritó Dean, tomándolo por sorpresa apuntandolo con su arma.

Sam imitó a su hermano pero él estaba apuntando a todos los recién llegados por igual.

El hombre parpadeó sorprendido al igual que los demás, y de repente todos los ojos se posaron en Anna como si ella fuera la culpable de lo que estaba ocurriendo y estuvieran esperando una explicación.

—Natasha, ¿hay algo que quieras contarle al grupo? —preguntó uno de los hombres, tenía el pelo negro y usaba unas gafas opacas de marco azul.

—¿Natasha? Yo... —Anna negó con la cabeza y bajó su arma—. Creo que se han equivocado de persona, no me llamo Natasha.

—¿Nat esto es un chiste?

El hombre más grande de todos y rubio amagó con dar un paso hacia ella pero se detuvo y alzó las manos cuando vio a Sam apuntandolo con su arma.

—¡Que no me llamo Natasha! —gritó la pelirroja—. Mi nombre es Anna... Anna Winchester. Y ellos son Sam y Dean Winchester —finalizó señalando a los hermanos.

—No, no, no. Acá hay un error, tú... —el morocho de gafas la señaló—. Eres Natasha Romanoff y eres una Avenger.

Dean rodó los ojos mientras lo escuchaba hablar. —Si, y seguro que tu eres Iron Man ¿verdad? —se burló—. Un minuto, amigo, ¿tienes un brazo de metal?

Todas las miradas se dirigieron a Bucky Barnes que parecía como un ciervo asustado iluminado por los faros de un auto. Anna se aclaró la garganta, dándole una mirada mortal a Dean.

—Lo siento, él es un poco... efusivo —le dió una sonrisa suave al hombre, el cual se la devolvió con un poco de timidez.

 efusivo —le dió una sonrisa suave al hombre, el cual se la devolvió con un poco de timidez

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One-Shots | Entre los Hermanos | SupernaturalWhere stories live. Discover now