Capítulo 18

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¿Qué harías tú si tu mejor amigo te guarda un secreto por un año y te lo revela, escapa y reaparece para simplemente saludar?

Yo no hice nada.

Tomé el bastón de Arthur a mi izquierda y lo empecé a mover entre mis manos.

-Eh... Max... no deberías tomar su bastón... -dijo el traidor levantando una mano. Yo simplemente lo miré y seguí girando el bastón. Sophie se arrastró hacia la puerta y la abrió.

-Eh... yo... recordé... que tengo que... -se detuvo y salió de la habitación sin terminar la frase. Y no me sorprendía. Minutos antes le había dicho que odiaba a Jared, y luego, éste aparece.

Jared avanzó unos pasos y se sentó a la orilla de la cama. Estaba cerca, demasiado cerca que incluso podía matarlo. Empecé a respirar entrecortadamente y apreté la mandíbula en un intento de resisitr mis impulsos de asesinato. Tenía muy buenas razones como para hacerlo, pero no lo hice. No iba a actuar como una mujer que ataca a su amiga porque le robó sus pantalones o porque creó un rumor. Iba a actuar como alguien civilizado e iba a tener una conversación como un adulto. O trataría.

Jared abrió la boca para decir algo, pero la cerró y no dijo nada. Empezó a jugar con sus dedos mientras veía el armario enfrente de mi cama. Yo, por mi lado, examiné el bastón que tenía en mis manos. Por todo el bastón estaba tallada una línea en espiral. De esta, en algunas partes, parecía salirle cuernos. Acerqué mi cara un poco más al palo rojo y descubrí que no eran cuernos, ni que era una simple línea. Era una espiral de fuego tallada a lo largo del bastón. Pasé mis dedos por la marca de la espiral, sintiendo una repentina oleada se calor que recorrió mi cuerpo entero.

-Es el bastón favortio de Arthur -explicó Jared-. Tiene la peculiaridad de emanar calor.

Mis manos empezaron a sentirse calientes, luego, el bastón se tornó de un color rojo más fuerte del que estaba al tocarlo por primera vez. Lo solté y miré mis manos, que estaban rojas por el tacto del bastón.

-Y quemar a los que no son su propietario -terminó Jared con una sonrisa. A lo cual yo le envié una mirada de "No me había dado cuenta". Dejé el bastón (agarrándolo por el mango con cuidado) en la pared, a un lado de la cama. Después, Jared se levantó y miró posó su mano en el armario.

-Todos las habitaciones tienen uno como este. Recuerdo que la primera vez que estuve aquí, el armario se movía y utilizaba sus puertas como boca para comerme -dio una risita al recordar-. ¿Recuerdas que al regresar de vacaciones de Invierno en Enero tenía un brazo roto? -preguntó. Recordé que un día, Jared había llegado al colegio con un cabestrillo rojo en su brazo izquierdo. Me había contado que había viajado a casa de su abuela, casi hasta Canadá, y que había caido por una montaña.

-No había caido por la montaña -confesó. Pero su voz parecía mas bien estar dirigida a sí mismo que a alguien más. Estaba ocupado analizando la madera del ropero.

Entonces me puse a pensar en qué otras cosas me había mentido.

En las vaciones de Verano del año pasado, Jared había dicho que estaba de viaje en un crucero con su familia. Este crucero, además de durar los tres meses de vacaciones, también utilizaron parte de las clases. Aproximadamente dos meses. Me preguntaba  si en realidad se había ido de vacaciones...

Jared me había mentido, de eso no me cabía duda. Pero no sabía qué pensar de eso. Podía pensar que era para bien o para mal. Pero la única prueba era ese monstruo y la palabra de ellos. Si bien, la bestia que me perseguía parecía ser una criatura que trabaja para alguien malo, podía ser de los buenos. Ya saben, como esas historias que tienen un giro de tuerca al final; como "Yo soy tu padre" de La Guerra de las Galaxias o el de El Sexto sentido, donde el hombre está muerto.

La Espada de Oro (Los Elegidos #1)Where stories live. Discover now