16. De NO primeras veces

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Jimin tomaba su quinta botella de soju mientras se balanceaba sensualmente delante de Yoongi. Estaban tan pegados que era posible pensar que en cualquier momento se fusionarían.

— Bailas tan bien...— susurró el mayor con voz gruesa sobre su oido.

El menor se estremeció levemente pues todo el alcohol a través de su sistema se había apoderado de su ser inhibiendo cada temor que tenía en su cuerpo.

Yooongi comenzó a dejar dulces besos sobre su cuello mientras lo apretaba por la cintura aumentando el roce de sus cuerpos. Una leve risita salió de la boca del pelinaranja cuando su hyung dio un pequeño mordisco.

— Yoon-gi~ — jadeó — Cre-creo que deberías de ah~ de-jar eso~

El mayor sonrió sobre la tersa piel, pensando en lo sensual que Jimin bailaba para él. Si tan solo pudiera, lo tomaría en medio de aquella pista de baile, sin importarle ninguno de los presentes.

— ¿Deberíamos salir no crees? — preguntó el pelinegro cuando levantó levemente la camisa del menor. — Hace demasiado calor.

Por supuesto que Jimin experimentaba aquella sensación sofocante por todo su cuerpo, pero, no era precisamente porque el lugar se encontrase abarrotado. Completamente sonrojado y algo jadeante por las caricias de Yoongi, salió al exterior sin que el mayor se le despegara un milímetro.

Cuando el fresco aire de la noche golpeó en su rostro fue consciente del deseo saturando su cerebro y adormeciendo sus sentidos. Yoongi continuaba con los suaves toques a lo largo de su vientre, besando la parte posterior de su nuca con suma devoción.

Un fuerte suspiro escapó de sus labios en el momento en que el pelinegro coló una de sus frías manos en su pantalón.

— Po-podrían vernos — sollozó el menor.

El pelinegro no era capaz de pensar en nada más que no fuera Jimin. Su sensible piel y su delicioso aroma atiborraba todo su ser. Su alcoholizado cuerpo estaba completamente cegado.

— Vamos a casa — susurró cuando fue consciente de su dolorosa erección — No — apretó su cintura — No me rechaces por favor.

Sin meditarlo ni un segundo el pelinaranja estiró su mano pidiendo un taxi. El auto se detuvo frente a ellos mirando levemente divertido la graciosa forma en que caminaban, como si no se pudiesen despegar.

Yoongi mencionó la dirección al conductor, asegurándose de que Jimin fuese sentado sobre sus piernas, sintiendo el voluminoso trasero sobre su empalme con cada bache. Escondió el rostro en la unión de su cuello disfrutando del dulce aroma y la tersa piel.

Con una mano recorría con delicadeza al menor, trazando círculos sobre su estómago al tiempo que con la otra lo afirmaba de la cadera. Dio un pequeño apretón obteniendo un gemido contenido y ganándose una mirada de muerte por parte del conductor, esa que decía "¡Ni se les ocurra follar aquí!"

— Hyung~ — susurro — De-tén-gase. — El mayor simplemente rió. Estaba a punto de responder cuando la voz del conductor le distrajo.

— Llegamos.

El pelinegro se levantó sacando la billetera de su bolsillo y entregando el pago. Tomó a Jimin de la cintura y lo puso de pie fuera del vehículo. A penas salieron las llantas rechinaron dejándoles solos en la acera.

El deseo por sus cuerpos era lava derretida, la temperatura se encontraba tan alta que apenas atravesaron la puerta del lugar ambos perdieron sus chaquetas. Se besaban con pasión y necesidad, despertando sensaciones profundas e íntimas. El cerebro de Jimin sólo lograba pensar en Yoongi, en sus besos y sus manos recorriendo por doquier. Por su parte, la cabeza del mayor estaba llena de -Mío, ahora.-

Trouble  «Yoonmin»Where stories live. Discover now