Capítulo 8

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CAPÍTULO 8

Cuando acaeció la noche Robin al fin pudo salir al puerto donde se colocó entre dos enormes contenedores y observó en silencio el barco que estaba esperando a los camiones. Al momento que los escuchó acercarse se asomó un poco, siempre procurando estar bajo el manto de las sombras, y pudo ver a tres camiones con la parte trasera abierta para que procedieran en pasar la carga. Sacó los prismáticos de alta tecnología y pudo ver el interior de algunas cajas, no eran cosas importantes de las que temer pero cuando llegaron a cargar el tercer camión vio que transportaban dentro de esas cajas otra caja de plomo con kriptonita.

Damian frunció el ceño enfadado, ahora entendía por que los lectores de kriptonita no se habían activado, con esa coraza sería imposible. Luthor había pensado en todo. Echó un vistazo a los conductores, parecían ser simples camioneros, probablemente no tenían pinta de saber qué estaban transportando pero tenía que saber qué es lo que harían con el camión cargado de kriptonita en el mismo puente donde tenía ese breve pero sospechoso receso.

Nada más subieron los conductores y empezaron a conducir Damian corrió a por su moto y los siguió a una distancia prudente. El recorrido era tal y como estudió por lo que no habría sorpresas; cuando llegó al puente donde vio cómo el último camión empezaba a parar poco a poco hasta que detuvo por completto en medio del puente, se bajó el conductor el cual sacó del camión las dos cajas que contenían la kriptonita e hizo ademán de irse pero Damian aceleró con la moto y saltó sobre él para sacarle información

- ¿Quien es tu jefe? ¿A dónde va el cargamento? ¡Habla! - le dio un puñetazo en la cara al hombre que estaba atemorizado pero pronto asomó una sonrisa que perturbó al chico el cual fue lanzado con fuerza contra la pared

- ¿Qué hace el pajarraco de Batman aquí? - dijo alguien que por desgracia pudo reconocer Damian que intentó levantarse del duro golpe

- Slade - escupió sangre sin apartar la mirada desafiante a su rival

- El mismo - hizo una reverencia aquel hombre de traje negro y naranja, dos katanas a la espalda y una máscara dividida en dos, una parte en negro sin un agujero para el ojo y el otro naranja que le dio una patada en el estómago antes de que se pudiera levantar y miró al conductor del camión - lárgate, antes de que nos descubran - ordenó volviendo a su víctima

- ¿Qué haces trabajando para Luthor? - intentó levantarse de nuevo sin dejar de lado esa actitud segura de sí misma - pensé que una escoria como tú solo acepta trabajos de sicario

- Ya ves, la economía está tan mal que he tenido que hacer de guardaespaldas - le volvió a dar otra fuerte patada - es una pena que yo sea la última persona que veas - le agarró por el cuello levantándole unos centímetros del suelo queriendo aplastar su cabeza contra el asfalto pero Robin fue mucho más rápido que él y accionó una bomba lumínica para cegarle logrando que hiciera ademán de taparse los ojos por lo que le dio vía libre para darle una patada en el pecho e impulsarse fuera de su alcance.

- ¡¡Hijo de puta!! - gritó desenvainando sus katanas.

Eso era una mala señal para Robin y lo sabía pero no podía escapar, si conseguía incapacitar a Slade podría sacarle más información. Levantó un poco su guante dejando ver una especie de reloj con comandos y dándole a unos botones hizo que la moto que dejó olvidada unos centímetros más adelante se levantara sola y fuera directo a él para que lo dejara lo suficientemente noqueado como para interrogarle pero el hombre agarró la moto sin problemas y la lanzó lejos haciéndola estallar.

Slade levantó el brazo y dio un puñetazo tan fuerte que mataría a alguien por suerte Robin lo esquivó, le dio una serie de rápidos e intensos puñetazos en el estómago pero no había conseguido su objetivo. El mercenario en ese momento volvió a agarrarle del cuello con tanta fuerza que estaba asfixiándolo

Tensión sexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora