—Eso es muy diferente, ha sido por razones ajenas a nosotros. Yo te he visitado cuando has enfermado y tú entraste porque yo estaba convaleciente.

—Braulio ha entrado por trabajo, ¿Qué cambia? Ha venido para que firme unos libros—. Le muestro una sonrisa socarrona mientras mantiene el ceño fruncido. — ¿Celoso, Zimmerman?

—Sí, ese quiere algo contigo y no una amistad, ¡Ojú, miarma! Mira que te lo digo yo. —Se me escapa una sonrisa. —Que no te cause gracia, porque te estoy diciendo las cosas como son. Ese Braulio —se queja.

Su expresión me hace reír, ¡Phoebe, run!

—Dirás lo que dirás y no puedo hacer nada. Paul, deja la locura. —Le digo. Cambio de tema — ¿De qué querías quejarte conmigo?

—Ya vas, que te conozco, ¡Eh! Cambias el tema para zafarte de ello. Pero créeme que lo volveremos a retomar.

—No necesariamente es por ese motivo, también lo hago porque no tiene ninguna relevancia y menos importancia—. Me recuesto en el espaldar de la cama. — ¿En serio ocuparemos la videollamada para discutir algo tan absurdo? Porque déjame que te diga una cosa, es muy tonto hacerlo.

—Ya. En realidad, puede que quisiese verte y necesito expresar algo que he querido decir, pero no tengo a nadie con quién conversar. Y en vista de que no se le puede ganar a tus argumentos guiris, voy a confesar que te comprendo. —Frunzo el entrecejo, paseando la vista por los lados confiesa—: Camille, la novia de Theodore, no es... Agradable. Es buena persona, amable y simpática. —Bufo. Por favor, no tiene que hablar bien de ella frente a mí, nota mi cara y negando con la cabeza continúa. —Tu padre estuvo aquí con la señora Grace y Gail, todo estaba bien, pero en cuanto los dos primeros se han marchado, tomó una mala actitud con ambos. Se ha cruzado de asiento para tomar distancia y ni siquiera aceptó un café.

— ¿Quién te ha dicho que le invites a uno? —Escupo de mala manera, un solo gesto me dice que pide paciencia conmigo. — ¿Qué más hizo?

—Nada, se ha limitado a estar con el móvil y caminando en los pasillos. ¿No te parece raro? Es como si fuese dos personas distintas, hipocresía pura, hay algo que no me agrada en ella. No es solo por querer estar de tu lado, es su actitud de reina del mundo, a ver, que el médico ha aparecido y siendo Gail a quién han dejado a cargo, es ella quien recibe más noticias. Pero no, le ha hecho a un lado para hablar ella, es una falta de respeto para Gail.

—Ya lo dije yo, esa tipa no me trae nada bueno. Pero mi hermano está más que feliz con ella, espero verdaderamente que no sea demasiado tarde cuando se dé cuenta, ¿Está Gail por ahí?

—No, me he alejado un momento para hablar contigo.

— ¿Qué me dices? ¿Has dejado a mi Gail sola con esa? Vamos alemán, ten esa cabeza para algo que no sea sostenerte el cabello.

Que agresiva me pongo.
Esto solo indica que mi ovulación está realizando su función. Me altero toda, cierro los ojos para dejar pasar el pequeño dolor que se ha instalado en mis ovarios, ¡La que parió a la regla!

— ¿Estás bien? —Me regresa a la tierra.

—Si, no pasa nada. ¿Puedo pedirte un favor?

—Por supuesto.

—En primer lugar, no dejes a Gail sola con la arpía bruja esa, y en segundo, si no es mucha molestia, no seas amable con esa mujer si no es absolutamente necesario. Mándala por setas, que se joda.

LA HIJA DE GREY (ONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora