Capítulo 2: No será tan malo después de todo

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Al día siguiente nos despertamos, en realidad nos despertaron a las 8:05 a.m. Realmente odio levantarme temprano, solo lo hacía para ir al instituto. Y pensar que tendré que hacerlo para trabajar, me molesta mucho.

- ¡Por Dios mamá, es domingo! -chillé cubriéndome la cara con mi sábana.

- Ya sé que es domingo, pero recuerda que debes alistarse. -hace una pausa y les echa un vistazo a mis maletas -. El transporte vendrá por ustedes en una hora. -ahora mira su reloj.

Cierto. No es un día normal. Hoy me enviarán lejos de casa. No puede creer que todo esto sea cierto; no sé si sentirme emocionada porque será algo diferente o sentirme aún molesta porque mis padres han tomado esta decisión. Creo que al fin y al cabo los echaré de menos.

Me fui a duchar y cuando regresé a la habitación, Melody se acababa de despertar y estaba sentada al borde de la cama, mirando fijamente sus zapatos, como si estuviese pensando si realmente vale la pena despertarse tan temprano.

- Creo que deberías irte a duchar, tenemos cuarenta y cinco minutos para estar totalmente listas. -le digo y ella asiente con la cabeza y a paso lento se dirige hacia la puerta.

Me coloqué unas bragas y un brasier a juego, revisé mi armario y vi solo una prenda: el vestido turquesa que había apartado anoche. Me puse el vestido y unas Converse blancas que había comprado la semana pasada, por cierto, el vendedor estaba super guapísimo.

Fui hacia el espejo y me solté el cabello para empezar a peinarme, me coloqué un gancho color plata con forma de mariposa.

Me coloqué un poco de maquillaje, indispensable a esta edad, donde hay que cubrir cada inoportuno barro.

Una vez lista bajé a la cocina y tomé una manzana, vi que Melody ya estaba lista en el sofá chateando. ¿Cómo es posible? Ni siquiera regresó a mi habitación luego de ducharse.

En cuanto terminé de comer mi manzana, escuchamos que alguien sonó la bocina frente a nuestra casa. Me asomé por la ventana de cristal y estoy segura de que mi expresión no tuvo precio.

- ¡Es una limusina! -casi grité.

Melody de un solo brinco quedó a mi lado y casi se derrite cuando ve a nuestro chofer. De verdad que está guapísimo.

Ya estoy empezando a amar este internado, y eso que solo han venido por nosotras. Si el chofer es así de guapo, ¿cómo serán los estudiantes? Con solo pensarlo me estremezco.

Bien, parece que mi deseo de anoche a las 11:11 se ha hecho realidad. Pedí que al menos hubiera chicos guapos en el internado, para que no todo fuera malo.

Éste chico, aparte de guapo es alto, cabello castaño claro y ojos color miel. Estaba parado frente a nuestra puerta, ignorante al hecho de que ya mi prima y yo lo estamos acechando.

Mi madre abre la puerta y sonríe al ver a este chico, de seguro también está pensando que es guapo.

- Hola, puedes pasar. -dice y se hace un lado para que ingrese a la casa.

El chico viste formalmente, con saco y pantalones de vestir. ¡Oh madre, qué has hecho! Nos dedica una sonrisa y decide presentarse:

- Buenos días señoritas, soy Brian y soy el encargado de transportarlas a la academia Glender.

- Melody. -dice ella y le extiende una mano, la cual Brian estrecha sin siquiera dudar.

Por más que mis padres hayan escogido un internado en el cual el chofer es guapo, sé que no lo hicieron con esa intención; lo hicieron para castigarme, alejándome de todos mis amigos.

ACTUALIZANDO ¿Por qué eres tan malditamente perfecto?- YOIDETH CHENIERWhere stories live. Discover now