Capítulo 22

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Chittaphon había pasado toda la noche pensando en las sabias —o eso creía él— palabras de Sicheng. Simplemente creyó que su pequeño amigo chino tenía toda la razón al decirle que Johnny aún no tenía nada serio con esa persona, así que si a él le gustaba bien podría también intentarlo. Al principio había pensado que aquello era una locura y que Sicheng no sabía lo que decía, pero luego recapacitó y se dio cuenta de cuan miserable sería si dejaba a Johnny salir con ese chico, por lo cuál hacerlo sin siquiera dar batalla lo haría aún peor ya que tenía la opción de hacerlo, ¿no eran las peores guerras las que se perdían por no darlo todo? Además, Johnny alguna vez había dicho que le gustaba cuando Chittaphon se volvía decidido y lo enfrentaba olvidándose de sus temores. Si a John le gustaba eso entonces él trataría de ser más de ese modo suyo.

Cuando faltaban veinte minutos para la media noche Ten ya había decidido que iría a ver al día siguiente a Johnny, que trataría de acercarse a él más en un ámbito no sólo de amigos. Decidió que tenía que olvidarse de lo doloroso que le hacía sentir que John saliera con otra persona. Se propuso preguntarle sobre el chico para conocer más a su enemigo, quizá conocerlo por una foto. También decidió que tenía que averiguar más cosas sobre Johnny, para tener algunos pasos adelante, así que en todo el campus tendría que buscar en específico a una persona la cual tenía la información que él necesitaba. Era la única persona que la tenía.

—¡Nakamoto! —exclamó alzando su mano desde las gradas medias del campo de fútbol.

Yuta lanzó una mirada hacia la dirección de donde aquella aguda voz provenía. Primero lució confundido al ver al tailandés, pero después solo sonrió y agitó la mano en su dirección antes de palmear la espalda de un compañero, decirle algo e ir corriendo en aquella dirección.

Era el descanso, así que Yuta podría hablar con él un poco antes de volver al entrenamiento. O al menos eso esperaba él. Pronto el japonés subió las gradas hasta donde él estaba y Ten trató de no ponerse tan nervioso en presencia del coqueto roomate de Johnny.

—¡Hey! ¿Qué haces aquí...? —lo miró con confusión, al parecer había olvidado su nombre.

—Chittaphon.

—Chittaphon. Perdón, tu nombre es algo difícil — una pequeña risa se hizo presente.

—Y mi apellido lo es más para la mayoría, pero lo entiendo bien —se encogió de hombros y mostró una pequeña sonrisa —. Y, bueno, estoy aquí porque quería ver el entrenamiento y eso...

—¿En serio? Eso es algo nuevo en ti... —rió suavemente.

—Supongo, ¿quieres agua? —ofreció su botella al japonés, éste asintió y la tomó —Lo cierto es que... vine aquí porque quiero hablar contigo —Yuta alzó una ceja mientras bebía agua —. Eres la única persona que puede ayudarme con algo.

—¿Qué cosa, pequeño? —preguntó cerrando la botella de agua.

—Es Johnny.

—¿Qué hay con ese loco? —cuestionó observando fijamente al pelinegro, éste se tensó y bajo la cabeza.

—Bueno, yo... —abrió y cerró la boca —Lo que pasa es que él me... —volvió a callar, el solo pensar en contarle a Yuta sobre sus sentimientos lo ponía nervioso y le ruborizaba —Ah, diablos. Johnny me...

—Te gusta —completó Yuta, con una sonrisa divertida en los labios.

—¿Cómo sabes eso? —observó el rostro agraciado del mayor —¿Tanto se me nota? —palideció, el japonés asintió.

—Sí. Probablemente John sea el único idiota que no se da cuenta de eso, pero seguro tu amigo ya debió decirte eso.

—Bueno, algo así. También dijo que tú eras un idiota y que probablemente tampoco te dabas cuenta de eso —Nakamoto gruñó al oír aquello.

La Potencialidad [JohnTen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora