#19

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Cozart estaba feliz.

Estaba.

Su día había empezado relativamente bien con una ducha fría, pensamientos sucios sobre su rubio favorito, su hermano menor discutiendo por teléfono con su amorfo novio...

Sí, había empezado bien la mañana y era feliz.

Nuevamente, era.

Todo empezó a ponerse mal cuando entró en la universidad, la espectación estaba en el aire al igual que las hormonas y aquello era extraño.

Pero no hizo caso, craso error.

La cosa empeoró cuando vio a Giotto, su atractivo rubio parecía pensativo lo cual tampoco era muy común, más aún porque Sawada fruncía el ceño con preocupación.

Es por ello que decidió, sólo por ese día y por su lindo Ieyasu, que dejaría de lado su líbido y le dedicaría su entera atención.

Cabe destacar que todo empezó a irse muy a la mierda con ese asunto, puesto que el pelirrojo celaba demasiado y Giotto no se daba por enterado.

Sólo Diego, Byakuran y Alaude parecían conscientes, pero únicamente a los primeros dos les importaba.

El Hibari estaba como que muy habituado a ser odiado y poca importancia le daba al asunto, si es que él era feliz con su luna de miel anticipada.

Kyoya ya se quejaba a viva voz de su metedura de pata al dejarles estar juntos, volviendo al tema del pelirrojo...

La situación sólo empeoró a medida que el día pasaba y el hermano de Enma seguía sin poder siquiera reunir el valor para acercarse, estaba jodido.

Suspiró.

Y fue cuando todo se derrumbó dentro de él.

Era la hora de literatura y Giotto nuevamente había dado el primer paso sentándose a su lado, habían estado conversando sobre trivialidades entre sonrojos y sonrisas tímidas cuando él llegó.

Azabache, alto, atractivo y aparentemente en sus veintes (sólo una fachada, ni siquiera Giotto sabía su verdaera edad). Aquel era el nuevo instructor de literatura debido a que su docente hasta entonces estaba de permiso por maternidad.

Cuando los ojos del Simon dieron con ese hombre supo que habría problemas, su aura lo dejaba en claro y la expresión anonadada de Ieyasu al verlo lo confirmó.

Pero fue lo que el rubio murmuró lo que acabó por declararlo.

—Ay, Dios.

Tan simple, pero es que para nadie era secreto que un Ay, Dios sólo lograban sacárselo Cozart, Tsuna y Nana.

Sólo ellos y Alaude cuando la rubia quería drama.

Para colmo de males aquel insensato escribió su bonito nombre con pulcra caligrafía en la pizarra y se giró hacia los alumnos, aquellos ojos negros brillaron maliciosos y los suspiros hormonados no se hicieron esperar.

Ieyasu también suspiró.

—Bueno, inútiles, mi nombre es Reborn y me encargaré de ustedes por los próximos tres meses —que era lo que la docente estaría ausente—. Espero que nos llevemos bien y... Dame-Gio, tú y yo necesitaremos hablar de algo cuando la clase acabe.

Todos se giraron a ver al rubio, Sawada se sonrojó y balbuceó una torpe afirmación con una expresión de completa incomodidad.

Cozart sonrió.

Y el resto del día fue una mierda.

Así de simple, porque la vida lo era y el amor más.

Diego Cavallone no le dejó estar más con su rubio, el tal Reborn tampoco y, para cuando volvió a casa, Enma estaba en el sofá haciéndole un drama a Tsunayoshi.

Suspiró.

—Buenas noches, Cozart-san.

Era casi tan lindo como su hermano, pero no era él así que Cozart le era un poco indiferente.

—Noches, de buenas nada —se dejó caer a su lado en lo que su hermano iba a atender una llama—. ¿Nuevamente ha peleado con Bel?

—Parece ser que ninguno de los dos se entera de su situación sentimental —asintió aburrido—. No entiendo ni siquiera el por qué todos me usan de psicólogo en esto, a mí no me va tan bien en el...

—¿Discutiste con Xanxus o Mukuro? —el chico torció el gesto— Eso supuse... ¿Quieres hablar de ello?

El Simon ignoraba cuándo sucedió, pero no le molestaba el tratar los MUCHOS problemas del lindo de su futuro cuñado, normalmente esos involucraban a su rubio y cuando no, pues Tsu se parecía lo suficiente como para ponerle atención.

Y fue así como empezaron a hablar por horas esa tarde, ignorando que Enma había salido completamente indignado murmurando cosas sobre novios no declarados infieles y ranas.

Muchas ranas.

No fue sino horas después, cuando un celoso Xanxus fue por su novio/primo/prometido a casa de los pelirrojos seguidos de un rubio preocupado que se dieron cuenta de que la noche había caído.

Cozart se dirigió a abrir la puerta con una mueca y bastante despeinado porque Tsuna era Tsuna y hablar con él daba migraña.

El castaño por su lado estaba bastante desarreglado porque #Tsuna.

Y las caídas eran su pan de cada día.

Pero, apesar de ser muy conscientes de eso, al dúo de celosos no les pareció ver nada inocente.

Incluso cuando Sawada estaba jugando el Mario bros.

Y la esperanza nació en forma de celos, muchos celos.

Cozart no era tonto, distraído sí, pero definitivamente no tonto.

Jugaría un poco con la mente de su rubio, con eso en mente y después de despedir a Tsunayoshi, llamó a Diego.

Nadie mejor que un Cavallone para trazar un plan.

Eso hasta el menor de los Hibari lo reconoció cuando fue en busca de Dino antes de empezar su relación con Mukuro, ¿por qué no habría de hacerlo Simon también?

Adivinen quién se va a morir ewe EXACTO, YO OnO

Poco comúnWhere stories live. Discover now