Capítulo 8: ¿Un San Valentín solín?

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Sonó mi alarma de las siete y media, había decidido levantarme más temprano desde hace unas semanas; con el objetivo de evitar encontrarme con Frank en el comedor.

Han pasado unas cuantas semanas desde el incidente con Frank, he estado levantándome temprano para que, cuando él llegue al comedor no me encuentre allí. Paso mis mañanas en el salón de música, antes del primer período de clases. A la hora del almuerzo me dedico a Lanita, llevándole comida a la habitación y almorzando allí.

Sé que es totalmente inútil que esté comportándome así con él, pero en realidad quiero evitarlo en la medida de lo posible, para que no tenga tiempo de entablar una conversación y hablar sobre esa madrugada.

Creo que ya es tiempo de volver a la normalidad, revertir la ley del hielo, y enfrentarlo.

Cuando bajé al comedor, me encontré con Frank allí, solo en nuestra mesa. Así que, al tener mi comida, me senté frente a él.

- Has estado evitándome. -dice mientras corta un trozo de pollo.

- ¿En serio? -decido recurrir al sarcasmo.

- Tu sarcasmo no funciona conmigo. -dice y me mira fijamente, yo le dedico una mirada severa - ¿Ya te he dicho que entre Allison y yo no sucede nada?

- ¿Ya te he dicho que no me interesa? -pregunto con sorna, lo que ahora sé que le molesta.

Deja sus cubiertos sobre la mesa y se apoya sobre sus codos, juntando las manos en forma de plegaria.

- Laia, ¿podrías hacerme el favor de no hablarme en ese tono? -sonó como si fuera algo que realmente quisiera.

- No, lo siento. -digo y me levanto de la mesa, dejando mi desayuno intacto.

Me dirigí hacia el salón de música y entré a la cabina de grabación. Me coloqué los auriculares y empecé a cantar Hallelujah de Jeff Buckley. Esa es sin duda una de mis canciones preferidas.

Cerré mis ojos mientras cantaba las notas altas, sintiendo cómo mi piel se erizaba. De pronto escuché que alguien tocaba el piano al otro lado del cristal. Interpretaban la melodía de la canción que yo estaba entonando en ese mismo instante.

Al abrir los ojos me encontré con Frank, igual con sus ojos cerrados mientras sus dedos se desplazaban por las teclas del piano. No sabía que él supiera tocar algún instrumento, y mucho menos el piano. Estaba totalmente convencida de que él era la clase de chicos que solo hablaban de deportes, ya que eso era lo único que saben hacer algunos.

Dejé de cantar y entonces Frank se puso de pie y por un momento consideré hablar con él, pero luego mi orgullo me obligó a tomar mi mochila y salir del aula sin dirigirle una sola palabra. Frank no insistió en seguirme, lo cual no me hizo sentir mal por seguir evitándolo.

Para mi suerte, en el primer período tenemos clase de matemáticas, de modo que igual me encontré a Frank en el aula. Se sienta a mi lado, ya era imposible seguir evitándolo, sobre todo cuando fingía no entender nada sobre el tema solo para que yo le explicara, lo que no hacía porque sabía perfectamente que Frank es un genio en matemáticas al igual que yo.

Cuando se acabaron las clases, fui a la cafetería para pedir comida y llevarle a Lanita, me sentía como si estuviese traficando algo. Llegué a la habitación y le serví la mitad de la porción que me habían dado. Saqué una de mis guitarras de mi armario y empecé a practicar una canción para luego subir el cover a YouTube.

La pantalla de mi móvil se enciende, mostrándome un mensaje de Frank:

- Tocas muy bien la guitarra, ¿te dije ya que tienes una hermosa voz?

ACTUALIZANDO ¿Por qué eres tan malditamente perfecto?- YOIDETH CHENIERWhere stories live. Discover now