U N O

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Después de correr como si me fuera la vida en ello, llegué a mi portal y abrí la puerta como una posesa. Eran casi las dos y media y estaba segura de que mi padre iba a convertir la comida en un interrogatorio por haber llegado un cuarto de hora más tarde de lo normal. Usualmente, solía llegar sobre las dos y diez o y cuarto de clase, pero hoy me había entretenido más de lo normal porque ese chico al que acababa de conocer, Yixing, me estaba contando muchísimas cosas sobre China. Y cada vez que me contaba algo nuevo, sentía más curiosidad por todo. Entendedme, un amante de la cultura asiática que es europea y está en Corea con su primer amigo extranjero de China... ¡Es mejor que si me tocara la lotería!

Subí las escaleras del portal hacia el ascensor y cuando divisé la hoja de papel medio arrugada pegada con un cacho de celo lleno de huellas en la puerta metálica de éste, casi me da un paro cardíaco.

ㅡ¿Averiado?ㅡsuspiréㅡTienes que estar vacilándome...

Me resigné como buena pringada que era y comencé a subir cada peldaño a toda velocidad intentando no resbalarme. No voy a mentir, era una torpe de las que ya no quedan. ¿Quién se hace un esguince bajando de su cama a oscuras, o quién se fractura la falange del dedo pulgar del pie dándose con la pata de una silla? Tenía que andar con mil ojos, morir a los dieciséis casi diecisiete años no era mi plan, para ser sincera.

Llegué al cuarto piso casi chorreando sudor y saqué la tarjeta electrónica que hacía las veces de llave en menos de una milésima de segundo, pero antes de pasarla por el lector la puerta ya estaba abierta.

ㅡTe gané.ㅡsoltó mi padre de la nada.ㅡ¿Y estas horas de llegar, señorita?ㅡ preguntó al mismo tiempo que sus cejas se fruncían.

ㅡ Eh... lo que pasa es que he tardado un poco más en llegar porque me he entretenido por el camino.ㅡ agité mis hombros y entré intentando no mirar a mi padre directamente a los ojos. No era tonto, parecía que tenía un sensor o algo que le permitía saber cuando decía toda la verdad o cuándo lo dejaba todo a medias de decir. Si podía evitar contarle que había conocido a un chico nuevo, mejor. Era muy pesado con esos temas, cuando conoció a Chanyeol y le dije que era mi mejor amigo casi le da un infarto. Vale, nos conocemos desde hace seis meses y algo, pero fue la primera persona que conocí nada más llegar y estaba perdida, sin amigos y sin nadie que pudiera enseñarme algunas cosas sobre Corea para no fastidiarla como hago siempre.

Entré a mi habitación y tiré la mochila sobre mi cama sin mucho cuidado. Rápidamente hice lo que todos los días al llegar de clase: quitarme el uniforme y ponerme el pijama. Al principio me gustaba mucho llevar uniforme, pero me cansé a los dos meses porque me parecía aburrido llevar siempre una camisa blanca con jersey amarillo, una falda plisada azul marino con unas medias negras por el muslo y unos zapatos también negros. ¡Pero si es que hasta los calcetines tenían que ser blancos con puntilla!

Una vez con mi pijama de ovejitas calentito puesto, salí de mi habitación para dirigirme a la cocina y poner la mesa mientras mi madre terminaba de hacer la comida, pero antes de entrar en ella, ahí estaba mi señor padre apoyado en el marco de la puerta.

ㅡ¿Y bien?- alzó una ceja.ㅡ¿Me vas a decir ya por qué has llegado tarde a casa, si tu instituto está a tiro de piedra?ㅡ preguntó expectante todavía apoyado en el marco.

ㅡSolo me he entretenido en el camino, nada más.ㅡdeclaré tratando de que no me temblara la voz.ㅡDe todos modos, no es para tanto. Son quince minutos, papá.ㅡpuse los ojos en blanco.

ㅡ ¿Y con qué te has entretenido tanto si puede saberse? Espero que no haya sido por estar con ese amiguito tuyo.ㅡ se cruzó de brazos.

ㅡ Pues no.ㅡ suspiré frunciendo el ceño.ㅡ ¿Por qué hablas así de Chanyeol? Él no te ha hecho nada, es muy buena persona y me ha ayudado mucho.ㅡresoplé.ㅡ Si no hubiera sido por él, ahora estaría amargada y probablemente sola.

Apuesta. [Lay/Zhang Yixing; EXO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora