Capítulo 8: Enmascarado.

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Sentado sobre el alfeizar de la ventana, Itachi observaba su clan. Aquellas antorchas que siempre permanecían encendidas mostrando el poderío Uchiha, ahora de noche servían para alumbrar las oscuras y solitarias calles. La muerte de Shisui todavía pesaba sobre su conciencia pero iba a vengarse de ello. Apenas había llegado para verle tirado en el suelo, sangrando como lo hacía, dedicándole una última sonrisa pero él... sólo mantenía una escena en su cabeza, ese agujero donde debía estar su ojo derecho y que alguien le había robado.

Todo el clan estaba afectado con aquello. Algunos hablaban de su asesinato, otros decían que se había suicidado por la nota que dejó... pero podía ver las dudas en el rostro de su padre y en algunos allegados. Creían que él podría estar detrás de la muerte de su mejor amigo, todo por unos ojos que él no deseaba, todo... porque le habían mandado seguirle por comportarse de forma extraña los últimos meses pero... ¿Qué querían? ¡Se acostaba con el Hokage! ¡Trabajaba para los ANBU! ¡Era un maldito espía que sólo hacía que mentir! Claro que estaba raro.

Shisui lo sabía, muchas veces habían hablado al respecto sobre esos temas, el que más... el de Minato. Confiaba en su amigo, era su mejor amigo, había entrenado con él, se había criado con él, jamás podría asesinarle. Sabía quién le había robado aquel ojo derecho y le haría pagar por ello, pero tenía que esperar el momento oportuno, el momento en que su ojo izquierdo... el último regalo de su mejor amigo, cicatrizase correctamente y se curase por completo, a manejarlo tan bien como Shisui lo hacía.

- Onii-san – se escuchó de fondo - ¿Cuándo vas a entrenar conmigo?

- Mañana – sonrió su hermano al ver a Sasuke correr hacia él, llamándole con la mano para que se acercase y estirando dos dedos para golpearle en la frente.

- Siempre dices eso – se quejó el pequeño haciendo un puchero.

Por un segundo, pensó que quizá mañana tuviera libre realmente para poder aprovecharlo con su hermano, pero también sabía que el tiempo que tenía ahora era limitado. Entre su relación clandestina con Minato y su venganza hacia Danzo y Yoji, apenas tenía tiempo para él mismo, menos para entrenar a su hermano.

- Intentaré sacar algo de tiempo mañana – le habló esta vez con seriedad.

Un fogonazo, eso fue lo que se vio en la lejanía tras el estruendo. De repente... la calle se llenó de ruido, de gente que salía a observar qué ocurría, de ninjas que se vestían y cogían las armas antes de lanzarse a los tejados más cercanos para acercarse al lugar de los hechos. Itachi fue a salir, ya había hecho el amago para salir por la ventana cuando sintió que alguien tiraba de su manga.

- Itachi... - susurró Sasuke.

- No salgas de casa, ¿vale? Obedece a los papás. Volveré enseguida – comentó acariciando su cabello y dedicándole una dulce sonrisa.

- Volverás, ¿verdad?

- Claro que sí... sólo voy a echar un vistazo. ¿De acuerdo? No te preocupes.

***

Fugaku tomaba su taza de té de todas las tardes junto a su esposa, mirando por la ventana del salón el gran árbol central del patio trasero de su casa. Tras los duros días como policía en el clan, lo que más le gustaba era llegar a la tranquilidad de su hogar, viendo a sus hijos crecer y fortalecerse. Su primogénito no podía haber tenido un mejor maestro, tampoco podía negar que Sasuke estaba sacando buenas notas en la academia pese a ser su primer año. Simplemente... suponía que seguía los pasos de su hermano mayor y eso le alegraba.

Diario de Itachi Uchiha (Naruto: Minato-Itachi. Itachi-Naruto)Where stories live. Discover now