Capitulo 35: la verdad.

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—¡Vamos! ¡Vamos! —Victoria nos golpeaba con su maldita almohada, ¿qué hora era? Me pesaba el cuerpo. Poco a poco, fui recordando: la pijamada. Varios flashbacks rondaban mi cabeza, pero en ninguno de ellos estaba Evan, no había venido.

—¿Qué sucede?—pregunté suavemente mientras me levantaba del sucio suelo. Victoria corría por todo el pasillo de su casa, llevando sus maletas.

—Paige, en cuarenta y cinco minutos debo estar en el aeropuerto, ¡ayúdame!

Con pereza me levanté y también a Steven, quien raramente dormía junto a Emma. Miles estaba lleno de plumas así que lo desperté con un poco de agua. Matt y Jazmyn sostenían sus manos, mientras roncaban. Y Chris...se veía adorable durmiendo en el sillón.

—Chris...—me arrodillé frente a su cara y lo moví un poco—. Oye, Chris tenemos que irnos.

—¿Qué?...¿Paige?—me miró y se paró de golpe—. Mierda, lo siento, ya enciendo la combi.

Se apresuró a colocarse su chaqueta y emprendió camino a fuera. Escuchaba al fondo de la casa a Victoria gritando su lista de cosas para llevar y despidiéndose de su abuela, quien no paraba de abrazarla y decirle que esté muy atenta.

—Oye, Paige.—escuche a alguien hablarme por detrás, volteé a ver y era Natasha. Fruncí el ceño cuando vi su señal de quedarme callada—. Lo siento, pasé un rato en la mañana despierta, le escribí una carta para que sepa lo mucho que la extrañaremos.

—Eso es...muy hermoso de tu parte, Nat.—sonreí, apenas abrazándola.

—¿Están todos listos?—preguntó Matt, dijimos si al unísono y nos subimos a la combi.

—Paige, ¿has hablado con Evan?—Victoria estaba sentada justo a mi lado, no paraba de moverse y su pregunta me incomodó aún más.

—Pues...—observé sus dedos, como los movía de un lado a otro, estaba muy nerviosa—. No me ha hablado, creo que vendría a la pijamada, quizá su hermana empeoró...

—En fin...si lo ves, dile que lo quiero mucho y que ha sido genial estar con ustedes, mis amigos...—me congelé unos segundos creyendo que lloraría, pero no fue así. Ella es fuerte. Toqué su mano suavemente y asentí sonriendo.

—¿Muy nerviosa, preciosa? —preguntó Steven detrás nuestro, sentado con Emma. Miré a los lejos a Miles y vi que hablaba con Licet y Natasha. Jazmyn iba de copiloto y Matt al fondo, solo.

—Pues si...pero, una vez más, gracias por todo, amigos. Creo que tomó mucho significado esa palabra para mí.

—Fue genial pasar la tarde de series contigo.—gritó Licet sonriendo.

—¿Recuerdas cuando te daba asco ver cincuenta sombras de Grey?—Emma estalló en carcajadas junto con Licet.

—¡Es cierto! Luego quería mirar más películas rollo "románticas".—añadí riéndome.

Después de estar hablando entre todos para que Victoria no esté tan nerviosa, llegamos al aeropuerto. Mi corazón empezaba a palpitar muy fuerte, pero no porque una de mis amigas estaba a punto de irse del país, sino porque Evan no venía a despedirla.

—Oye, Emma.—llamé a mi amiga y dejamos a los demás unos pasos atrás—. ¿Tienes saldo en el móvil? Quiero saber si...Evan va a despedirse o no.

Asintió y me dio su celular. Marqué su número. Nada. Llamé unas tres veces más, hasta que por fin atendió.

—¿Evan? ¿Vendrás?—dije lo más rápido que pude.

—Paige, lo siento, yo...eh...me he quedado dormido, estoy yendo lo más rápido posible. Tomaré un taxi y llegaré, ¿si? Te quiero.

Cortó la llamada y le devolví el celular a Emma. Nos quedamos recorriendo el aeropuerto hasta que nos quedamos a la espera del vuelo correspondiente.

MI LOCA HISTORIA 1: THE MISUNDERSTOOD ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora