CAUGTH IN A LIE [[YoonSeok/JimSu]]

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La vulnerabilidad de YoonGi crecía a cada instante, todo a su alrededor se había vuelto desastroso. Ese mundo feliz que alguna vez creo, ahora, estaba todo fragmentado y cayendo a pedazos a sus pies.

La vida que compartía con HoSeok cada vez era más difícil de conllevar, sus mentiras, su infidelidad, su lejanía... Todo comenzaba a matarlo a grandes pasos.

Quería escapar, quería irse lejos de ese sufrimiento... Pero no podía. Debía soportar por aquel amor que hubo... O mejor dicho, hay todavía en el.

—. Oh, veo que haz regresado. Mi esposo no se encuentra, ¿Gustas esperarlo? — dijo con gusto YoonGi al ver a ese joven nuevamente en su entrada.

—. De hecho, venía contigo — respondió Jimin con una preciosa sonrisa.

—. Oh, ¿En verdad? — YoonGi se sintió confuso, sin embargo le permitió pasar y cerró la puerta de tras de el—. En ese caso, ¿A qué debo el honor de tu visita? —

—. Clases, quisiera saber si podrías darme clases de piano — declaró finalmente el menor.

YoonGi sonrió como nunca, después de todo lo que ah pasado, aquella era su primer sonrisa sincera.

—. Claro! Por supuesto!! — declaró fielmente emocionado.

Jimin sonrió y agradeció que el ajeno aceptará con tal gusto su propuesta, estaba ansioso por comenzar sus lecciones y aprender algo que jamás se le cruzó por la cabeza.

...

—. Wo, haces que leer música sea realmente cosa fácil — declaro el menor, tomando la partitura frente a él para cambiar de hoja.

Su talento en el piano era nulo, pero, si le echaba ganas seguramente lo haría excelente rápidamente. Además, aquellas clases con YoonGi eran cómodas, no sentía que estaba con un maestro, al contrario... Parecía estar con un amigo.

—. Muchas gracias, en verdad. Hace tiempo que no daba clases, y ahora... Siento que el alma me volvió al cuerpo por volver a hacer lo que más me apasiona — declaró un sonrojado YoonGi.

—. Oh, ¿ Entonces ya no dabas clases? — comento Jimin, sintiéndose atraído por esa breve historia.

—. No, hace dos años que no lo hago. Mi esposo, subió de puesto y comenzó a ganar más, así que me pidió que dejara de trabajar y dedicará mi tiempo solo a él. Yo lo amo tanto que fácilmente acepte y entonces deje las clases de piano de lado. Había días en que me sentaba a tocar una que otra melodía, pero no era lo mismo... Sentia que me hacía falta algo más — contesto, observando fijamente aquel café que sostenía en ambas manos.

Jimin bajo la mirada, si su esposo era aquel a quien vio con otro chico en el estacionamiento, definitivamente era un hijo de la gran puta.

¿Quien cambiaria a alguien tan amable, perfecto, amoroso y fiel por una simple aventura?

Lo creía estupido, hombres como YoonGi ya no había, y por desgracia, cada vez crecía más el número de hombres como Hoseok.

Se sintió impotente, quería decirle lo que sabía, quería hacerle saber que no valía la pena seguir con alguien como aquella mierda... Pero él sabía que no debía meterse en relaciones ajenas.

—. Tú en verdad lo amas, ¿Cierto? — dijo Jimin, sin dejar de ver el suelo.

Recibió un silencio denso, por lo que rápidamente alzó su mirada y movió sus mano en ademán de disculpa.

—. Lo lamento, creo que fui muy lejos — añadió.

YoonGi sonrió suave, y aquella tristeza volvió a hacerse presente en sus pupilas. Medito la respuesta, pero por más vueltas que le diera al asunto, la respuesta era la misma...