Capítulo 7

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No pasó nada.

Pasé una y otra vez la mano en la llama, lentamente. Pero no sentía nada. Ni calor, ni dolor.

-No ocurre nada- expliqué a Jared

-¿No sientes dolor?- negué con la cabeza, haciendo que su cara se iluminara -¡Eso tenía que suceder!

-¿A quéte refieres?- no entendía a Jared. ¿No tenía que sentir dolor?

-Trata de agarrar la flama con tu mano- dijo en modo de respueta

-¿Cómo voy a agarrar una flama? ¡Atravesará mi mano o se apagará!

-Sólo confía en mí, trata de agarrarla

Volteé a Jared y él estaba con una cara seria, viendome. Miré la flama, puse la mano encima y la cerréalrededor de la flama.

La abrí.

-Lo ves, la apagué- dije a Jared, viendo el encendedor en donde no había fuego. Sin embargo, Jared estaba mirando otra cosa, estupefacto.

-¿Qué tengo?- pregunté mirando atrás de mí. Nada. Y Jared seguía enbobado -¿Jared?

-Tu... tu m-mano...- dijo señalandola con el encendedor en la mano, y yo miré, quedando sorprendido porque no lo sentía.

El encendedor parecía apagado porque ahí no estaba la llama.

Estaba en mi mano.

Agité mi brazo para quitarmela, pero no se iba; seguía flotando, ahí, en la palma de mi mano, aún sin tocar mi piel.

Cerré mi mano y volví a abrirla, pero ahí seguía. Traté de lanzarla lejos, pero ahí se quedaba, como si hubiese sido pegado con pegamento industrial; además, a cada movimiento que hacía me daba como un choque eléctrico empezando por mi mano y recorriendo todo mi cuerpo. A pesar de ser leve el choque, sentía dolor entre más me daba, así que resistí el impulso idiota de hacerme sentir dolor para quitarme algo que no se sentía nada.

-¿Cómo... cómo lo haces?- preguntó Jared, que sólo se había quedado viendo mi acto de bailarín estúpido.

-No lo sé...- dije llevandome lentamente la mano, verticalmente, cerca de mi cara reprimiendo los gemidos de dolor que me daban los choques eléctricos. Miré la llama que se encontraba paralela a mi mano. Se veía tan real. Pero no lo era, nada de esto lo era. Seguramente el golpe del accidente me dejó un pequeño daño cerebral, y todo esto que ha ocurrido es pura imaginación. Tal vez aquella vez en el baño de la escuela me había echado agua en la cara a propósito y mi mente lo hizo parecer como si hubiese saltado de mi mano. Y aquella chica, Brenda, era un producto de mi imaginación que mi mente hizo en sustituto de Aylin. Y aquella mujer, con la lava, seguramente tenía un jugo, o un vaso, y mi mente lo hizo parecer lava. Y aquella mujer con la tierra, tal vez sí fue una camioneta y tal vez si fuimos nosotros. Había oído que un enfermo mental tiene la capacidad de eliminar sucesos que ocurrieron. Tal vez eso ocurrió. Y la flama que tenía en mi mano también era un producto de mi imaginación. Me estaba volviendo loco, definitivamente.

Pero cuando pregunté a Jared si veía la flama también, su respuesta me hizo darme cuenta que realmente estaba ahí.

Pasé mi mano izquierda por la flama, pero no sentí ningún dolor. Hice lo mismo que hice con el encendedor con la mano izquierda, y ahora se encontraba ahí la llama. De pronto, recordé a aquél hombre en mi sueño. Recordé que tenía la mano llena de fuego, pero no se quemaba. Para nada. Me imaginé a mí con el brazo así, lleno de fuego, sorprendiendo a todos las personas.

Entonces calculé que realmente tenía un enorme talento, más de los que existen. De hecho, creo que hay pocas personas que logran hacer esto, o tal vez nadie (excepto los de mi sueño, o tal vez eran mi imaginación)

La Espada de Oro (Los Elegidos #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora