Capítulo 11

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Pasos firmes al caminar y mochila al hombro. Johnny recorría el pasillo del tercer piso con rumbo hacia la escalera con la intención de bajar hasta el primer piso y así seguir con su día. Tras haber concluido el horario de clases regular él siempre se dirigía a la biblioteca para hacer su tarea y estudiar, lo que normalmente se suponía deberían hacer todos los alumnos que están en aquel precioso lugar llamado universidad.

Atravesaba el campus dando grandes zancadas, sus largas piernas le permitían ello. Los audífonos en sus oídos le daban el privilegio de no tener que escuchar el bullicio que había a su alrededor y tan solo continuar con serenidad su camino hacia la cafetería para comer algo rápidamente y después irse con simpleza hacia su destino. Pero los audífonos también le otorgaban la desventaja de no poder escuchar cuando era llamado por alguien, aunque ese alguien casi siempre fuese única y exclusivamente su roomate que solo le llamaba para joder un poco y perturbar su paz interior dándole un repentino golpe en la espalda que lograba hacerlo sobresaltar y quitarse de inmediato los audífonos.

—¡Joder contigo! —Expresó —Siempre que quiero llamarte vas usando esas mierdas en los oídos ¿Podrías no tener el volumen tan alto? Es peligroso ir sin cuidado con los audífonos puestos.

—¿Realmente me está sermoneando sobre el peligro de caminar con audífonos puestos la persona que ha manejado ebrio más de una ocasión? —continuó andando.

—Son cosas por muy distintas —espetó.

—Cierto. Yo no pongo en riesgo más vidas que la mía —lanzó un suspiro al aire y finalmente pausó la música que aún resonaba por los audífonos —. Bien, dime ¿Para qué me necesitas, Yuta?

—¿De qué hablas? ¿Es acaso que no puedo venir a ti solo porque quiero conversar?

—Ambos sabemos que eso no es así. Si quisieras conversar conmigo lo harías cuando estamos en casa ambos y por el contrario, solo duermes y comes.

—¡Qué duro! —El de cabellos oscuros se llevó una mano al pecho y fingió sentirse herido —Tú sabes que siempre estoy muy ocupado, John, utilizo mi tiempo para cubrir mis necesidades básicas.

—El socializar con los demás también es parte de las necesidades, Nakamoto.

—¿Me lo está diciendo el mismo sujeto que se encierra en la biblioteca apenas sale de clases, que me rechaza cuando lo invito a una fiesta y que cuando intento hablarle en casa solo asiente mientras mira un libro o la pantalla de su computadora? —Alzó una de sus cejas, sonriendo socarrón —Oye, no sé, como que me suena ilógico todo eso... ¿Tú qué opinas? —Johnny bufó.

—Eres esa clase de persona que molesta y lo disfruta, Nakamoto. Ya dime qué quieres, debo comer algo e ir a estudiar —respondió con algo de fastidio el más alto de ambos.

—Realmente solo te buscaba para entregarte el dinero de las facturas de este mes, vi la nota que me dejaste en la mesa por la mañana y me traje el dinero.

—Pudiste dejarlo en casa y ya, Nakamoto, como siempre. Dime realmente por qué me buscaste.

—Solo estaba curioso sobre qué tal te fue con el chico que mandé a la biblioteca la semana pasada, ese que me comentaste no fue a la cita de tarea.

—No sabía que te interesaba tanto mi vida... —sonrió ladinamente y suspiró —Realmente no es nada de otro mundo, el chico solo se sienta, me mira leer, conversamos un poco y ayer comenzó a interesarse por leer filosofía.

—¡Cristo bendito! Debo encontrar a ese chico y pedirle disculpas... Lo mandé a la cueva del lobo cuando le dije que te podía encontrar en la biblioteca —negó un par de veces con la cabeza —. Mira que poner a ese pobre chico a estudiar filosofía contigo... Eres muy cruel, John.

La Potencialidad [JohnTen]Where stories live. Discover now