Bonus.

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-Oh, oh, oh. Me gusta está canción.-Puntualizó, riéndose. Se paró del sofá dónde estábamos sentados y empezó a bailar suavemente. No reconocí la canción.

La miré. Había bebido mucho, unas cuántas cervezas y me sentía algo mareado. Había ido afuera un rato a tomar aire y la había encontrado aquí.

Mi estómago se contrajo al verla, y joder, lo sé y no puedo mentirme. Siempre sentiría mariposas al verla, aunque me haya roto el corazón, aunque yo le haya roto el corazón, aunque pasen mil años, aunque algún día tenga esposa, siempre las mariposas aparecerían en mi estómago al verla.

Se movía al compás de la música, con la lata aún en la mano y ladeaba su cintura y yo no podía dejar de pensar cuando movía así su cintura, contra la mía.

Joder.

¿Por qué pensaba en eso?

Me paré y me acerqué a ella. Me miró arqueando una ceja.

Empecé a moverme lentamente, escuchando la canción.

-¿Estás bailando?-Musitó ella. Le asentí.

-Pensé que no te gustaba bailar.-Sonrió como media luna y empezó a jugar con un mechón de su cabello, enredándolo en su dedo.

-Han cambiado algunas cosas.-Dijo, enigmática.

Yo me quedé en silencio mirando su cabello platinado y pensando en cuantas veces lo acaricie cuando estaba café. En su color natural. Suspiré, las cosas habían cambiado demasiado, pero no sabía si eso era bueno o malo.

Seguimos bailando, lentamente dándonos un espacio de distancia. Pero gire, para hacerla reír y de repente olvidé quién era ella. Quién era yo.

Coloqué mis manos en su cintura, y la miré a los labios.

Ella estaba riendo, pero al tocarla, su cuerpo se tensó y dejó de reír. De repente caí en cuenta de lo que estaba haciendo y me separé rápidamente, sintiéndome confuso.

¿Por qué me sentía tan bien a su lado?

-Lo siento.-Murmure. La miré a los ojos, aunque sabía cómo me iba a sentir.

Cómo si me abrieran el estómago con un cuchillo.

-No importa. Está bien.-Susurró y trató de sonreír, pero algo había cambiado en el ambiente.

Por un segundo había olvidado todo, había olvidado como estaban las cosas ahora, sólo la escuche reír, escuché nuestras risas juntas y recordé los momentos pasados.

Fue cómo sí nada hubiese cambiado.

Cuándo mi corazón se arregló por completo, ya no había rencor, ahora podía mirarla sin sentir dolor, podíamos ser amigos.

¿Entonces por qué siento como sí...?

Debe ser la bebida.

-Voy... Voy a dentro.-Dijo al ver, que la seguía mirando sin decir palabra.

-Oh, sí...- fingí una sonrisa y me separé de ella. Me di la vuelta para tomar un vaso en la mesa y al tomarlo miré hacia adentro de la casa. Ella se detuvo en la puerta y se dio la vuelta. Me miró unos segundos y luego entró.

Leave But Dont Leave Me -N.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora