Capítulo 13

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—Me alegra que hayas aceptado mi invitación, Ten. A decir verdad, pensé que me rechazarías debido a que no me conoces prácticamente nada.

—Bueno, creo que no me hace mal aceptar un frappe de alguien que es amigo de mi mejor amigo —respondió con cordialidad antes de llevar la pajilla a sus labios.

—Me gustaría que pudiéramos ser amigos también —la voz de Taeyong era tranquila y amable, justo como la de un psicólogo —. Si me das la oportunidad prometo que nos llevaremos bien.

—Oh, bueno... —el pelinegro se encogió ligeramente de hombros y miró al hombre frente a él —Yo no tengo problema con eso, realmente te ves como una persona amable y tranquila. Me agradan las personas amables y tranquilas.

—Y, ¿por qué eres amigo de Doyoung entonces? —la risa de Ten inundó de inmediato los oídos de Taeyong, la sonrisa del tailandés le hizo sonreír.

—Excelente pregunta, Taeyong —musitó Ten una vez que su risa hubo parado —. Puede que Doyoung sea amable pero no es tranquilo, a pesar de ello es una excelente persona y... me agrada tenerlo de amigo, que sea mi compañía. Soy una persona optimista y él igual lo es, pero a diferencia de mí Doyoung toma las cosas más a la ligera y por el lado divertido. Es bueno que me haga reír, porque no soy una persona divertida ni muy espontánea.

—Se me dificulta creer eso debido a todas las cosas en las que eres bueno y... por el hecho de que estudias comunicación —bebió de su frappe de moras.

—No todo en la comunicación es hablar e interactuar con personas, ¿sabes? Hay más cosas además de ello.

—Supongo que sí.

Taeyong y Ten se quedaron en silencio de un momento a otro, solo sorbiendo por las pajillas de sus vasos. El mayor de ambos observaba al menor detenidamente, estudiando un poco sus gestos, sus movimientos, inclusive la forma inconsciente en que Ten miraba hacia arriba cuando probaba de su frappe. Era la primera vez que Tayeong tenía a Ten platicando de manera coca usual con él, la primera vez en que ambos estaban juntos y solos. El más alto estaba un tanto sorprendido de que el pelinegro estuviese tan relajado y no pareciera para nada incómodo.

—¿Tengo algo en el rostro? —espetó el bajito, observando al más grande. Lo había atrapado mirándole intensamente.

—No, no. Solo... solo te miraba —Taeyong no era una persona que mintiera tan fácilmente.

—¿Por qué? ¿Me estás analizando? —cuestionó arqueando una de sus cejas.

—En parte sí. Observo que estás relajado a diferencia de las ocasiones pasadas donde nos encontramos en las que te notabas algo incómodo... —una amable sonrisa apreció en su rostro y Ten se sintió apenado de que el alto notase todo aquello —Además —agregó —, tienes un rostro muy lindo... Es un poco difícil no mirarte.

—Oh, vamos. Estás exagerando, Taeyong, no soy tan lindo —una risa nerviosa surgió de sus labios.

—Bueno, esa es mi humilde opinión.

—Taeyong... —levantó su celular y miro que eran veinte para las 16:00 —Creo que debo irme ya, necesito llegar a mis clases.

—Oh sí, perdí la noción del tiempo —asintió sin dejar de sonreír.

—Muchas gracias por la invitación y por pagar tú —se levantó de su asiento y el estudiante de psicología hizo lo mismo —. Espero vernos otra vez y entonces yo pagar — río levemente y tomó sus cosas —. Has luego, Tayeong.

—No ha sido nada. Hasta pronto, Ten —Taeyong quiso despedirlo quizá con un apretón de mano, pero solo le dijo adiós con la misma y le vio darse media vuelta y salir.

La Potencialidad [JohnTen]Where stories live. Discover now