Capítulo 7: Consuelo

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Sus piernas estaban completamente paralizadas. Sus ojos miraban la puerta que le indicaban y aun sabiendo que todas las respuestas estarían ante él cuando cruzase el umbral, esa sensación dolorosa sin motivo aparente le impedía moverse hacia la sala. Tan sólo eran unos pasos... tan sólo debía moverse ligeramente.

- Muévete... muévete... - se repetía mentalmente una y otra vez hasta que finalmente, su pierna derecha se movió, dando paso a la izquierda.

Un paso y otro más. Finalmente su cuerpo parecía empezar a moverse, caminando hacia esa sala que le aterraba pero que a la vez... contenía las respuestas que buscaba. ¡Miedo! Era la única sensación que tenía, un miedo irrefrenable a lo que se encontraría tras cruzar la puerta. Al llegar a ella, inspiró profundamente, como si eso fuera a ayudarle a calmar sus nervios. No fue así, pero sacó valentía del fondo de su ser para abrir la puerta.

Un sollozo, eso fue lo que escuchó. Unos sollozos aterradores que desgarraron su alma al instante. Todo estaba oscuro, salvo por una pequeña luz azulada proveniente de una esquina. Tan sólo ese cabello rubio era fácilmente distinguible, un cabello rubio que se entremezclaba con otro pelirrojo.

Sus frentes estaban apoyadas y el llanto de Minato era lo único que llenaba aquella estancia. Itachi entendió enseguida... que Kushina no volvería y era posible... que Minato tampoco volviera a ser el que siempre fue. Allí se iba una parte de su corazón, puede... que incluso más de lo que cualquiera pudiera imaginar. Ni siquiera sabía qué decirle en esos momentos. Ella era toda su vida y ahora... se derrumbaba.

Aquella escena la recordaría toda la vida. Jamás podría olvidar aquel rostro envuelto en el peor de los sufrimientos, el sonido del sollozo más atronador que escucharía, la impotencia que sufrió en aquel instante al ver que no podría hacer absolutamente nada excepto mirar desde la lejanía como el hombre al que amaba... se derrumbaba frente a él.

Dio un par de pasos hacia él, preocupado también por el niño. Ni siquiera podía verle en la estancia. No supo si debía preguntar o no, no sabía qué hacer o qué decir, tan sólo se mantenía expectante.

- Minato... yo... lo siento.

Minato no pareció escucharle aunque sabía que sí lo había hecho. Estaba demasiado absorto en su llanto, en el cuerpo inerte de su esposa. Sentía perfectamente su dolor, la angustia y la impotencia que le generaba el verle así.

- ¿Y el niño? – preguntó Itachi.

- Él... él está... - Itachi esperó al ver que finalmente Minato reaccionaba ante la imagen de su hijo – está bien, los médicos...

Uno de los médicos entró con rapidez en la sala, preocupado por la situación tanto de aquella sala, como la del pequeño. Itachi se giró hacia él en cuanto le vio entrar, viendo en su rostro las dudas que le causaba hablar.

- Señor... su hijo ya está limpio pero no para de llorar, creo que sería bueno que estuviera con su padre.

- Yo iré – comentó Itachi – se me dan bien los niños. Quédate con tu esposa por ahora.

- Gracias – susurró Minato hacia ese joven que caminaba ahora hacia la salida.

- Lléveme con el pequeño.

- Pero... usted no es de la familia y...

- Tengo un hermano pequeño al que prácticamente he criado yo solo y el Hokage no se ha opuesto a esto, ¿no? Lléveme con él.

- Pero el Hokage...

- Necesita tiempo para superar esto. Sólo quiere estar con su esposa un poco más.

Diario de Itachi Uchiha (Naruto: Minato-Itachi. Itachi-Naruto)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora