Capítulo 38

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Max.

Una voz susurraba en mis sueños. Era una mujer. Diría que era mi madre, pero ésta voz se oía más joven.

Max

No era Brenda, ni tampoco Sophie. Mucho menos Aylin. Las voces de ellas tres ya las conocía, esta voz era distinta. Era nueva.

Traté de acercarme a esa voz. Pronto empezó a oírse más fuerte hasta que pareció que la tenía a un lado. Luego, un golpe en la cara me despertó.

-¡Max! -escuché del otro lado de la almohada. Era Frank-. ¡Te estoy hablando!

-Qué extraño -dije apartando la almohada. Miré a mi alrededor y me di cuenta que era bastante temprano y que aun no amanecía-. Juraría que era una voz de chica.

-Ya sabes cómo son los sueños. En fin, necesito tu ayuda.

-¿Qué pasa? Además de que han de ser las cinco y Frank Heill está despierto -me burlé incorporándome en la cama. Frank simplemente se acercó a la puerta y yo caminé pesadamente hacia él. Bostecé y estiré mis brazos, en verdad era temprano.

-Tienes que ver esto. -Frank se apartó un poco y yo abrí la puerta.

No había nada.

Literalmente nada. Sólo un abismo sin fin y tampoco sin fondo.

-Aquí perteneces -dijo una voz rugosa, definitivamente no la de Frank. Intenté hacerme hacia atrás, pero Frank me empujó. Empecé a caer (como por tercera o cuarta vez). Cuando estuve girando en el aire, pude ver que no era Frank. Era Él.

Las tinieblas me consumieron, sin embargo, no desperté. Seguí cayendo en una oscuridad infinita y extremadamente fría, tanto que dolía en los huesos. Mis dedos se entumecieron y ni siquiera pude castañetear los dientes. La infinita oscuridad se hizo incómoda. La sensación de ser observado aumentaba conforme el paso del tiempo. Y entonces se escucharon los gritos. Gritos que, de pronto, como si la televisión fuese apagada, se cortaban. Y eso no era buena señal.

De pronto, sentí un cosquilleo en la nuca. De aquellas veces que sientes algo detrás de ti. Entonces una cara extraña apareció enfrente de mí. Hubo un golpe y desperté.

Estaba en la cabaña, de nuevo. Frank dormía, como debía ser. Definitivamente esto era real. Bueno, era la realidad.

¿Qué había sido eso? Siempre que soñaba eso, despertaba justo al caer. Pero ahora había visto aún más. Todo estaba oscuro y frío. Tanto que recordé la sensación y volvió a cubrirme con las sábanas, a pesar de ya estar en primavera. ¿Qué era todo eso? Hubo gritos, horribles gritos. Eran cortados como... como si fuesen apagados.

Un escalofrío me recorrió la espalda y me hice un ovillo en la cama, tratando de calmar el frío que tenía. No eran gritos de terror, eran gritos de muerte.

Tragué saliva sonoramente porque un nudo se había formado a mitad de mi garganta. No sabía si lo que pensaba era cierto, pero definitivamente eso tenía algo que ver con morir. Los gritos callados, la oscuridad, el frío... Cerré los ojos al momento que escuchaba las palabras "perteneces aquí" repetirse en mi cabeza. ¿Qué significaba eso? ¿Y por qué Frank al final me empujó?

Miré hacia la izquierda, en donde el mayor dormía. Un escalofrío me recorrió por la espalda. ¿Eso significaba que iba a morir? ¿Acaso Frank me iba a asesinar?

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El resto de la mañana no pude dormir.

Me la pasé acostado, mirando hacia Frank. ¿Qué había sido todo eso? ¿Por qué Frank me asesinaría...? Yo no causé lo que sea que le moleste, ¿o sí...?

La Espada de Oro (Los Elegidos #1)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin