EPÍLOGO

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Epílogo

—Recojan los cuerpos. Que no quede rastro.

El ex agente asintió rápidamente y esparció las nuevas órdenes a sus hombres que comenzaron a trabajar. Tomaban los cuerpos de cada agente perteneciente a Hide&Seek y los trasladaban hasta los camiones que esperaban más allá de los escombros. Estaban ensangrentados, inconscientes, sus ojos cerrados y con partes rotas. Comenzó desde los cuerpos de Hoshi y The8, para luego ir acercándose al centro de una ciudad paralizada, casi desierta y aterrada.
Cuando sus pies cubiertos de cuero caro pisaron los escombros de lo que antes fue una iglesia, su corazón se arrugó por la vista que tenía enfrente. Solo dos paredes quedaban en pie, el altar estaba casi intacto si no fuese por los escombros y la cruz de madera entre ellos. Caminó con cuidado y allí los encontró, tomados de ambas manos mientras sus rostros alcanzaron la paz mirándose el uno al otro. Su hermano, su querido hermano estaba allí, sosteniendo con fuerza y queriendo proteger lo único que le daba motor a su vida.
No tardaron en acercarse más hombres a su servicio y comenzaron a sacar los escombros que estaban encima de ellos. ¿Qué diría él? ¿Qué diría JeongHan de esta situación? Los había traicionado a ellos también y era lo que más le dolía. Joshua había sido más un padre que el propio, un consejero ideal, su mejor amigo y su confidente. JeongHan no se quedó detrás, siempre curándolo y abrazándolo.

Ellos lo hubieran matado antes de que él moviera un dedo.

Sonrió al imaginarse esa situación. Su hermano le gritaría, JeongHan no le diría prácticamente hermosos poemas. Ahora, en el silencio solo podía sentir el silencio ¿por qué Joshua no se levantaba de allí y le decía que era un idiota? Una lágrima rodó por su mejilla mientras observaba como los separaban para subirlos a los camiones. La mano de su hermano colgaba mientras dejaba un camino de sangre.

—¿Señor?

—Faltan cuatro cuerpos más. —dijo limpiando todo rastro de tristeza y tomando la pequeña cruz de plata que estaba en el suelo. —Me aseguraré que estén muertos.

Zhung no dijo más, mantuvo la distancia entre él y SeokMin hasta que encontraron los faltantes, aún no entendía por qué faltaba el agente 0610 pero su jefe no quiso decir más. Zhung sabía qué pasaría desde el primer momento, sabía que Zei Da le debía miles de favores al Seek y que le debía la vida, el tipo estaba tan fanatizado con él que había pagado con su hermano el precio de la muerte. Corroboró que tan fue su entrega cuando encontraron solo su cuerpo desmembrado por la explosión. Entonces ¿por qué lo hacían? ¿por qué SeokMin había acabado con aquella ciudad y a la vez con el cuartel general de Hide&Seek? Ya nada de ello existía, dudaba que la base de MAZE también estuviese de pie o con alguien con vida. Zhung volvió de sus pensamientos para ordenar levantar los cuerpos de los agentes LOTTO. Reconoció a SeungCheol cerca suyo, ordenó que se lo llevaran como a MinGyu y WonWoo que habían aparecido abrazados entre ellos, la espalda de ambos estaba llena de cortes.
Una voz rompió el silencioso operativo. SeokMin agachaba aún más su cabeza cuando encontró a Vernon observándolo con la poca fuerza que se iba de sus venas enfriándose.

—Algún día lo entenderás.

—¿Acaso me quedan días luego de que me dispares?

SeokMin sacó el arma y disparó. El sonido del proyectil retumbó entre los edificios y luego ordenó que lo dejaran con los otros. Zhung ayudó a sacar el cuerpo inconsciente el último de los agentes más valientes con los que se había topado en la vida mientras SeokMin observaba en la palma de su mano el viejo logo de la organización por la que su padre dio la vida. Cinco generaciones de su familia en el mismo rubro y él seguía recordando las palabras de Jun antes de saltar del camión.

—Cuida de Chan y dejaré el camino libre. Solo hazle daño y, seré tu peor pesadilla.

SeokMin no supo por qué asintió y no le disparó en el acto, tal vez porque aquel agente era de digno de confiar. Todo lo contrario, a él.
Jun saltó del camión, corrió en dirección de las explosiones y no lo volvió a ver. Ni siquiera su cuerpo fue hallado, SeokMin dudaba que sus hombres lo hubiesen visto o estarían muertos como los demás. Mientras que Chan estaba dormido, iba en camino a un lugar donde solo el sabía que estaría en paz.

—Señor, todo listo.

—Buen trabajo, Zhung. Vámonos de aquí. Que los infantes regresen con sus familias.

♥♠♣♦

La luz cegó sus ojos, que lentamente se abrieron y luego se cerraron. El dolor fue tal que no quería arriesgarse a volverlos a abrir pero necesitaba saber donde estaba, qué era ese dolor tan agudo que partía su cabeza y la mitad de su cuerpo. El sonido volvió casi como la visión se enfocaba, habia un sonido, pulsos eléctricos cerca suyo ¿aquello era su corazón? Una voz femenina hacía eco más allá, la pared frente suyo se dividía en miles de mosaicos que tomaron forma de rectángulos de porcelana blanca, el verde de sus pies en realidad era una manta.
Un hombre corrió a su lado y sus ojos volvieron a cegarse por la luz de una linterna, ¿que diablos le pasó?

—¿Puede decirme su nombre?

¿Nombre? ¿Él tenía un nombre? No lo sabía, ni siquiera estaba seguro que estaba haciendo allí. El hombre de la linterna ordenó palabras que tampoco entendió y pronto, su cuerpo se despertaba y comenzaba a moverse.

—Usted ha tenido un accidente ¿puede decirme su nombre? —la voz comenzaba a sonar más lejana, sus ojos volvían a desenfocar todo. —¿Quién eres?

Quién eres, quién eres, quien eres. 

Su mente golpeó dentro de él y allí varias imágenes lo atormentaron, como retrocediendo el tiempo hasta esa pregunta. Él frente a una camioneta negra, un chico de traje y grandes mejillas que lo miraba mientras sostenía una postura elegante y le respondía su propia pregunta: ¿Quién eres?

—Soy.... Chwe... Hansol.

El médico y las enfermeras escucharon aquel susurro claramente, se miraron aturdidos por segundos antes de volver a manosearlo y hablar en un idioma extraño. Vernon se dejó hacer y volvió a caer en un sueño profundo. Por un momento, creyó que había muerto.

Pero los buenos no morían sin hacer algo heroico y los malos, los malos tampoco morían. 

Operation LOTTO: "City Of Dice"Where stories live. Discover now