Psicología del Sexo |Camren|

¿Amor o solo un completo desastre?

Camila tenia novio.

O bueno... al menos eso parecía.

Al menos eso creía Lauren y toda la facultad de ciencias sociales de la universidad de Michigan.

Pero no podía ser verdad ¿Cierto? Tenia que ser su imaginación y nada más. Después de todo ellas se contaban todo. Camila no le hubiera omitido algo así de importante.

Sus vidas seguían y su amistad era lo mejor que les había pasado, se sentía algo tan real y especial. Cada mañana Camila iba a recoger a Lauren a su casa, en algunas ocasiones la profesora Morgado las llevaba en auto o en otras iban simplemente a pie.

En el almuerzo se juntaban con Dinah y Ally a comer, Charlie también se les unía a veces, pero no parecía incomodarle a nadie su presencia.

Luego iban nuevamente a casa de Lauren para avanzar con sus trabajos y que luego Camila vaya con la mamá de Lauren a su despecho a hacer cosas que la ojíverde nunca presto atención.

Todo era perfecto, ya no importaba que las cosas se hallan dado de ese modo.

Lauren no necesitaba de nadie más, ni siquiera había pensado en nadie más durante todo ese tiempo. Ya no se escapaba en las noches para conocer gente y tener sexo que luego no iba a recordar.

También había dejado de maldecir tanto, hasta había dejado de fumar tanto.

Dinah lo llamaba... "El efecto Cabello", también repetía una y otra vez que ellas terminarían juntas, pero ya nadie lo tomaba en serio.

Se habían vuelto de cierta forma las mejores amigas, y aunque al principio le haya resultado bastante frustrante a Lauren tener que aceptar que Camila iba a ser solamente su amiga, ahora sentía que las cosas nunca hubieran salido mejor.

Lauren ahora veía los escenarios y no haber usado a Camila como compañera sexual había sido la mejor decisión de su corta vida, ahora de cierta forma era suya. No solo alguien con quien coges y nunca más ves, ella era alguien que quería ver todos los días y así lo hacía.

Pero claro... tenía que llegar ese día.

Era un día de invierno cuando Lauren los vio.

Ese día Camila le había dicho que no iría con ella a su casa, que se tenía que quedar a una clase de recuperación en la tarde.

Lauren le creyó.

-Mis guantes – mascullo Lauren una vez en el estacionamiento donde esperaría a su madre.

Camino rápidamente al segundo piso donde se encontraba su casillero, llego casi trotando en realidad.

Abrió el cubículo y los tomo, eran de cuero color negro. Habían sido un regalo de Camila.

Mientras regresaba sonreía recordando el día que se los había obsequiado, había sido la semana pasada y aun olían a su perfume.

Y luego finalmente ese recorrido la llevo hacia ellos, los vio.

Alzo la vista y ahí estaban. En un recóndito corredor del segundo piso, en una esquina tratando de no ser vistos.

Pero para su mala suerte Lauren si los vio.

Se estaban besando.

- ¿Me detengo? – murmuro Charlie lo suficientemente alto entro los profundos besos como para que Lauren escuchara.

-No – tartamudeo Camila cerrando los ojos y sintiendo una opresión en sus labios.

Algo paso con Lauren Jauregui ese día.