The Huntsman

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*Narrador Omnisciente*

Kobe, Japón

Ahora no luce tan intimidante. Ahora carece de aquella fortaleza y presencia que lo había hecho el mejor. Luce débil, acabado, y, aunque trata de no doblegarse, las fuerzas se le acaban con cada minuto que pasa.

Lo unico que puede hacer es pensar que nunca debió comportarse como lo hizo con ella. Todas esas palabras hirientes que le dijo resuenan en su cabeza una y otra vez. Tenía ganas de decirle cuánto la amaba aquella tarde en la que se marchaba, pero lo único que pudo hacer fue fingir que no le dolía dejarla y mucho menos las lágrimas que caían de sus ojos.

Pero debía renunciar a ella, jamás podría ser suya y no podía seguir aferrado a algo imposible.

El karma fue instantáneo. Ni siquiera le dio tiempo de abordar el avión cuando lo capturaron. No pudo llegar a lo que sería su próximo salto a la fama en el mundo de las peleas.

Al principio no tenía idea de lo que pasaba, no recordada el haber hecho algo tan malo como para que lo capturaran y lo sometieran a torturas inimaginables. Pero el único propósito de esto, no es meramente hacerle daño a él, sino a la mujer del más grande enemigo de Hiroshi.

Hiroshi aprendió que el causarle dolor a las personas no sólo abarca el ámbito físico, sino que también, el usar a las personas que más les importa es otra forma de hacerlo. Y posiblemente sea la más dolorosa.

—Debo admitir que eres un hombre duro— la voz de Hiroshi logra que el chico que yace colgado de los brazos abra los ojos— alguien más ya se habría rendido a este punto.

—Yo no soy cualquier persona— a pesar de estar cansado hasta los huesos, la voz de Zayn se mantiene firme.

—Ya lo veo— ríe Hiroshi— tienes una fortaleza impresionante.

La habitación es fría. Si es que a éste lugar se le puede llamar habitación. Es más como una pequeña bodega abandonada con todo tipo de herramientas de tortura. Es rústica, y el olor es insoportable.

Las cadenas que cuelgan de la pesada máquina están alrededor de las muñecas de Zayn de modo que está suspendido en el aire con los brazos por encima de su cabeza, nada más que en ropa interior. Todo su cuerpo está adolorido, lo han torturado tanto y de tantas formas que a veces divaga y olvida quién es.

Dos largas semanas de pesadilla. Lo han obligado a pelear de manera no tan justa. Los Yakuza cuentan con peleadores tan buenos como él. O incluso un poco mejor. Zayn es alguien que sabe dar pelea, es fuerte, habilidoso y sabe perfectamente lo que hace. Pero en peleas de dos, o a veces, tres contra uno, no hay mucho que pueda hacer.

Tal cosa lo ha hecho dudar de él mismo. Tal vez no es tan bueno como pensó o como todos decían. El no poder pelar como es debido por su vida lo hace sentir miserable e inservible.

La primera humillación que recibió fue ser despojado de su abundante melena. La segunda, hacerlo dudar de sus habilidades como peleador, y la tercera, darse cuenta de que no es lo suficientemente fuerte como creía. Ha llorado en varias oraciones, no sabe si de coraje, impotencia, o dolor.

—¿Sabes? Creo que a mis clientes les satisface ver como tratas de dar lo mejor de ti en el octagono— Hiroshi se acerca a él lo suficiente para verle el rostro. Los ojos de Zayn y los suyos hacen contacto— están dispuestos a pagar mucho dinero por verte en acción. Así que en dos días pelearas de nuevo— Hiroshi suelta una ligera carcajada— o lo intentaras al menos.

Zayn cierra los ojos de nuevo, exhausto, humillado, y con la voluntad a punto de abandonarlo. No cree ser capaz de aguantar más golpes injustos, o torturas que parecen no tener fin.

ENGLISH MAFIA II: RESURRECTION | Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora