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Después de que Xanxus le dejara completamente solo, Tsuna sólo suspiró y volvió a cerrar los ojos dispuesto a dormir realmente.

Cuando despertó ya había anochecido y podía escuchar el escándalo que se montaba siempre su madre cuando hacia la cena, gruñó dando la vuelta y seguidamente gritó asustado.

Nadie fue a su rescate... Y era normal, siempre se caía de la cama a esas horas.

Bufó desde el piso y entrelazó sus dedos sobre su estómago mientras miraba el techo, pensó en muchas cosas... En la vida, la muerte, la inspiración, el anime, el manga, Hibari Kyōya y su relación con Mukuro, Giotto y su futuro solitario, la inmoralidad del cangrejo (también en su supuesta inmortalidad), el qué sucedería en el próximo capítulo de dragon ball.

Sí, reflexionó bastante por diez minutos.

Finalmente se levantó y decidió ir a lavarse la cara para luego ir a desquitar su mal de amor con alguien... Sí, definitivamente dormiría fuera de casa y tenía un objetivo en mente.

Primero se vestiría, porque #Nmmn.

Abrió la puerta de su habitación y suspiró al ver por unos segundos la ancha espalda de Xanxus, poco le importaban sus cicatrices, lo viera donde lo viera ese hombre era lo más sexy que había visto en su maldita vida.

Con una sonrisa boba se dirigió al baño y lavó su rostro, seguidamente bajó y se sentó cómodamente en uno de los sofás, todavía sonriendo.

Jugueteó un poco con la idea de irrumpir en la habitación de Xanxus y hacer el último intento del día, finalmente descartó aquellos pensamientos y le dedicó su atención al rubio que no había dejado de mirarle en ningún momento, sonrió más ampliamente.

—¡Alaude-san! ¿Sigue aquí? —una mirada irónica después se echó a reír—. Perdón, ha sido una pregunta estúpida.

—¿Te parece?

—Totalmente —suspiró, se le escapaba el alma—. ¿No van bien las cosas con Fon-san?

—No es tu asunto.

—Siempre tan tímido.

El Hibari rodó los ojos ante eso y Giotto reapareció en la estancia siendo seguido por un azabache que hasta hace poco asustaba muchísimo al castaño, ahora sin embargo, Tsuna se levantó entusiasmado para saludar a Kyōya.

—¡Hibari-san! —exclamó saltándole encima y colgándose cual koala de él—. Pensé que no volvería a verlo.

El menor de las alondras sólo rodeó con una brazo la cintura de Tsunayoshi y le miró intrigado mientras su medio hermano arqueaba una ceja y Giotto se distraía con la mirada en las escaleras.

«No puedes haber aparecido en mejor momento, siempre bajas cuando Tsuna empieza a gritar de euforia»

—¿Qué te hizo pensar que no volveríamos a vernos? —cuestionó realmente curioso—. Incluso hemos hablado hoy por la mañana, jamás desaparecería de un momento a otro, ¿sabes?

Sawada asintió aún sonriendo, había despertado de un humor maravilloso y el buenas noches del Vongola en la casa sólo le había emocionado más aún, siguió rodeando con piernas y brazos el cuerpo del azabache.

—Pensé que Mukuro le convencería de no quemar su casa —se encogió de hombros sin darle importancia—. A todo esto, ¿qué hace aquí? ¿Viene a traerme mis pasteles?

El novio de su mejor amigo le ayudó a volver al suelo, Tsuna siguió mirándole curioso aún así.

—Un idiota me ha enviado a por otro idiota —informó señalando a Alaude con un gesto—. Jamás habría imaginado que vivirías aquí.

—¿No es obvio el parecido?

—Te notaba más serio.

—Kyōya, ese no es serio ni dormido —Alaude se levantó—. Ahora, volvamos a casa antes de que las cosas se pongan raras.

El prefecto frunció el ceño extrañado y miró de su hermano/primo/padrastro, hacia los hermanos Sawada y reparó por fin en unos ojos carmesí que parecían querer matarle de la manera más vil.

Silbó mentalmente.

«Al menos sé que no tendré que volver a preocuparme por este»

Sonrió, podría joder un poco... Mukuro no se enteraría y no estaría haciendo nada malo.

Acarició el cabello de Tsunayoshi con aire pensativo, Ieyasu y el otro rubio empezaron a ponerse nerviosos.

Tsuna sólo meditaba la mejor manera de irse a dormir a casa de Hibari o de su vecino, poco le importaba amargarles la noche.

«Si yo no disfruto, ustedes tampoco»

—Más allá de lo raro de todo... —inició pensando en muchas cosas... Cosas acosadoras y celosas—. Todavía te debo un pastel, ¿vendrías conmigo esta noche?

«Eso fue más fácil de lo que pensé, ni siquiera tuve que decir algo»

Sawada sonrió y Nana torció el gesto al escuchar aquello, siempre era lo mismo con su hijo menor.

—¡Claro! —sonrió entusiasta—. ¡Eso sería ge...!

—No vas a ir a ningún lado.

El cuerpo del castaño se tensó y se giró automáticamente hacia su primo, Xanxus le miraba severo y no parecía precisamente feliz.

—¿Q...?

—Tienes que quedarte a estudiar —bufó terminando de bajar las escaleras—. Has hecho el vago lo suficiente, es hora de...

—Mamá, voy a estar fuera esta noche —informó completamente serio—. ¿Te parece bien?

Nana parpadeó sorprendida y miró de Tsuna a su sobrino, luego se refugio en Giotto quien asintió discretamente.

—Me parece bien, Tsu-kun.

El Vongola le miró incrédulo e indignado, iba a protestar cuando el menor de los Sawada tomó el brazo de Kyōya y le arrastró fuera de la casa.

Alaude los siguió después de despedirse de Ieyasu y su madre.

Esa noche, Xanxus hirvió en cólera y Tsuna sonrió pensando en los mil castigos que su sexy primo podría imponerle por semejante acto de rebeldía.

Todo muy dramático, pero la noche recién empezaba...

Estoy feliz, molesta y triste.

Me duele la nariz, tengo fiebre, dolor de cabeza y sí, relleno espacio porque este cap es corto XD

Poco comúnWhere stories live. Discover now