CAPÍTULO 3

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CAPÍTULO 3

A la mañana siguiente Jon se despertó cansado y con unas grandes ojeras, casi no pudo dormir por la noche. Miró por el móvil la hora e hizo un gruñido molesto, faltaban cinco minutos para que sonara su alarma para ir al instituto y precisamente ahora no le apetecía nada aunque, siendo sinceros, casi nunca tenía ganas de ir a clases. Se estiró y se frotó los ojos para intentar espabilarse y antes de que sonase la infernal alarma de todas las mañanas apagó el despertador, se puso las gafas de pasta gruesa que siempre llevaba cuando iba de civil y se vistió empezando a escuchar a su madre que también había salido de la cama a preparar el desayuno.

Cuando salió allí estaba con una gran taza de café y con su ropa para ir a trabajar

– Buenos días – bostezó la mujer – te he dejado el desayuno ahí

– Gracias – dijo como todas las mañanas cuando vio las tostadas con mermelada– ¿y papá? ¿No viene a desayunar con nosotros?

– Salió temprano – dio otro sorbo a su café – ¿ya te encuentras mejor?

– Sí... – afirmó no muy seguro

– No te veo muy convencido – observó la periodista – aunque es muy temprano como para verte con una sonrisa ¿verdad? – le sonrió dando unos últimos sorbos a su café y levantándose para limpiar la taza – anda, acaba tu desayuno que te llevo a clase

El moreno solo asintió todavía sin apetito y con el mismo tema en la cabeza

– Mamá, ¿puedo hacerte una pregunta?

– Ju ju se nota que tus padres son periodistas – sonrió por lo que dijo su hijo y se dio la vuelta para verlo – dispara

– ¿Tú has tenido alguna vez... ¡bah! Da igual

– Que no te de corte, pregúntame lo que quieras – le insistió

– Bueno... – dudó en cómo formular la pregunta como para que no sonara raro – ¿cómo sabes si alguien te atrae?

La madre lo miró confundida un momento pero luego le sonrió pensando en que su hijo estaba creciendo y que era normal que a veces se preguntara cosas tan complejas como esa así que ladeó un poco la cabeza y se puso a pensar

– Supongo que es cuando piensas en ella todo el tiempo y quieres captar su atención ¿por qué? ¿Te gusta alguien? ¿Quien es? ¿La conozco? ¡Pero cómo crece mi pequeño! – le abrazó mimosa

– ¡N-no! No me gusta nadie... creo... – dijo inseguro y pensando sobre eso – es solo que... en el cole nos dijeron en... en clase de literatura – se inventó – que en una obra había dos personajes que siempre se están peleando y llegó un momento bastante raro para ellos, el profesor dijo que tenían tensión sexual y tengo curiosidad nada más, si estuvieras en esa situación ¿qué harías?

– Um... vaya... pues eso sí que es algo más complicado – pensó – yo si fuera ese personaje que dices supongo que pensaría en si siento algo o si es solo algo más... carnal – suavizó lo que estaba pensando – también me plantearía en si le gusto también a la otra y si es así daría el paso y se lo diría

– Entiendo – asintió aunque no le había ayudado en nada esa explicación ya que lo que le estaba diciendo solo le daba la posibilidad de complicarlo todo

– ¿Y cómo se llama?

– ¿C-cómo? – preguntó desconcertado

– El libro de la clase de literatura ¿cómo se llama? – se rió suavemente pensando en que su hijo mentía tan mal como su marido

Tensión sexualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora