Prólogo.

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Todas aquellas veces que llovía, cuando era niña, mi madre solía ir a mi habitación para calmarme. Porque siempre gritaba de terror. Por alguna razón imaginaba que el agua era como ácido y que consumiría todo alrededor de nosotros.

Mi mamá me llevaba un vaso con agua, y comenzaba a acariciar mi cabello para que no me alterara más. Ella me decía que era sólo agua cayendo del cielo y me cantaba una canción sobre la lluvia para tranquilizarme. Pero nunca funcionaba.

Cuando crecí, dejé de gritar cada que llovía, pero aún le tenía demasiado miedo.

Y ahora, mientras estaba sentada y sentí las primeras gotas caer en mi cuerpo corrí sin parar hasta mi habitación y me arrinconé en la esquina tratando de sacar el miedo de mí.

No sabía por qué, pero sentía el miedo más intenso que jamás había sentido.

Desde hace varios meses, todo lo que antes me asustaba o preocupaba hoy me llenaba de terror todas las venas.

Soñaba cada noche con mi hermana atrapada entre un montón de llamas, gritando mi nombre y suplicando por ayuda. También soñaba que un gran animal gigante asesinaba a Niall enfrente de mí y yo no podía hacer nada para impedirlo. Pero la pesadilla que más me atemorizaba, era aquella en la que yo me volvía prisionera de mi propio poder de transformación y quedaba atrapada en el cuerpo de aquella bestia, condenada a vivir para siempre en mi forma salvaje.

Todo este tiempo desde que vivimos en la Aldea, mi vida giraba en torno al miedo. Estaba siempre a la defensiva y me sentía preocupada sin razón alguna.

― Dian. ―Alguien me tocó por la espalda y yo giré sobresaltada. Era Niall. ― ¿Estás bien?― Negué con la cabeza. ― ¿Es por la lluvia?

No respondí y él se acercó a mí con cuidado, sentándose a mi lado y tomándome en sus brazos para acercarme a él. Hundí mi cabeza en su cuello.

―Tengo miedo. ―Susurré.

― Está bien, es sólo agua. Sólo lluvia. ―Repetía mientras acariciaba mi cabello de manera rítmica.

― No… Tengo miedo de todo. ―Su mano se detuvo unos segundos, pero después continuó.

― Dian, es normal tu comportamiento. Viviste muchas cosas muy intensas en poco tiempo.

― Pero no quiero vivir atemorizada toda mi vida. ―Reproché.

― No será así, mi vida. ―Dijo mientras tomaba con sus manos mi rostro y sus ojos azul cielo encaraban los míos. ― Yo estoy aquí, contigo. Yo te protegeré.

Asentí. ― Niall…

― ¿Sí?

― Siento que hay algo más.

― ¿A qué te refieres?

― A mí. ―Mis manos temblorosas tomaron las suyas con cuidado. ¿Cómo podría explicarle lo que sentía, lo que pensaba sin sonar demente? ―Me siento… extraña.

― ¿Te refieres a tus conversiones?

― En parte. ―Musité.

― No tienes por qué preocuparte por eso. Ya sabremos cómo controlarlas. Tú eres buena, no dañas a nadie. No tiene porqué afectarte.

Volví a hundir mi cabeza en su cuello.

¿Cómo decirle que soy realmente diferente? Que soy descendiente de los primeros marcados, aquellos que tienen el poder para acabar con la raza que nos conquistó hace años.

Pero no sólo era eso, había más secretos ocultos sobre estos primeros marcados que me eran desconocidos.

Antes de matar a Leah, ella me había dicho algo sobre esto, pero no quise razonarlo en el instante. Ella había dicho algo acerca de que no sabía el poder que yo tenía por mi sangre. Y creí que hablaba acerca de mis habilidades de supervivencia pero algo me dice que es algo más.

Y ese algo lo relacioné con el hecho de que hace una semana, en una conversión que tuve en medio de una expedición por el bosque, me convertí en una clase de Jaguar. ¡Un jaguar! Un animal de la Tierra extinto desde hace milenios.

Además, hace días también mientras perseguía unas aves que quería casar, me descubrí soltando alaridos que las hicieron venir hacia mí.

¿Qué demonios hacía convirtiéndome en un felino y hablando el idioma de esas estúpidas aves?

No quería decírselo a nadie porque le miedo me llenaba. No controlaba esos sucesos y si le decía a Niall o a Claire y no podía demostrárselos, ellos pensarían que era por mi estado de “shock” sobre los acontecimientos que pasaron.

Intenté acercarme a Faith y preguntar, ya que ella era una traidora y podría darme información sobre si esto era parte de la alteración que Cameron me hizo. Pero ella aseguró que jamás había escuchado sobre esto antes de Cameron ni de ningún otro traidor.

Ella dijo que estaba segura que era algo más, que tendríamos que buscar respuestas en historias de marcados del antepasado.

Y si eso era cierto, quería decir que yo era más que una marcada común.

Mi destino era diferente al de todos los demás.

Destiny. | fanfic. (libro ahora disponible en Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora